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Las trampas de Maduro y PSUV

He repetido siempre que no hay peor sordo que quien no quiere ver ni peor ciego que quien no quiere oír, que no hay mejor mudo quien es de mucho hablar ni degusta jamás un buen banquete quien ha tenido carne sin sabor ni color sin aroma en la piel. Y no hay peor imbécil que quien recurre a la mentira como su única forma de pensar con el auto-convencimiento de decir la verdad. Y asciende a su clímax en su convicción de ser creído siempre y que de ese modo se puede perpetuar. Y ello es mas grave aun, va mucho mas allá de la imbecilidad, es el desconocimiento absoluto de sí mismo y de la realidad. Pues bien, el presidente, jefe de estado y de gobierno comodante de las FANB, del PSUV, goza con padecer todas esas maneras de existir en su única manera de ser, lo que inexorablemente, lo conduce a una irreversible enfermedad, la pérdida absoluta de la realidad, digo mejor, creer que él es la verdad y el camino a la salvación de los demás, vale decir, de quienes creen en él y al resto que se tiene que imponer.

Si esta enfermedad es severa, incurable, no es menos compleja y de mayor intensidad la de quienes creen en ese tipo de jefe, caudillo, dictador, autócrata, líder y, en esa dirección, llegan al fetichismo y a la idolatría. Sin entrar en detalles, esto es posible porque es mucho más sencillo ser esclavo que libre. La libertad se conquista mediante la acción guiada por la consciencia, lo cual implica consciencia de sí, de la historia, de la realidad. Reclama el reconocimiento del otro, lo que categóricamente no quiere decir admitir la “verdad” del otro, pues la verdad y la ética no pueden dividirse, relativizarse ni repartirse ni son propiedad de nadie. Para el esclavo físico y el espiritual sus potencialidades y sus posibilidades se trasladan a su amo, in crescendo a fetiche, refugio e ídolo donde viven la sensación de seguridad, de felicidad, de convicción ante las respuestas a sus preguntas, y, en fin, para   de ese modo no correr riesgos, se camina feliz bajo la tutela del amo o se mueve agarrado de su mano. Esta ley se cumple no solo en la política, también en la casa, en las religiones, la economía, la relación de adulterio trágico ejemplo, y de ello hay fecundos estudios, de modo que por ser universal este reconocimiento, baste ese enunciado, téngase como tarea crítica para poder contribuir a la liberación del individuo, del ser social.

Si no se comprenden estas relaciones de alienación, no es posible lograr la terapia adecuada. El camino de la libertad reclama, desde luego, de una teoría, y esta nunca sale de la ignorancia, y menos de cualquier forma de dogmatismo, de fundamentalismo sino del cuestionamiento, del interrogarse, de la duda, de la inferencia rigurosa, del amor al saber y a la libertad. Y la actuación hacia la libertad da miedo, por los riesgos que implica y el rigor y cuidado que impone no perderla. La fuente de esta tragedia está en las relaciones del hombre y el poder. Del esclavo y el amo, del siervo y el señor, en síntesis de las relaciones con el poder y de poder. Y en este “juego” el poder se erige por encima del hombre.

Este marco nos permite aproximarnos al tema de hoy. Todos sabemos, todos, el gobierno más que nadie, que este régimen fracasó. Su fracaso no está tan solo en su discurso sobre el socialismo, de descomunal ignorancia, tampoco en el enunciado psicótico de destruir el capitalismo neoliberal, sobre lo cual es aún mas abismal su desconocimiento, lo que los obliga, sin la menor idea, a apropiase de cualquier cosa, desde una frase papal, capitalismo salvaje, sea un ejemplo, hasta recurrir al cristianismo y al humanismo como su “fundamentación” para justificar la imposición del terrorismo de estado mediante la unión cívico militar. Quiero que se observe con cuidado. No está en eso lo fundamental de su fracaso, quizá esté su éxito, valga la paradoja, sino su fracaso está en su práctica política utilitaria, perversa, ajena a la ética, que ha convertido el odio en núcleo de sus prédicas y prácticas (colectivos, invasiones, muerte, necrofilia) y en esa dirección inexorablemente se hace enemigo de la ciencia, del arte. De libertad. En ese camino el liderazgo racional ético, deja paso al absolutismo dictatorial que con demagogia y con millones de dólares, pudo mantener, mediante la limosna, la inicua idea del bienestar del nada hacer y del mucho odiar a otro, a quien culpa por su infelicidad, de su desgracia.

Tomemos tres ejemplos mediante los cuales Maduro y demás creen que pudieran generar un movimiento en defensa de los intereses superiores de la patria, de la identidad nacional y de la historia que vendrá. El esquema sustantivo es el mismo que el manejado en las ficciones de la guerra mediática, la guerra económica, el magnicidio, la oligarquía, solo que la dura realidad desbarató ya estas argucias, la falsedad de sus enunciados es un hecho verdadero. La realidad dice que hay inflación galopante, escasez en ascenso, inseguridad, violencia, muerte sin limites, represión, que no hay medicinas ni carreteras transitables, que se va la “luz”, que un maestro, profesor universitario pasa hambre, que se persigue a periodistas, que hay presos políticos, todo está ahí, y nadie puede negar cada una de estas realidades. Pero, las valoraciones que de ellas tenemos, e incluso, las causas de esta crisis, de esta agonía, son diversas según los intereses que entran en el análisis, lo cual, insistimos, no quiere decir que cada quien tenga razón en sus juicios y mucho menos que todos sean verdaderos. También aquí la cuestión se resuelve con fundamentación científica rigurosa y orientación ética. La cuestión es reconocer y asumir la verdad y de allí inferir qué y como hacer para superar la realidad enferma.   Hay escasez de comida porque no se produce. Hay corrupción porque tenemos un estado que ha hecho de la corrupción su modo de existir, su negocio, su inversión.

Los tres ejemplos mas expeditos: Las firmas millonarias (no se cuantos millones de ellas pero hubo millones despilfarrado en eso); la cuestión con la RCG y ahora la cosa del cierre de las fronteras de Venezuela en los limites con Colombia, Táchira.

Las firmas, no hubo piedra que no lanzaran, movieran, cadenas a granel, discursos, para que Obama se arrodillara ante Maduro. El régimen vociferó su triunfo. Los EE UU utilizó un formalismo diplomático, Venezuela no es una amenaza para los Estados Unidos, pero la acusación a los 7 sigue en pie. Inamovible. Irrenunciable. Y una nalgada para Maduro, mejor dicho dos, la nalga izquierda para Obama y la derecha para Raúl. Cosas de la Realpolitik. Poco o nada significa este régimen y este país empodrecido, empobrecido y sin alternativas. Los cubanos optaron muy bien. Reapertura de sus embajadas y si bien aun no se suspende el absurdo bloqueo, en la práctica se ríen de los desaciertos de este error del Imperio y el aprovechamiento de los cubanos para justificar los fracasos de la revolución. Pero, lo sabe bien Cuba, esa manipulación no podía ser eterna y la abatida, extenuada Cuba reclamaba la cura, naturalmente venida del Imperio. Crece el turismo, se multiplica al infraestructura, inversiones altas de Canadá, Europa… se construye un inmenso puerto (cerca de 70 Km 2) para que “duerman” allí los grades barcos, sus conteiner etc.… para tomar provisiones y atravesar el canal de Panamá y así… ya las niñas jinetearas no cambian su pudor por pantaletas, jabones, jeans, sino que envuelven sus esfuerzos en dólares y las ancianas turistas que buscaban mancebos para juegos de eros los hallarán con muchos menos riesgos.

Lo de la RCG. Ah! Maduro sabe que Chávez dio un sentido no histórico ni económico ni ético a las relaciones con la Guyana e islas de la comunidad británica. Su mitomanía y egolatría lo hizo considerarse como libertador y que él podría comprar la conciencia de los negros caribeños, afrodescendientes, a quienes el imperio inglés habría humillado, vejado, etc. Pues no… estos negros, sean de Barbados, Trinidad, Jamaica…etc. se sienten francamente orgullosos de ser miembros de la Comunidad Británica, no se plantean la revancha ni la venganza, nada de eso. Se sienten humanos que quieren más libertad, más comodidad, mejor vida y saben bien que a sus antepasados los vendían los traficantes de esclavos que eran africanos negros. Pero con Guyana la exageración de Maduro es imbecilidad Culpar a la Exon Mobil de responsabilidad por sus exploraciones en aguas sujetas al diferendo, es insultar a Guyana. Es decirle a los guyaneses, ustedes son unos pobres seres manejados por la Exon… Proponer una comisión mediadora presidida por Correa, en menos racional que proponer al obispo Moronta para Papa.

El más decidido enemigo de Venezuela en este “diferendo” con Guyana es Maduro. En cualquier espacio donde la palabra sea fuente para juzgar, para probar, el discurso agresivo, prepotente, insultante de Maduro es simplemente la más eficaz prueba en contra de Venezuela. Un litigio de esta naturaleza se resuelve mediante la transparencia del lenguaje bien fundamentado, y para cada palabra presentar sus pruebas. La otra vía, la guerra…Y sería la tercera nalgada para Maduro, solo que como ya sus nalgas las ocupan Obama y Raúl, a Inglaterra le tocaría hacerle algo más que la circuncisión.

La tercera trampa, la crisis con Colombia. Su irracionalidad ha ido tan lejos que se asume Hitler y cree que a Colombia la gobierna el mariscal Pétain. Cree firmemente que las FARC, y los demás grupos de guerrillas unirán sus imbatibles tropas, a las probablemente comandadas por Diosdado de Mariscal para acabar con la oligarquía colombiana. Se engrandece y recrea en su sabiduría dando lecciones de historia a los colombianos, hace de Gaitán un Chavista y al pensamiento de Hugo Chávez como el hilo conductor de la ideología libertaria que Colombia ansía. Propone una campaña admirable y adorable, desde luego, a la inversa, con los 5.800.000 de colombios que viven en Venezuela tanto para defender la felicidad que les ha dado este paraíso, cuanto por el amor revolucionario que les inculcó Chávez, serán indestructibles en la batalla final, que culminará con el ajusticiamiento de Uribe y con ello la derrota total del narcotráfico y el exterminio de los paracos.

AH! Señor Maduro. Alguien debe decirle que así no son las cosas. Que con Colombia tenemos inmensas dificultades limítrofes, demarcación de aguas, entre ellas la cuestión del Golfo de Venezuela. Quizá sepa que la Guajira la habitan fundamentalmente colombianos, que si bien wayuu  y sin renunciar a eso, son colombianos. Y que jamás se enfrentarán con sus hermanos de este lado, habitantes casi todos de Maracaibo. Que cerrar por este lado las fronteras es más complicado que el destruido muro de Berlin. Por algo usted y Francisco Arias tienen miedo de este otro “desaguisado”. No cuente Maduro con que los colombianos “revolucionarios” y las tropas nuestras de ancianos unas, de jóvenes otras, de colectivos muchas, se unirán como el Magdalena y el Orinoco según utiliza usted a Alí Primera.

Usted y sus secuaces (de secuator, señor) dejen al Tuerto López y Nazoa, a García Márquez y a Herrera Luque como las fuentes para el encuentro necesario. Permitan a Botero y a Cruz Diez marcarnos el camino, y el único que es viable para no perder, porque en la violencia, en la guerra gana la muerte y quienes sobreviven son siempre perdedores.

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