Las violaciones a los derechos humanos no pueden quedar impunes
Últimamente la tendencia mundial ha sido menos tolerante con respecto a las flagrantes y repetidas violaciones de los DDHH cometidas en diversos países.
El caso más emblemático es, sin dudas, la condena a prisión por la Corte Penal Internacional de La Haya para Slobodan Milošević, por violaciones a los derechos humanos cuando era presidente de la Antigua Yugoeslavia.
En Argentina, a 37 años del golpe, la justicia ha corrido contra el tiempo en busca de nuevas pruebas y testimonios para juzgar a los involucrados en crímenes cometidos durante la última dictadura militar. Desde 2007 a la fecha, hay 404 condenados por violaciones a los derechos humanos, y más de mil procesados.
La condena a cadena perpetua de varios responsables de los tristemente célebres vuelos de la muerte, constituye un importante acto de justicia y, a la vez, es demostración práctica del por qué toda democracia —en este caso la de Argentina— debe perseguir incansablemente los crímenes contra la humanidad, a fin de evitar que queden impunes.
Es de esperar que estos no sean casos aislados y que, en un futuro cercano, todos aquellos que, basándose en su poder temporal, hayan cometido delitos de lesa humanidad ,sean procesados y condenados por la Corte Penal Internacional.