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Lo que tenemos que hacer

El régimen es un monstruo de seis cabezas: Maduro, Cabello, El Aissami, Jorge Rodríguez, Jaua y Bernal. En la mitología griega se conoce como Scylla, una terrible criatura de cuya cintura salían seis cabezas de perros, que solo sabían devorar. La imagen sirve para representar la dictadura venezolana, Castro con seis sanguinarios a sus órdenes, tienen la tarea de hundir el país, tal como Scylla hacía con los barcos griegos que se aventuraban en el Mediterráneo.

Cada perro representa los crímenes de los cuales son responsables los mencionados: traición a la Patria, narcotráfico, corrupción, violaciones a los derechos humanos, promoción del crimen organizado y financiamiento de grupos terroristas y extremistas.

La pandilla secuestró Venezuela, cumpliendo el objetivo del Foro de Sao Paolo, el control de nuestro territorio y disponer de sus recursos para financiar su proyecto. Llegaron con mentiras, manipulación y engaño, los petrodólares sirvieron para comprar conciencias, enriquecerse y esclavizarnos, como a cualquier pueblo invadido de la antigüedad.

Ahora se mantienen a sangre y fuego, con tal de no perder el poder, Chávez ya había pervertido las Fuerzas Armadas para colocarlas a su servicio, los de verde son los esbirros de hoy, obedecen a intereses extranjeros, a su cabeza dos soldados malditos por Bolívar: Padrino y Reverol, apuntan con su fusil al pueblo que juraron defender.

Maduro dirige un estado forajido, donde el crimen se ha organizado alrededor de la gran mentira bolivariana. El bajo mundo, el lucro, la droga, la corrupción, el tráfico, el lavado de divisas, comen del mismo plato… conviven vestidos de rojo o de verde militar.

El desgobierno amenaza con una guerra civil, Maduro, Diosdado y Jaua, sin caretas muestran su talante dictatorial, afirman que nunca se irán, que equivale a afirmar: no respetamos ni democracia, ni elecciones, ni la voluntad del soberano.

El diputado oficialista Pedro Carreño, ligado al intento de golpe de estado de Chávez, ya en sus inicios militares, fue acusado de robar dinero de la cantina que administraba, va más lejos. Llama a la guerra públicamente, propone armar al partido de gobierno, anunciando su plan de adiestramiento en tiro de combate, tiro instintivo, infiltración y defensa personal.

La humanidad más grotesca que tiene Venezuela, sintió necesidad de aportar su lengua sibilina, cual arribista que busca retratarse con el autócrata, esperando recuperar su tajada “Aquí todos andamos armados, todos los sectores de la vida nacional están armados, unos más, otros menos” escupió Hermann Escarrá. Con argumentos tan grotescos como su figura, probablemente por aquello de que lo exterior es el espejo del alma.

El eterno tránsfuga, justifica la violencia gubernamental, que es quien tiene las armas. Justifica igualmente, a pesar de ser abogado constitucionalista, la organización de una Constituyente que viola el libre sufragio de los venezolanos, donde verdaderamente reposa la soberanía.

Como todo chavista inmoral, se deshace en elogios del autócrata, equiparando a Maduro a un “estadista”. Todos bailan pegados, la escoria se apresura a acusar como responsables de la violencia, a políticos, alcaldes, esposas de dirigentes, periodistas, estudiantes y a todo el que, se pronuncia y lucha contra las violaciones de los derechos humanos que comete el régimen.

Se filman bailando, los Chávez, la Cilia Flores, el Jaua, bailan y se ríen del martirizado pueblo… del que está en la calle dejando girones de piel, perdiendo la vida. Mientras tanto Padrino y Reverol que mucho temen, lanzan acusaciones de terrorismo y ordenan disparar contra un pueblo desarmado.

Han declarado la guerra, a los valores, a los derechos, a la protesta, a la civilización, ¡son asesinos! las imágenes hablan por sí solas, la legitima defensa se impone. Sabemos lo que tenemos que hacer, esto es una guerra y no hay vuelta atrás, a menos que queramos perderlo todo, nos toca utilizar estrategias de guerra, orden y valentía, son necesarios.

A organizarnos de manera inteligente, para evitar bajas, heridos y detenidos, no se abandona a nadie, juntos somos más. Estudiemos el terreno, las rutas por donde llegaran, detectemos sus flaquezas, ataquemos donde duela, sin desperdiciar municiones, tengamos previstas las rutas de evacuación.

Hemos escogido el camino de la no violencia, esto no quiere decir que permitamos que nos masacren. Preparados para protegernos, necesitamos sorprender, emboscar y hacerlos correr.

Prever la llegada de los motorizados, tener con que protegernos y enfrentarlos. Es necesario cruzar las líneas enemigas antes, para acorralarlos por ambos lados. Teniendo claro que no vienen a jugar y lo sabemos, son ellos o nosotros.

Para Maduro los muertos son daños colaterales, le importan poco, son el precio a pagar para mantener el poder. Por eso sus voceros inventan calumnias, la Varela, Istúriz, Saab, Delcy Eloina, son asalariados repetidores de la mentira… más les valdría hacerse discretos y no seguir atizando odio.

Con Nicolás el descaro no tiene límites, mientras la lista de jóvenes asesinados sobrepasa los 40 fallecidos, con miles de heridos, el gobernador del Zulia, Arias Cárdenas, afirma que va a hacer justicia contra los estudiantes que derribaron una estatua del galáctico. He allí el mejor ejemplo de la justicia chavista, todo se despliega para capturar al que protesta y juzgarlo en tribunales militares, pero nada hacen contra el que accionó el arma que atravesó la cabeza de un joven que soñaba con la libertad… ni contra el autor intelectual que ordenó el crimen.

El régimen busca doblegarnos, imponer el terror del estado, desmoralizarnos, hacernos sentir impotentes frente a la opresión, asustarnos asesinando a los más jóvenes. Quiere que sospechemos de los líderes de oposición, que nos encontremos indefensos, erigiendo un muro de silencio ante la barbarie y el atropello.

Intenta someter la rebelión popular, despojarnos de garantías, derechos… convertirnos en esclavos. A una condición… si los dejamos. No cuentan con algo que carecen, valores, principios y fe, porque “… los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.” (Mateo 8:12)

Esa Fe que hace surgir de las entrañas, la fuerza necesaria para jamás rendirse, la que estamos presenciando en las calles de San Cristóbal, Carabobo o los Teques, la que escuchamos en los cantos y en los gritos de libertad… la que vemos en la mirada de los jóvenes que están dando la batalla.

Lo que ha sucedido en Venezuela no tiene comparación en Latinoamérica, una región que conoció dictaduras sanguinarias, observa impávida como en la tierra de Bolívar, unos gánsters se instalaron para dejar invadir su país por los Castro. Nunca gobernaron para construir, solo para esclavizar, arruinar y someter la Nación.

La lucha para liberar la Patria no tiene vuelta atrás, de todos los pueblos de Venezuela se levanta un clamor… entramos en comunión.

“Vosotros tenéis la dicha de ser los primeros que levantáis la cerviz, sacudiendo el yugo que nos abrumaba con mayor crueldad, porque defendisteis en vuestros propios hogares, vuestros sagrados derechos. En este día ha resucitado la República de Venezuela”. Simón Bolívar

Ex Cónsul de Venezuela en París
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