Madres de mayo
En mayo continuaron las protestas y con ellas el dolor de muchas madres venezolanas, cuyos hijos son quienes enfrentan las manifestaciones de calle cada día.
En esos enfrentamientos, entre los cuerpos de seguridad del Estado, y la sociedad civil, en los cuales también han estado involucrados grupos armados, valiosos jóvenes han perdido la vida.
¿Hasta cuándo? Es la pregunta que todo el mundo se hace. La salida parece fácil: respetar la Constitución, mas el camino para lograrlo está lleno de bombas lacrimógenas, falta de diálogo, enfrentamientos, la intransigencia del Gobierno y el desconocimiento absoluto de las leyes y las funciones de cada uno de los poderes establecidos en la Carta Magna.
Mientras esto pasa, los jóvenes dejan la vida en el asfalto y con ellos cada una de las madres que el pasado domingo no celebraron su día, sino que se lanzaron vestidas de negro con el dolor a cuesta.
Todas coinciden con la misma frase: “tenemos miedo, pero respeto su decisión”, “no puedo impedir que salga, quiere futuro y para ello necesita un país”, “cuando sale lo encomiendo a Dios”. Otras simplemente se quitaron el miedo, se montaron botas, máscaras antigas y salen de escudo a proteger a sus hijos.
Este domingo de la madre en Venezuela no estuvo lleno de flores, comidas en restaurante ni grandes regalos. Sin duda, este año marcó una pausa y lo hizo diferente.
Este año ese día para muchas se convirtió en oración, en la súplica de que el regalo sea ver regresar vivo a su hijo mientras dure esta lucha por el rescate del hilo constitucional.
En este día de la madre en Venezuela hubo luto, lágrimas, pero también la convicción de que las mujeres de este país supieron sembrar democracia en sus hogares, porque la mayoría de esos jóvenes no conocen otra forma de gobierno que la actual y definitivamente ese no les gusta.
Las madres de Venezuela sembraron libertad, sembraron luz, sembraron futuro, sembraron país. Ese que todos deseamos ver renacer.
