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Mi amigo Gilber Caro

Conocí a Gilber Caro hace unos cuantos años, como en 2005. En ese momento realizaba junto con el Dr. Elio Gómez Grillo una investigación sobre centros de ayuda pospenitenciaria para un proyecto que teníamos en mente en ese entonces. Alguien nos comentó de un grupo de expresidiarios que habían creado una casa de abrigo para personas que estuvieron privadas de libertad y no tuvieran adónde acudir al salir de la cárcel.

Fue así como conocimos a Gilber y ese maravilloso proyecto que el lideraba llamado “Liberados en Marcha”, una gran obra de apoyo a personas que han sido abandonadas por todos después de salir de la cárcel y sin tener adónde ir, sin oportunidades de trabajo, y a tener una vida digna; un expresidiario siempre va a tener que cargar con esa cruz y la estigmatización de la gente. Pocos somos los que creemos que los delincuentes se pueden recuperar y ser útiles a la sociedad, Gilber es un claro ejemplo de que sí es posible y no es una utopía.

Con Gilber he compartido muchas experiencias extraordinarias y cada día aprendía algo más de él, fuimos a infinidades de foros donde siempre peleaba con él porque no dejaba hablar a más nadie; en verdad su historia es fascinante, y los asistentes a los foros se maravillaban con su historia y cómo había logrado salir del mundo del crimen para ser un hombre de bien.

Acompañé a Gilber en otra de sus grandes iniciativas que se llamó “Santa llega a las cárceles”, mediante la cual llevaba acompañado de muchos de sus amigos juguetes a los hijos de los presos en varias cárceles del país, una forma humilde de hacer felices a estos niños en Navidad y supliendo lo que su padre no podría hacer por estar preso.

Gilber nunca ha ocultado su condición de expresidiario, de delincuente recuperado; son muchas sus vivencias en la cárcel que ha contado en todos lados, en foros, entrevistas en medios de comunicación y hasta en un libro que recientemente bautizó escrito por Manuel Llorens y que se llama Los hombres libres nunca tendrán prisión, su vida pasada siempre ha sido del dominio público.

Creo que la grandeza de Gilber es que después de una vida equivocada, que vivió por muchos años, que lo llevaron a pasar otros tantos años en prisión, hoy sea un hombre de bien, que se ha dedicado a ayudar a sus semejantes y tender la mano a los más necesitados.

De la mano de Leopoldo López ingresó en la política y ha estado con él desde la fundación de Voluntad Popular, organización de la cual hoy es uno de sus más importantes dirigentes; allí creó un área penitenciaria desde donde en ocasiones me ha tocado apoyarlo.

Junto a Gilber tuve mi primera experiencia en la política, cuando me pidieron que con él coordinara la elaboración del plan de gobierno del entonces candidato Henrique Capriles; allí logramos reunir a las mentes más lúcidas del ámbito penitenciario y elaboramos un plan que estoy seguro de que en un momento cercano lograremos ejecutarlo y nuestro sueño de tener las mejores cárceles del mundo va a ser una realidad; ese momento va a llegar y te juro, Gilber, que lo haremos con toda la pasión del mundo, será nuestro gran reto.

Gilber en su afán de seguir progresando participó en una propuesta de la Fundación Futuro Presente llamado “Lidera” y donde se han formado a muchos de los jóvenes que serán los líderes del futuro; de allí ingresó a la Universidad Santa María a estudiar Derecho, y ya lleva una parte de la carrera recorrida; pronto será un abogado de la república.

Gilber también logró ser diputado suplente en las últimas elecciones de 2015 para la Asamblea Nacional, y desde allí ha trabajado con dedicación por mejorar las condiciones de las cárceles venezolanas. Nunca ha olvidado su origen y su vida pasada.

Hoy Gilber está nuevamente preso, víctima de una celada de la dictadura y hasta el momento que escribo estas líneas, miércoles 1:00 pm, sigue incomunicado, nadie ha podido verlo a pesar de que su detención fue el pasado 11 de enero, han pasado 7 días, se han violado todas las normas constitucionales que lo protegen no solo como diputado a la Asamblea Nacional, sino como ciudadano poseedor de derechos humanos que el régimen está desconociendo y violando la Constitución que tanto dicen respetar.

No sé qué va a pasar con Gilber, Venezuela está en una dictadura que cada día se vuelve más agresiva hacia todo el que piensa diferente, los voceros de la dictadura intentan descalificarlo por su condición de expresidiario, como si nadie supiera de dónde viene o lo hubiera ocultado toda su vida.

El libreto de la detención de Gilber ya lo conocemos, lo vimos con Jon Goicochea, Carlos Melo, el concejal de San Cristóbal, y lo seguiremos viendo ante un régimen al que los derechos humanos le importan poco o nada.

Gilber, hermano, esto va a pasar, nada dura para siempre y nuestros sueños de tener el mejor sistema penitenciario del mundo lo lograremos, fuerza y fe querido amigo.

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