Mi mandato bien vale un juramento como gobernador

Hoy la célebre frase “Paris Bien Vale una Misa, (Paris vaut bien une messe), atribuida a Enrique de Borbón o de Navarra, pretendiente hugonote (protestante) al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar como rey  Enrique IV en Francia, tienen plena vigencia  hoy, en la política nacional,  ya que  esa frase,  guardando las  debidas distancias   históricas y semánticas, ha sido parafraseada   por los gobernadores,  Táchira, Nueva Esparta, Mérida, Anzoátegui, al juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente y  proclamar públicamente  “Mi Mandato Bien Vale un Juramento como Gobernador”.

La actitud tomada por los Gobernadores de la oposición, de esos estados es la comidilla política de hoy de todos los sectores de la comunidad nacional, unos justificándolos políticamente  y otros criticándolos políticamente, lo cierto es que esos gobernadores de la oposición,  juramentados, ejercerán sus funciones  administrativamente, sin el respaldo del gobierno central, al colocarles a los  ex gobernadores derrotados como “Protectores” y no les darán recursos necesarios  financieros para sus planes de gobierno, y por el otro lado la posible carencia de apoyo de  sectores  políticos de la oposición,  pero ellos  en libertad de su propia conciencia y   responsabilidad,  han asumido   sus  funciones bajo el paradigma de “Mi Mandato Bien Vale un Juramento como Gobernador”.

Ese juramento, que solo beneficia o perjudica de quienes lo  han  hecho, se ha tornado en la opinión pública, en nuevo en un distraer, entretener la realidad existencial  de  la dramática situación social,  económica y política que los venezolanos estamos viviendo día a día, como lo es:   la inseguridad,  en donde   cada día  hay más asalto, más robos, más atracos, más secuestros, más muertes, ocasionado incertidumbre  y dolor al  ciudadano  y a  las familias;  la escasez de medicamentos y  de insumos médicos hospitalarios, ocasionado muerte y desespero  en los enfermos,  los  familiares y amigos,   la falta de  insumos para las industrias,  ocasionado  desempleo,  escasez, pobreza, la falta de dinero en efectivo, la especulación y la  estafa  en los precios de la canasta  diaria, ocasionando hambre y miseria, estos  entre otros tantos detalles, temas que el pueblo desea respuesta concreta  e  inmediata  de los mandatarios del régimen, sin demagogia, populismo, ventajismo  y falsas   promesas, y del sector opositor  que debe dejarse de la diatriba de enfrentamientos por intereses personales y vanidosos entre los líderes de la oposición y asumir de una vez por todas la  responsabilidad de su  rol de opositores, para favorecer al soberano.

Ya las elecciones regionales son noticias de ayer, la juramentación de los gobernadores serán noticia de un segundo día, por pasadas,  pero el hambre, la miseria, el desempleo, la escasez,  la especulación, la muerte son noticia del día al día y el venezolano, sin tendencia  alguna  partidista exige como noticia del hoy la solución de la trágica problemática que estamos viviendo, en lo social, en lo económico sin ningún tipo de retórica,  ni potes de humos o globos de ensayos de electoreros.

Los pasados eventos, elecciones regionales y la  juramentación de los gobernadores de la oposición, deben  darnos  pie, a reflexionar  y  motivarnos a aquellos, que por gracias tenemos  la habilidad,  el arte, la destreza, la posibilidad, la intelectualidad, la experiencia, de ser orientadores a través del lenguaje escrito y del lenguaje verbal,  para alinearnos mediante esas  virtudes con la sensibilidad  del pueblo  para  ser realmente de su voz, y evitar caer en la tentación  de la voz de nuestros propios intereses personales, ya que   si todos los  que sentimos el clamor  de cambio por una Venezuela mejor,  nos pusiéramos  atacar al No Hay, desde nuestros puntos vistas y de pensar, otro gallo cantaría y la situación por la que atravesamos  fuera otra, ya que nos importa  al  venezolano en darle solución a  la inseguridad, al hambre y a la salud, lo demás temas entre ellos las elecciones regionales  y la juramentación de los gobernadores  forma parte del folclore  partidista que en la actualidad vivimos.