Niños de la Patria, niños del hambre, niños de la guerra
En Venezuela, cuando ya crees que nada te puede asombrar, te topas con imágenes que te hielan la sangre: niños encapuchados, metidos de lleno en las manifestaciones. Si, niños, esos a los que Chávez llamaba “Niños de la Patria”, niños que ahora se han unido a la resistencia porque quieren un cambio.
Algunos argumentan que están cansados de hacer colas, otros son más maduros para intuir que sin un cambio, aquí no hay expectativa de vida; otros arguyen la verdad más desgarradora de todas, tienen hambre. Hasta ese punto ha llegado nuestra decadencia. Nos están robando el futuro.
Manifestantes de mayor edad los sacan de las zonas de peligro, pero ellos insisten en volver. Quizás esta sea su manera de drenar su impotencia, de sentir que son tomados en cuenta, de sentir que hacen algo por su país, de sentir ahora sí, que realmente son “Niños de la Patria”.