Carlos Santana: icono latino del rock

Para las nuevas generaciones es muy posible que el nombre de Carlos Santana represente lo que llaman en las calles “un rockero viejo”, una legendaria figura; más aún en estos tiempos en los cuales se rinde un culto a la imagen, a lo estético, a lo lindo. Los predilectos artistas de la mayoría de la actual población, responden más a campañas de mercadeo – cual un refresco o marca de pantalón fuese – por parte de las disqueras, que a verdaderos criterios de calidad interpretativa.

(%=Image(8440869,»R»)%)Esta situación ha sido en muchos momentos abordada, por músicos como el norteamericano Ray Charles, el puertorriqueño José Feliciano y el venezolano Ilan Chester entre otros. Por lo descrito por ellos en diferentes entrevistas, en instantes y ambientes disímiles, las productoras invierten en artistas “bellos, jóvenes, bonitos y simpáticos” – como indicó Ilan durante entrevista en Globovisión – dejando a un lado a los que, aún poseyendo características y cualidades especiales, carezcan de los rasgos mencionados

De acuerdo a los resultados que ha producido la grabación Supernatural de Santana, aparentemente, las valoraciones sobre la buena música han aparecido nuevamente. Pero ¿Quién es Santana?

Carlos Santana nace el 20 de julio de 1947, en Autlán de Navarro, Estado de Jalisco, México, iniciando sus estudios musicales hacia los 4 ó 5 años de edad con un violín regalado por padre, quién interpretaba este instrumento en una banda de mariachis. Su propio progenitor fungió como su primer maestro de música. A los 8 años se muda con su familia a la fronteriza ciudad de Tijuana, donde entra en contacto con el rock ‘n roll que se encontraba dando sus primeros pasos. Aquí es entonces cuando cambia de instrumento, empezando a tocar guitarra, teniendo como sus principales influencias a intérpretes de blues como T-Bone Walker, John Lee Hooker, y B.B. King.

Es en 1961 que se traslada a Estados Unidos, específicamente a San Francisco, ciudad en la cual su familia se encontraba desde el año anterior. En el Área de la Bahía, contacta con todo el movimiento musical denominado West Coast Stream, e inicia su carrera profesional en Norteamérica “matando tigres” con su guitarra.

En 1965, forma su primera banda: la Santana Blues Band, con Gregg Rolie, Gus Rodríguez, Michael Carabello y Danny Harg, quienes se iniciaron en Clubes del sector hispano de San Francisco. El poder demostrado por este grupo, llamó la atención de los distritos rockeros de la ciudad como el Haight-Ashbury District, donde fueron contratados para tocar. Es aquí cuando inició su vuelo. En uno de sus toques, fue visto por el famoso productor Bill Graham, siendo contratados para abrir el Concierto en el Fillmore West, donde estuvieron también The Who, Bob Dylan, Jimi Hendrix, y “El Príncipe de las Tinieblas”, el jazzista Miles Davis con su banda electrónica, de quién absorbe las tendencias funk aún posee su obra.

Graba entonces su primera producción: The Live Adventures of Mike Bloomflied and Al Kooper, lo que le valió la invitación a Woodstock, donde, en medio de las miles de latas de cerveza, refresco y muchas cosas más, 350.000 personas y toda la euforia que rodeaba la época, brindó una electrizante e inolvidable perfomance.

Después de este imperecedero momento, varios de sus músicos dejan la banda, resurgiendo con otra en la que junto a Armando Peraza, José “Chepito” López y Orestes Vilató entre otros, incendiaban el escenario en cada ocasión que entraban en acción. El sincretismo musical hecho por este grupo, entre lo afrocubano, lo latino, el blues y el rock, jamás ha sido alcanzado nuevamente, ni siquiera por los nuevos integrantes de las diferentes bandas de Santana.

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Su secuencia de discos exitosos se inicia con el extraordinario Abraxas, en donde “Oye como va”, de Tito Puente, “Back Magic Woman” y “Samba pa’ti” de su propia inspiración se transformaron en clásicos del Rock de todas las épocas.

En los subsecuentes discos, explora las cadencias del jazz, mezclando el rock con el latinjazz, y con el modal jazz creado por Miles Davis hacia el inicio de la década del 60, haciendo su música más relajada pero muchísima más rica en armonías y ritmo; siguiendo las estructuras que Miles plasmara por vez primera en la historia de la música en sus discos Kind of Blue y In a Silent Way.

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Sus influencias jazzísticas llegan a tal nivel, que graba con dos de los más aventajados alumnos de Davis: John MacLauglin, guitarrista, y el pianista-tecladista Herbie Hanckock. Con el primero graba el glorioso y delicioso Love Devotion And Surrender, y con el segundo, conjuntamente con otros jazzistas de renombre – siempre bajo la sombra de Miles – Stanley Clark y Wayne Shorter, el álbum Amigos en 1977. Todos estos músicos mencionados de segundo, fueron discípulos del prestigioso trompetista de jazz, formando parte de su banda operativa por varios años.

Hacia la década del 80, graba con dos de sus ídolos John Lee Hocker y Bob Dylan, asimismo, produce grabaciones si se quiere muy adelantadas en sonoridad para la época; y alejado de los patrones estéticos nombrados al inicio, cae en cierto olvido para las grandes masas consumidoras. En los 90, realiza giras por todo el mundo, en muchas ocasiones alternando con The Rolling Stones acrecentando más aún su fama de buen músico.

Es hacia finales de 1998 que firma un contrato con Arista, produciendo su resurgir en las masas y en las nuevas generaciones, quienes se asombran al comprobar lo espectacular de una sonoridad que siempre había estado allí, oculta para ellos y disfrutada por aquellos que nos despegamos de los patrones seleccionados por la mayoría y por quienes dicen conocer de gustos mayoritarios.

(%=Image(4759763,»L»)%) Con “Supernatural”, Carlos regresa con una gran variedad de ritmos, armonías, tonalidades, arreglos, texturas que van desde el Rock, pasando por el Soul, el Hip Hop, el Rap, manteniendo siempre su contenido afrocubano y jazzista; y al igual que Miles se rodea de músicos e intérpretes jóvenes – Lauryn Hill, Rob Thomas y Dave Matheus entre otros -, con otras bandas – Maná – y con el legendario rockero británico Eric Clapton, produciéndonos un disco sin fallas y sin rellenos; el cual sin llegar a la explosividad de su sonido de los 60 y 70, es un ejemplo de excelente música.

A continuación se ofrece la discografía de Carlos Santana: