Opinión Internacional

Ecuador: protestas tras un año de dolarización

(%=Image(9251111,»L»)%)El primer año de gobierno de Gustavo Noboa Bejarano se cumple en un ambiente de insatisfacción general y de protestas populares que rechazan las últimas medidas de ajuste, adoptadas a fines del año pasado, que incrementaron el precio de los combustibles y del gas de uso doméstico, tarifas de transporte público y servicios de agua, luz, teléfonos e impuesto predial.

Las manifestaciones de descontento son protagonizadas por sectores estudiantiles de las principales ciudades del país, como Quito, Guayaquil y Cuenca, mientras el movimiento indígena y los movimientos sociales anuncian la intensificación de las
acciones a partir del 21 de enero. Esta última fecha está cargada de simbolismo pues el 21 de enero de 2000 el movimiento indígena, aliado con militares progresistas, derrocó al gobierno del demócrata cristiano Jamil Mahuad, tomó el poder por el lapso de dos horas, pero fue sustituido, por presiones de la cúpula militar y el gobierno de Estados Unidos, por el actual mandatario, Noboa Bejarano, quien fue vicepresidente de Mahuad.

Para contrarrestar las protestas ciudadanas, el régimen de Gustavo Noboa denunció que «existe un plan de desestabilización de la democracia» y ordenó a la policía que reprima fuertemente las manifestaciones.

(%=Image(7279477,»R»)%)El conjunto de medidas está orientado a solventar el déficit presupuestario generado por el pago de la deuda externa y el «salvataje bancario y comercial», señaló un manifiesto unitario del Frente Unitario de Trabajadores, el Frente Popular, la Coordinadora de Movimientos Sociales y otras organizaciones. El documento agrega que, con ellas, el gobierno piensa recaudar unos 220 millones de dólares, la misma cantidad que se requiere para «recapitalizar» el Filanbanco, un banco privado que pasó a manos del Estado. En los últimos dos años, el Estado ha gastado 3895 millones de dólares en salvar a la banca y a los banqueros corruptos, muchos de la cuales se encuentran prófugos de la justicia. El régimen de Noboa poco o casi nada ha hecho para cobrarles las deudas e incautar sus bienes.

Doloroso experimento

Mahuad, una semana antes de ser echado del poder, precipitadamente impuso el dólar estadounidense como moneda nacional, en sustitución del sucre. La medida formó parte de otras medidas reñidas con la soberanía nacional como la entrega de la base de Manta a Estados Unidos para la «lucha anti-drogas». En esa ocasión, se argumentó que la dolarización, criticada al principio y luego respaldada por el FMI, iba a permitir controlar la inflación, bajar las tasas de interés (que se situaban en un 10% en dólares y al 280% en sucres) y recuperar el poder de los salarios.

Ninguno de los objetivos de la dolarización se ha cumplido: la inflación se disparó, culminando, a diciembre del 2000, en el 91%, la más alta de América Latina; las tasas de interés en dólares se sitúan por encima del 20% y los salarios siguen rezagados en relación a los elevados índices inflacionarios. Mientras los precios de todos los productos tienden a situarse a niveles internacionales, el salario mínimo vital de 117 dólares apenas cubre un tercio de la canasta básica-. Esto en un país, en el que un 15 % de la población económicamente activa se encuentra desempleada y un 60 % subempleada.

En definitiva, la dolarización ha contribuido a incrementar la pobreza de los ecuatorianos/as ya golpeados por la expropiación de sus ahorros durante el gobierno de Jamil Mahuad y por los planes de ajuste que se iniciaron en 1982. De los 12 millones que tiene el Ecuador, 8 se encuentran en la pobreza, y de éstos, cerca de 4 millones en la indigencia.

Como contrapartida, la dolarización está beneficiando a Estados Unidos, porque el Ecuador ha perdido el » señoreaje», es decir la utilidad que recibe un país por emitir su moneda. «Fabricar un billete de 100 dólares cuesta cinco centavos, lo que quiere
decir que Estados Unidos obtiene una utilidad de 99.95 dólares al ponerlo en circulación», indicó el ex presidente de la República, Rodrigo Borja.

La dolarización ha esfumado la reserva monetaria, y ha vuelto al país totalmente dependiente de los billetes verdes. En este año, el gobierno ecuatoriano se benefició del incremento de los precios del petróleo y de las remesas que envían más de un millón de ecuatorianos/as residentes en el exterior, que totalizaron 1200 millones de dólares en el 2000, que se convirtieron en la segunda fuente de ingresos luego del petróleo. Para este año, sin embargo, la situación no va a ser la misma pues el petróleo tiende a descender, en tanto que las exportaciones no petroleras (flores, banano, camarones) experimentan dificultades.

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