Opinión Internacional

El factor Obama

Muchos de los electores que apoyan a Obama afirman que preferirían votar por McCain si Obama no fuera el candidato de los demócratas. Pasa algo similar e inverso con los simpatizantes de Hillary Clinton.

Esta aparente paradoja tiene un fundamento sencillo: los electores no piensan del mismo modo que los partidos.

Los partidos basan sus estrategias en encuestas que responden a preguntas formuladas por ellos y que buscan conocer la intención de voto y nada más.

Para los encuestados las cuestiones son otras.

Y esas cuestiones no siempre salen a relucir en los sondeos, pero se hacen evidentes en la votación.

Mientras los partidos no se propongan entender los deseos y necesidades profundos de los electores y se limiten a “vender” sus propuestas, sus programas y sus candidatos, estarán sometidos a factores inesperados y muchas veces contrarios a sus propósitos.

El centro del asunto está en elector y no en el candidato. A diferencia del candidato, el elector es un ser humano que se comporta de manera política sólo una vez cada cierto tiempo, en el momento de votar. Y cuando lo hace, actúa también como ser humano. Sus razones y sus motivaciones no obedecen a un criterio político y muchas veces responden a emociones íntimas que escapan a su propio entendimiento.

Los “fenómenos” electorales, como Obama en Estados Unidos o Berlusconi en Italia, para no citar casos que por lo cercanos serían más difíciles de observar con objetividad, no son tan extraños como puede parecer y no son tan impredecibles como se piensa. Lo impredecible es aquello cuya naturaleza conocemos poco; una vez que nos adentramos en su lógica descubrimos que se comporta de manera coherente consigo mismo.

Cuando se nos dice que “nadie podía imaginar” tal o cual acontecimiento social, tal o cual tendencia masiva que se manifiesta a través de la identificación con un determinado líder (que parece salir de la nada para encarnar algo que antes ni siquiera se sospechaba que existía) se habla de falta de imaginación e información y no de otra cosa. Es el instrumento conceptual con que se observa la realidad lo que falla; la realidad sigue siendo la misma.

Como sigue siendo igual la realidad del elector al que se bombardea con mensajes aparentemente nuevos, diversos y diferenciados pero que siguen repitiendo un único lema: vota por mí.

Pensar que la diferencia está en la foto del candidato, en su eslogan o en sus promesas, es nuevamente des-conocer, “ningunear” al elector. Se parte del supuesto que el candidato o sus publicistas manejan más información sobre el elector que la que el elector maneja sobre ellos. Que repitiendo insistentemente tal o cual frase que “da en el clavo” el éxito es seguro.

Lo que sí es seguro es que cada candidato piensa igual y considera que la suya es la estrategia correcta. Si el resultado es contrario a lo deseado no será nunca porque no entendió lo que la gente quiere sino porque la gente no lo entendió a él.

Con lo que el círculo vuelve a cerrarse y volvemos al principio: los electores no piensan como los políticos quisieran.

Y muchos electores- cada día más- quisieran que lo políticos pensaran más en ellos y menos en sus productos electorales. Que se ocuparan de entender antes que de explicarse, de escuchar antes que de vocear sus consignas.

Los que comprendan esta realidad tan sencilla encontrarán instrumentos – los hay y están disponibles- para basarse en otro tipo de encuestas y desarrollar otra clase de estrategias y campañas. Que conecten con la parte humana y no la simplemente estadística.

Porque los electores son personas y no números.

Pero cuando esta elemental verdad se pasa por alto, también los números se tornan adversos.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba