Opinión Internacional

El puente de la revolución y del progreso!

Tres años después del triunfo de la Revoluciòn Nacional en 1955, se iniciaron los trabajos de construcción de una obra monumental que habría de impulsar de manera vigorosa el proceso de desarrollo en el Oriente: el puente metálico de 1.500 metros de longitud en Puerto Pailas.

Acudieron en la época centenares de trabajadores venidos de todos los departamentos del país, técnicos de diferente nacionalidad especialmente brasileños e italianos; comerciantes, propietarios de pequeños alojamientos; se instalaron dos salas cinematográficas y centros de juego y diversión.

El pequeño pueblo, asentado en las riberas del Rio Grande o Guapay a sólo 43 Km. de la emergente ciudad de Santa Cruz de la Sierra, trabajaba día y noche al ritmo de poderosas compresoras para levantar las “pilastras” que soportarían las toneladas de acero por donde pasarían los convoyes de ida y vuelta hacia el Brasil y el gran San Pablo en el litoral Atlántico.

El puente ferroviario de Puerto Pailas tuvo, tiene y tendrá un impacto enorme en el diseño de las estrategias nacionales de desarrollo en el marco de la construcción de los corredores bioceánicos de integración y de exportación.

Cuando los gobiernos de la transición democrática y los organismos corporativos regionales quisieron ampliar la frontera agrícola hacia las tierras bajas del este, donde esperaban por siglos las maravillosas iglesias y catedrales jesuíticas, se tuvo la convicción de que el puente ferroviario era insuficiente.

Hubo que habilitar temporalmente el puente con un “entablonado” para permitir el paso de vehículos de alto tonelaje y seguir acompañando el trabajo y esfuerzo de miles de lugareños e inmigrantes llegados de todos los departamentos de la Bolivia andina que se asentaron como agricultores en el eje Pailón – Cuatro Cañadas y Los Troncos.

Entretanto la comunidad cruceña, aislada en medio de la selva desde las épocas de la conquista española y pasando por el periodo republicano de los siglos 19 y la mitad del siglo 20, se levantó enarbolando las banderas de su reivindicación histórica: el derecho de los departamentos productores al 11% del valor comercial de los hidrocarburos extraídos en boca de pozo.

Lucha tenaz y heroica que culminó en victoria nacional

Cuando el “entablonado” del puente resultó insuficiente por el crecimiento exponencial del transporte pesado internacional, los gobiernos de la democracia y los organismos regionales decidieron construir el puente paralelo para vehículos motorizados
Otra obra monumental a la altura de estos tiempos

Como hace medio siglo, la comunidad cruceña articulando ahora a los departamentos de la media luna, lideriza los esfuerzos del país autonómico en la construcción de un mejor país y estado asentado en un Modelo de Desarrollo moderno,plural,inclusivo y abierto a todas las corrientes globales de la vida democrática y del comercio mundial.

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