Opinión Internacional

En defensa de nuestra Hispanidad

El silencio se torna insoportable. Pronto se sabrá por qué este día es distinto a los demás. Es algo que puede presentirse.

Todo ocurre bajo un sol púrpura, que sostiene el principio del fuego.

El barro espera su alimento divino. Los últimos seres vivos se alejan ocultándose, como venerando una presencia sagrada.

Se escucha el sensual desarrollo de un desplazamiento sobre el agua. Los lagartos tiemblan en sus tinieblas de barro.

El acero cruza su destino cortando el aire virgen. Un hidalgo pisa la arena, y la arena es negra. Entonces un rayo, rompe las tinieblas del atardecer, y alumbra América, y América es. Juan Pablo Vitali. Nacimiento de America.

Las tendencias izquierdistas logran una vez mas manchar la memoria del 12 de Octubre, mancharla en las formas, pues el fondo, el espíritu de ese día es imbatible, el es parte de nuestro ser, de todos los que desde la península y la America Hispana formamos la Hispanidad. El instrumento de agitación marxista conocido como “indigenismo” ha sido utilizado año tras año para alimentar resentimientos en los pueblos.

Tratan de cambiar la historia, tal cual como el cerdo napoleón de rebelión en la granja, lo hacia, mienten y engañan o pretenden engañar, solo que hay memorias inmortales que no viven en el simple recuerdo, si no en los espíritus, decía Ramiro de Maeztu; Entonces percibimos el espíritu de la Hispanidad como una luz de lo alto. Desunidos, dispersos, nos damos cuenta de que la libertad no ha sido, ni puede ser, lazo de unión. Los pueblos no se unen en libertad, sino en la comunidad. Nuestra comunidad no es geográfica, sino espiritual. Es en el espíritu donde hallamos al mismo tiempo la comunidad y el ideal. La hispanidad no es algo superficial, ella se forjo con sangre, con sacrificio, los valientes que cruzaron el mar y luego exploraron todo el continente, por selvas, montañas, y pampas forjaron nuestra hispanidad, los valientes monjes que se internaban en las selvas para llevar la Fe, forjaron nuestra Hispanidad, conquistadores que a su paso fundaban nuestras ciudades forjaron nuestra Hispanidad y por que éramos Hispanos también nos independizamos, aunque en el proceso fuimos desviados.

Argumentar que ellos saquearon el continente es ridículo, propio de mentes resentidas y llenas de odio típico de los marxistas. Acá nuestro enfermo presidente ha cambiado el nombre de la fecha, “12 de Octubre Día de la resistencia Indígena” al tratar de reivindicar una “resistencia” solo hace apología al resentimiento y a la estupidez. Pero con eso no se vence un espíritu que durante 516 años ha estado presente en nosotros, cada 12 de octubre es la memoria eterna de nuestro espíritu inmortal, de nuestra Hispanidad.

Nosotros los americanos, existimos por el 12 de Octubre, lo que llamamos patrias fueron creadas bajo la sombra del conquistador y decreto del Rey y reafirmadas por los criollos, somos descendientes de conquistadores, guerreros, poetas, legisladores y caciques, somos un nuevo mundo, pero, con una vieja Tradición, una Tradición que fue la que nos formo y hasta el día de hoy mejor nos representa.

Queramos o no queramos, los pueblos hispánicos tenemos una patria dual: territorial y privativa, en un aspecto; espiritual, histórica y común a todos, en el otro. ¿Qué sabe de España el español que no ha salido nunca de ella, siquiera sea con el alma? ¿Y qué sabe de su propia patria el americano que se figura que no comenzó su historia sino en las guerras de la independencia? El español que no lleve en el alma la catedral de Méjico, no es totalmente hispánico. Y el mejicano que no perciba el carácter hispánico de su grandioso templo, es porque no lo entiende. Decía Don Ramiro de Maeztu y lo mismo afirmaba Don Arturo Uslar Pietri, si no comprendemos nuestra historia, solo vivimos engañados y por desgracia nuestra historia ha sido enseñada de forma malintencionada, Don Arturo proponía revisar toda nuestra historia y poner mayor énfasis o al menos analizar los 300 años antes de la independencia que casi son desconocidos por la mayoría, de nuestros 500 años de historia 300 son olvidados o reducidos a anécdotas oscuras y con ella se alimentan los resentidos que luego proclaman su “resistencia” cuando no son mas que lacayos de ideas extranjeras en guerra contra sus propios espíritus.

¿Existe la América Latina? ¿Existe un hombre latinoamericano? ¿Existe una condición latinoamericana? ¿Existe una situación, a partir de la cual podamos presentarnos ante el mundo y dialogar con el mundo? Esta preocupación es vieja, es ardua y ha atormentado el alma de los hispanoamericanos, por tres o cuatro siglos, desde toda la historia, desde el primer momento de la conquista. Toda la historia de América Latina ha sido una historia de toma de conciencia, de definición de posiciones, una búsqueda hacia afuera y hacia adentro y esta búsqueda ha sido muchas veces frustrante y ha sido difícil y los resultados no han dejado de ser muchas veces contradictorios. De modo que si algo caracteriza al latinoamericano en el escenario del mundo, es esa situación un poco hamletiana de estarse preguntando todo el tiempo: ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Qué puedo hacer? ¿Cuál es mi situación frente a toda esa gente que me rodea? Ninguna de estas preguntas que Don Arturo identifica en los pueblos hispanoamericanos seria necesaria si estuviésemos reconciliados con nuestra propia historia, con nuestra tradición, con nuestro ser, nosotros somos Hispanos y por eso somos atacados, pero frente a sus ataques montaremos nuestras defensas y Don Ramiro nos dice; Porque ser es defenderse. Todo lo que vale: la fe, la patria, la tradición, la cultura, el amor, la amistad, tiene que ser defendido, para seguir siendo. No hay vacaciones posibles ante la necesidad de la defensa. Esas islas afortunadas donde los hombres pueden dormir a pierna suelta, sin preocuparse del mañana, no son más que un sueño de pereza. Ser es defenderse. Y los maestros de la defensa son los caballeros. Esa es su función y su razón de ser.

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