Estela de Carlotto: No queremos morirnos sin abrazar a nuestros nietos

Entre el 19 de marzo y el 27 de abril se reunió en Ginebra la 52 sesión de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Una cita obligatoria para pasar revista a los grandes temas de la problemática mundial: desde China y Colombia hasta el derecho a la alimentación o la convención internacional contra la tortura . Una vez más, como sucede casi ininterrumpidamente desde 1979, una delegación de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina -candidatas al Premio Nobel de la Paz 2001- ocupó la tarima favorecida por el Movimiento «Unión Fraternal entre Razas y Pueblos» quien le cede su tiempo de intervención en la Comisión. La lucha por la
reconstrucción de la memoria colectiva aparece hoy como un tema crucial, casi existencial, de la vida de numerosas regiones del planeta, entre ellas América Latina. Estela de Carlotto, presidenta de las «Abuelas» dialogó en exclusiva con Sergio Ferrari.

¿Cuáles son los ejes de su presentación de este año en la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU?

Venimos a Ginebra, como todos los años desde 1979, para plantear y actualizar el tema no resuelto de los desaparecidos de Argentina. Convencidas que verdad y justicia son dos condiciones imprescindibles de cualquier proceso democrático. Nuestro tema específico es el de nuestros nietos desaparecidos. Existen 240 casos de niños desaparecidos debidamente registrados. Pensamos que pueden ser más de 500 ya que siguen planteándose nuevos casos que no habían sido presentados
hasta ahora.

¿ Y en concreto cuál fue la especificidad de su comparecencia este año en la Comisión?

En primer lugar, actualizamos públicamente los logros de nuestro trabajo. Hemos encontrado ya, en 22 años de intensa labor, 72 niños que habían sido robados a nuestros hijos desaparecidos, seis de los cuales los encontramos el año pasado.

También vinimos a actualizar la historia de los últimos cinco lustros. El 24 de marzo pasado se cumplieron 25 años del golpe que instaló el terrorismo de Estado en Argentina. Más de 100 mil personas se movilizaron para repudiar ese golpe, evitar el olvido y seguir exigiendo el esclarecimiento de la verdad histórica.

Por otra parte, nos pareció importante, ante la Comisión, apoyar y estimular acciones positivas como la de un juez argentino que acaba de reconocer la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que blanquearon en su momento a los responsables de los crímenes contra miles y miles de compatriotas.

Y alertar a la comunidad internacional ante la actitud de los militares argentinos que no aceptan su responsabilidad y se oponen a la aplicación de la justicia.

¿ Cuál es la principal motivación que las empuja desde años y años en esta lucha diaria, dura, exigente, a favor del esclarecimiento de la historia?

Una convicción y deseo muy de fondo: no queremos morirnos sin abrazar a nuestros nietos. Principal objetivo que nos permite, aún a pesar de nuestra edad avanzada, seguir en este compromiso.

¿Esa multitudinaria movilización contra el Golpe de 1976 que se acaba de realizar en Argentina indica que el esfuerzo por actualizar la memoria colectiva de todo un país da sus frutos?

Exactamente. Sentimos que ahora hay una comprensión social en el sentido que la brutalidad de un sistema injusto nos tocó y golpeó a todos. No sólo somos las víctimas las abuelas, las madres o los familiares de los desaparecidos. Cada día más y más personas entienden que el plan económico aplicado por la dictadura se prolonga hasta ahora y es el mismo que se aplica en la actualidad. Que es necesario movilizarse contra la impunidad en todos los campos: derechos humanos, económicos, lo social etc. Desafío de extrema actualidad cuando acaba de ser designado como nuevo ministro de economía el Sr. Domingo Cavallo, quien fuera un funcionario de la dictadura.

En síntesis, se siguen sintiendo los efectos funestos de este plan global siniestro. Que no sólo se expresó antes en la desaparición de personas sino también, ahora, en la desaparición de los derechos esenciales de la gran mayoría, en la desaparición de condiciones dignas de vida, en la desaparición del derecho de alimentarse de miles de niños… Sin olvidar que todos estos derechos básicos han sido avasallados por el impacto cotidiano que tiene la deuda externa . Los gobiernos condicionan todas sus políticas al pago puntual, riguroso y disciplinado de esa deuda injusta.

Imposible terminar ese diálogo sin preguntarle sobre el sentido de la solidaridad internacional en la vida y lucha de las Abuelas…

Algo esencial. No sólo para estar presentes cada año en Ginebra sino para hacer escuchar nuestra voz en tantos rincones del mundo. Quiero anticiparle que un gran número de organizaciones internacionales, entre ellas Amnistía, UFERP, SOS Tortura, nos proponen este año para el Premio Nobel de la Paz. Una nueva muestra de esa solidaridad sin límites.