Juan Pablo II en mea culpa histórico
(%=Image(7614933,»L»)%) Este domingo el papa Juan Pablo II pidió perdón por los pecados cometidos en el pasado por la Iglesia católica, entre ellos el trato a los creyentes de otras religiones.
Esta es la primera vez en la historia de la Iglesia católica que uno de sus líderes busca un perdón de tal alcance por los pecados e injusticias del pasado, acotó Reuters. «Perdonamos y pedimos perdón», dijo el Papa vestido con la sotana púrpura de la Cuaresma en la homilía de una emotiva ceremonia en la basílica de San Pedro. «Pedimos perdón por las divisiones entre cristianos, por el uso de la violencia por algunos cristianos en el servicio de la verdad y por el comportamiento de desconfianza y hostilidad usado a veces hacia los seguidores de otras religiones», agregó.
Hubo gran expectativa antes de la ceremonia acerca de qué tan específico sería el Papa al hablar de los judíos. El cardenal Edward Cassidy, expresó lo siguiente: «Oremos para que, al evocar los sufrimientos del pueblo de Israel a lo largo de la historia, los cristianos reconozcan los pecados cometidos no por pocos de ellos contra el pueblo de la alianza». Luego el Papa añadió en sus propias palabras que «nos entristece profundamente el comportamiento de aquellos que en el transcurso de la historia han causado sufrimiento a sus hijos (de los judíos), y al pedir perdón, deseamos comprometernos a una hermandad genuina con el pueblo de la Alianza».
Sin embargo, no hubo una referencia específica al Holocausto.
Las siete categorías de perdón fueron: pecados generales; pecados en servicio de la verdad; pecados contra la unidad cristiana; contra los judíos; contra el respeto al amor, la paz y las culturas; contra la dignidad de la mujer y las minorías; y contra los derechos humanos. No se hizo referencia a los homosexuales, quienes habían pedido ser incluidos en la lista de aquellos a los que se pidió perdón.
Entre otros temas, el Papa manifestó que los cristianos habían «violado los derechos de los grupos étnicos y los pueblos y habían despreciado a sus culturas y sus tradiciones religiosas». Una oración mencionó específicamente los pecados contra los gitanos.
El Pontífice dijo que los católicos deben observar el principio del milenio como una oportunidad ideal para pedir perdón por pecados del pasado, incluso aquellos de la Iglesia como comunidad. A esto llama una ‘purificación de la memoria’, necesaria para que la Iglesia puede seguir adelante.
El momento central de la ceremonia fue la oración universal: en siete pedidos a Dios, subrayados por el encendido de sendas lámparas en un candelabro dispuesto frente al crucifijo, los más altos responsables de la Curia romana, en nombre de la entera Iglesia, fueron enumerando las mayores infidelidades de los cristianos, reseñó ANSA.
El mea culpa del milenio es una iniciativa del actual pontífice. Para esta Jornada del Perdón se eligió el primer domingo de Cuaresma, un día cargado de simbolismo ya que, para los católicos, éste ha de ser un tiempo de penitencia y de conversión.
«Memoria y reconciliación: la Iglesia y los errores del pasado» es el título del documento que promulga el mea culpa papal. Tres años invirtió en su preparación un equipo formado por siete teólogos, dirigido por el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la más ortodoxa institución eclesiástica), el cardenal alemán Joseph Ratzinger.
