Opinión Internacional

La paz dinamitada

(%=Image(8177884,»R»)%) La organización terrorista ETA ha roto los restos de esperanza que quedaban en el pueblo vasco. Tras casi un año y medio sin atentados, el pasado 21 de enero, ETA asesinó a un Teniente Coronel del Ejército, Pedro Antonio Blanco. El denominado proceso de paz sufría una herida grave. El brazo político de ETA, Euskal Herritarrok, se desmarcaba con una tibia declaración, que obligaba al presidente del Gobierno Vasco a mantener en suspenso su acuerdo de gobierno con ellos. Los nacionalistas moderados apostaron todo su rédito político para conseguir la paz. Se unieron al brazo político de ETA en el denominado acuerdo de Lizarra a cambio de la tregua de ETA. Pretendían, al unirse en la lucha política por los objetivos (la independencia o la autodeterminación), acabar con los métodos violentos de la izquierda abartzale (independentista).

El suspenso de relaciones, el compás de espera que se abrió tras el atentado del 21 de enero, saltó en mil pedazos ayer junto a los cuerpos del dirigente socialista Fernando Buesa y de su escolta. Esta acción terrorista obliga al PNV a romper la baraja con la izquierda independentista. Lo contrario era imposible de asumir éticamente y, además, un suicidio político.

ETA ha buscado premeditadamente con este asesinato romper el proceso. Coloca al PNV al borde del precipicio político y ataca a la voz no nacionalista más cercana al nacionalismo democrático: EL PSOE se había convertido en un puente para el PNV. Aceptaba el plan de paz del expresidente vasco José Antonio Ardanza y no atacaba de manera furibunda al nacionalismo como hace el Partido Popular. De hecho, los socialistas y el PNV habían compartido el Gobierno Vasco durante una década y Fernando Buesa fue vicepresidente de uno de esos gobiernos de coalición.

Ahora no hay salida. No hay más que una línea divisoria entre los que apoyan la violencia y los que la reprueban y, con un atentado, los terroristas han devuelto a la política vasca a la situación previa a la tregua. El dirigente etarra que haya decidido que el proceso de paz debía morir ha sabido asesinarlo con macabro tino. Pero…¿Qué ha hecho cambiar de opinión a ETA? La falta de apoyo popular. Su proyecto político es minoritario y los nacionalistas democráticos se estaban desmarcando del discurso cada vez más radical del brazo político de ETA. Ante la imposibilidad de conseguir la totalidad de sus objetivos han optado por romper el proceso.

Los nacionalistas quedan ahora en una posición política muy difícil. Sus intentos por llevar a ETA y a la izquierda abartzale al campo democrático han fracasado. PNV y EA (partidos nacionalistas de corte democristiano y socialdemocrata al estilo del partido de John Hume en Irlanda del Norte) han recorrido parte del camino hacia el radicalismo para atraer a ETA y HB. Y ahora se encuentra en medio de ninguna parte, y con los terroristas de nuevo en acción.

Ver más información sobre la problemática del país vasco en (%=Link(1694303,»»)%)

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