Masivo plan para recuperar economía de USA
En menos de dos semanas, el presidente Obama está reconstruyendo a la superpotencia después de ocho años del desastroso gobierno republicano del inepto George Bush, que según varios comentaristas norteamericanos, pasará a la historia como el peor mandatario en dos siglos de la Unión.
Este es sólo el principio del fin de la crisis, dijo el Presidente norteamericano, al firmar su «ley de estímulo’, que representará, en las próximas semanas, un refuerzo de unos mil dólares para cada familia de la empobrecida clase media norteamericana, la más afectada por la actual crisis precipitada por la corrupción financiera en Wall Street, en casos vinculados a políticos republicanos.
Así virtualmente de un plumazo, Barack Obama comenzó, desde el primer día de su Gobierno, en enero 2009 la recuperación económica, después de ocho años del desbarajuste de George Bush y del Partido Republicano, que incluyó el astronómico costo de dos guerras en Irak y Afganistán, sin olvidar los aún indefinidos operativos globales contra el terrorismo islámico y el narcotráfico.
No hay drama con Obama, es la consigna en sus primeras semanas de gobierno. Y ello se está cumpliendo, pese a críticas y observaciones a los distintos pasos que está dando para recuperar y reformar el descalabrado sistema del capitalismo norteamericano. Y a pesar de frenéticos ataques mediáticos, promovidos por el sector financieramente más avaro y conservador del partido neoliberal sumido en una oposición desesperada contra el gobierno del Partido Demócrata, que recurre al rodillo de su mayoría parlamentaria..
Comentaristas radiales, como Rush Limbaugh, verdadero troglodita para estos tiempos, llegaron a expresar su deseo de que Obama fracase prácticamente en las primeras de cambio. Desde una perspectiva de historia, parecía gestarse un golpe de estado civil.
Wall Street debe de entender claramente, declaró Obama, «que las prácticas del pasado se han acabado, que no se van a seguir haciendo las cosas como se han hecho siempre». Para ello, entre otras medidas, el Presidente garantizó una mayor transparencia en la forma en que se retribuye a los ejecutivos, al tiempo que insistió en sus planes de una regulación más amplia para el sector financiero. Obama dio su pleno respaldo al secretario del Tesoro, cuestionado por este caso.
Apertura, transparencia y respeto democrático, son las primeras medidas dictadas desde el primer día por el nuevo Presidente de la superpotencia norteamericana, Barack Hussein Obama.
El 20 de enero de 2009, quedará en la historia, como el 14 de julio de la revolución francesa, o el octubre de 1917, que marca fechas que son hitos de la historia de la humanidad. “Transparencia y el predominio de la ley, serán las piedras de toque de mi Gobierno’, dijo Obama el 21 de enero.
Escribo el 12 de febrero, cuando en Washington se recuerdan los 200 años del nacimiento del histórico Abraham Lincoln, el presidente que en el siglo 19 proclamó la igualdad entre los hombres y que promovió el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo. Escuché los discursos del caso y las múltiples entrevistas televisivas y es imposible no trazar un paralelo. De Lincoln a Obama”, se titula un excelente reportaje de la periodista Soledad O’brien en la tv por cable CNN. Su bello rostro refleja ancestros afronorteamericanos. Obama está utilizando el poder económico para capear la crisis económica a trillonazos.
