Revuelta juvenil en Chile
Considerado unánimemente por la prensa local como el más grande movimiento estudiantil en la historia de Chile, los estudiantes secundarios han encabezado una masiva huelga exigiendo una liberación de la tarifa escolar, gratuidad en la prueba de selección universitaria y la derogación de la ley de educación.
El movimiento se inició hace un mes con masivas marchas por las principales ciudades del país, las que eran violentamente reprimidas por la policía, ante la indiferencia gubernamental. No obstante, hace una semana una oleada imparable de tomas de liceos y colegios y una convocatoria a paro terminarían por persuadir a la autoridad de sentarse a conversar.
De hecho el martes pasado la principal arteria de la capital recordaba a las protestas contra la dictadura de Pinochet, con miles de jóvenes en las calles huyendo de la policía que cargaba de forma brutal, alcanzando incluso periodistas, lo que derivó en una enérgica destitución del oficial por parte de la Presidenta Michelle Bachelet, ante las quejas de la derecha militarista.
La discusión de fondo dicen los estudiantes es la LOCE, ley orgánica constitucional de enseñanza firmada por Augusto Pinochet el día antes de dejar el poder y que consagra por una parte la municipalización de la educación, es decir el traspaso desde el Estado central a los muncipios de la administración de los liceos y colegios – educación primaria y secundaria – lo que en la práctica implica que estos traducen las diferencias, es decir un municipio rico entrega una educación de calidad y un municipio pobre una educación deficiente.
Por otra parte la LOCE antepone el principio de la libertad de enseñanza por sobre el del derecho a la educación, libertad en una suerte de eufemismo que hace de la educación un negocio como cualquier otro, así fundar un colegio es un trámite tan regular como abrir una empresa, donde el número de alumnos es el producto que compra el Estado vía subvención.
Sin embargo las protestas, que han continuado hasta hoy en igual ritmo, han desatado en el centro de la ciudad una violencia callejera no sólo de parte de la policía uniformada, también por parte de jóvenes manifestantes que lejos de cualquier orgánica parecen dispuestos a destruir todo a su paso, una especie de recordatorio que Chile ostenta el triste registro de ser junto a Brasil y Guatemala, uno de los países con peor distribución del ingreso de la región.
De ese modo saqueos y destrozos han sido la tónica de estos días en unos días de furia que expresan algo más que frustraciones educacionales. Acaso la auténtica novedad en el panorama del supuesto exitoso modelo neoliberal local es que estos estallidos no se den más a menudo.
*Periodista, Magíster Historia Universidad de Santiago. [email protected].
