Opinión Internacional

Un Jruschov para el PT

El Partido de los Trabajadores realiza su 3er. Congreso Nacional, en medio de la admisión por parte del Supremo Tribunal Federal (STF) de la demanda para que se abra proceso contra varios ex dirigentes nacionales del partido (con José Dirceu al frente), por delito de asociación para delinquir (entre otras acusaciones). Por este simple hecho, ya este congreso tendría una inmensa sobra acechándolo. Pero, con todo ello en el PT, las emociones son aún más fuertes.

Los delegados tendrán que considerar doce tesis. Los que cuentan con mayor número de delegados o impacto político son:

a) Construyendo un nuevo Brasil. Antigua Articulación y Campo Mayoritario, de la que José Dirceu, Gushiken, Lula, Silvio Pereira y Delúbio Soares, entre otros, fueron partícipes. La tesis contraria con 45% a 51% de los delegados presentes en el 3er Congreso.

b) Mensaje al Parido. Articulado por el ministro Tarso Genro, se trata de una disidencia del Campo Mayoritario que se articuló a la corriente trotskista Democracia Socialista (vinculada al Secretariado de la Cuarta Internacional, con fuerza en Rio Grande do Sul) Se estima que esta tesis tenga el apoyo del 13% de los delegados del congreso.

c) Movimiento PT: sus principales liderazgos son el Presidente de la Cámara Federal. Arlindo Chinaglia y la ex candidata a la Presidencia Nacional del PT, Maria do Rosario, Se coloca entre las dos tesis presentadas anteriormente. Contaría, según estimados, con 10% de los delegados;
d) Nuevo Rumbo: Liderazgos paulistas, que se aproximaron a Marta Suplicy durante su gestión en la ciudad de São Paulo. Los principales nombres son Rui Falcão (un aliado oscilante de José Dirceu) y el diputado federal Cândido Vacarezza. Se oponen al campo mayoritario. Se estima que tengan 8% de los delegados;
e) PT de Lucha y de Masa: Agrupamiento que gira alrededor de la familia Tatto con gran expresión política en la ciudad de São Paulo, en especial en la región sur de la capital paulista. Tendrían 7% de los delegados;
f) Articulación de Izquierda: su principal líder es el Secretario Nacional de Relaciones Internacionales del PT, Valter Pomar, que viene del Partido Comunista de Brasil. Con 6% de los delegados, es la oposición más clara y nítida, entre las principales fuerzas que firman una tesis en el 3er Congreso, al gobierno de Lula, principalmente en los que dice respecto de su política económica.

Los liderazgos partidistas procuran distanciarse de las acusaciones relacionadas con el “mensalão” [mensualidad pagada para comprar sus votos] que involucran a varios dirigentes presente en el 3er Congreso. En entrevista en el sitio web del partido (www.pt.org.br), el Presidente Lula afirmó, coherente con la tentativa de ocultar este tema. “La principal tarea del PT es ahora, primero, tener una fuerte política frente a América Latina, frente a América del Sur. El PT tiene que expandir las relaciones internacionales de la misma forma como lo ha hecho el gobierno. Y, al mismo tiempo, el PT, ahora, tiene que cuidarse para que la gente, al llegar en noviembre y tener que asumir una nueva dirección, la gente haga algo muy fuerte y muy unido, porque yo encuentro que es eso lo que el pueblo espera del PT.” Cohesión y ampliación de la acción del partido hacia América Latina. Esa sería la pauta sugerida.

Jilmar Tatto, también para el sitio web del partido, reafirmó la unidad del partido que, para él, estaría garantizada: “veo un grado de unidad muy grande dentro del PT y visones bastante importantes de todos los grupos, en el sentido de que nosotros tenemos que fortalecer al partido. Tenemos que defender al gobierno de Lula y hacer que el gobierno de Lula pueda avanzar aún más en las reformas que se están desarrollando. Pero, por otro lado, espero que las resoluciones de este encuentro logren democratizar aún más al PT, dejarlo más transparente, para que podamos evitar los errores cometidos en el pasado.” Valter Pomar presenta un discurso más crítico: “El proceso de elección de delegados, en los congresos zonales, municipales y estadales, reunió cerca de 200 mil afiliados, un número expresivo, pero inferior al número de participantes en el PED 2005 [Proceso de Elección Directa]. La mayoría de los afiliados presentes en los encuentros de base no tuvo acceso a las tesis y no participó en los debates preparatorios, que reunieron a menos del 10% del total de votantes. Las tesis y los proyectos de resolución inscritos el 13 y 17 de agosto emiten señales contradictorias, Por un lado, hay una reafirmación del socialismo, de la necesidad de que el PT tenga un programa y una estrategia de largo plazo, de la autonomía del partido ante los gobiernos en l os que participa, de la importancia de retomar los lazos con los movimientos y con la lucha social organizada, además de la necesidad de fortalecer el Partido. Por otro lado, esas mismas tesis y esos proyectos de resolución aún están lejos de conseguir disponer equilibradamente los problemas vividos por el Partido. De toda forma, esperamos que el Congreso sea un momento de mucho debate político y también de mucha unidad frente a quienes atacan al PT y, a través de los ataques contra el PT, quieren desmontar el campo democrático-popular y toda la izquierda brasilera.”
Finalmente, Joaquim Soriano (de la corriente Democracia Socialista, aliada en el 3er. Congreso al ministro Tarso Genro) avala que “la cuestión central es la relación del PT con el gobierno. Queremos que el PT sea un instrumento decisivo para la reelección de Lula y nuestro segundo gobierno avance en el sentido de un proceso de revolución democrática, Enfrentar y derrotar la derecha neoliberal pasa por construir una perspectiva de transición política y económica para Brasil, en un rumbo post-neoliberal. Es necesario que el PT asuma de forma más contundente que las transformaciones dependen de la presencia popular y de la democracia participativa en las decisiones públicas. Los cambios son resultado del conflicto, de la conformación de un bloque social y político que, basado en un proyecto, conquiste las mayorías. Las transformaciones dependen de la presencia activa del pueblo. Otra cuestión importante es discutir la táctica para la coyuntura actual. La propuesta de una constituyente o mismo de una revisión constitucional para hacer una reforma política democrática podrá ser el canal para la formación de un movimiento democratizador de la sociedad y del estado. Otra cuestión es la ampliación de la participación popular en las decisiones sobre las políticas públicas y para esto ni siquiera hay que alterar la legislación”.

Algunas tesis buscan profundizar los mecanismos de gestión participativa de los que los movimientos sociales y las organizaciones populares sienten que han sido excluidas por la gestión de Lula. Este es caso de la tesis “Mensaje al Partido”. La tesis sugiere la implantación del presupuesto participativo nacional; la realización de las conferencias nacionales de políticas públicas, la gestión democrática en las empresas públicas y la participación democrática en los planes de desarrollo nacional. Lo inverso de lo que practica el gobierno, dígase de paso.

Firmada por Valter Pomar y João Paulo Cunha (también procesado a partir de la decisión del TSF), se suma otra tesis a la anterior: “es necesario debatir y aprobar medidas sobre temas como: la convocatoria de plebiscitos para decidir cuestiones de gran alcance nacional; la simplificación de las formalidades para proponer iniciativas legislativas populares; la convocatoria de consultas, referendos y/o plebiscitos en temas de impacto nacional; el Presupuesto Participativo; la coerción de las distorsiones del pacto federativo en la representación parlamentaria; la revisión del papel del Senado, considerando el tiempo del mandato, la elección de suplentes y su carácter de cámara revisora; la fidelidad partidista, el financiamiento público exclusivo de campañas electorales, el voto en lista preordenada, el fin de las coaliciones en elecciones proporcionales; y la prohibición del ejercicio de más de dos mandatos consecutivos en el mismo cargo.”
Con todo, el tono de la mayoría de las tesis y del espíritu que reina en este congreso del PT es el que se encuentra, a título de ilustración, en lo que carga el título de “Por un PT Militante y Socialista”. A pesar de ser francamente minoritaria, esta tesis traduce cierto descompás con la gravedad de los acontecimientos recientes que involucraron acusaciones contra dirigentes partidistas que tuvieron que ver con los supuestos esquemas ilícitos o con el distanciamiento del partido y sus gobiernos de su base social tradicional y de proyectos de radicalización democrática del país (tema de críticas crecientes de liderazgos sociales). En el primer ítem de esta tesis. Se lee: “pasada la crisis política que hizo frágil al Partido de los Trabajadores —PT— y al gobierno de Lula en el bienio 2005-2006 y reafirmado el voto de confianza de la población en las elecciones de 2006, el Partido vive, ahora, un momento de reconciliación con su base política tradicional, parcialmente tocada por el desencanto y la desmovilización. Dos clases de dificultades se le presentan al PT. La primera, compartida con las organizaciones de izquierda en todo el mundo, viene de la crisis de perspectivas de transformación revolucionaria de la sociedad. La segunda, relacionada con el ejercicio del poder en el ámbito del Gobierno Federal, apunta hacia la necesidad de revertir los desgastes sufridos en la imagen del PT y reconquistar apoyo político en la sociedad. Sería un error subestimar los daños a la credibilidad del PT entre los sectores organizados. Error mayor, mientras tanto, sería restarle importancia a la tarea de reafirmar nuestro compromiso con esos sectores, junto con el desafío de enfrentar y superar la referida crisis de perspectivas en el campo socialista”. La crisis, por ahí, ya habría sido superada ya hay reconciliación con su base política tradicional.

Algo extraño ocurre en las huestes petistas. Parece evidente que el gobierno de Lula se aparta de las principales banderas y tesis partidistas. Se ha declarado que está por ensamblarse una amplia alianza, más hacia el centro que hacia la izquierda, que deberá disputar las elecciones de 2010 (tal vez ya empiece a actuar en el 2008). La acusación formal de creación de desvíos de recursos públicos para el apoyo al gobierno federal (conocido como mensalão), el alejamiento gradual de los movimientos sociales (como el MST) y de organizaciones del campo popular (como la Comisión Pastoral de la Tierra) del PT, además de una relación de esos movimientos con el gobierno federal cada vez más conflictiva, son señales que no parecen cautivar las mentes y los corazones de los principales dirigentes petistas.

¿Qué faltaría para que la realidad emergiera en el congreso del PT? ¿Qué haría que esos liderazgos buscaran tergiversar a partir de tantos esbozos y cambios de rumbo?.

2. El PT como el Partido del presente
La tesis que trato de defender en este breve artículo es que el PT, a partir de la segunda mitad de la década de los 90 se acercó rápidamente a la organización y al ideario del antiguo Partido Comunista Brasilero (PCB, conocido como Partidão). No se trata de un cambio insignificante. Al contrario, el PT surgió para contraponerse al ideario del Partidão. Criticaba la burocratización del Estado Soviético, el “etapismo” de los comunistas, el vanguardismo y la falta de radicalización en la lucha por las transformaciones sociales, además del distanciamiento entre los liderazgos (a quienes se tildó de populistas o de agentes disfrazados del gobierno en los sindicatos, conocidos como “pelegas”) de sus liderados. En su manifiesto original, el PT afirma:

El Partido de los Trabajadores nace de la voluntad de independencia política de los trabajadores, ya cansados de servir como masa de maniobra para los políticos y los partidos comprometidos con el mantenimiento del orden económico, social y político actual. Nace también de la voluntad de emancipación de las masas populares, cansadas de las ilusiones de los grupos que pretenden sustituir la fuerza de sus luchas por palabras de orden desligadas de sus intereses. Los trabajadores ya saben que la libertad nunca fue ni será dada como un regalo, sino que será obra de su propio esfuerzo colectivo. Por eso, protestan, cuando, una vez más en la historia brasilera, ven que los partidos se forman de arriba hacia abajo, del Estado hacia la sociedad y de los ricos hacia los pobres. (…) Los trabajadores quieren organizarse como fuerza política autónoma. El PTR pretende ser una real expresión de todos los explotados por el sistema capitalista. Somos un Partido de los Trabajadores, no más un partido para los trabajadores. Queremos la política como una actividad propia de las masas que desean participar, legal y legítimamente, en todas las esferas de poder en la sociedad. El PT quiere actuar no apenas en los momentos de las elecciones sino, principalmente, en el día a día de los trabajadores, ya que sólo así será posible construir una nueva forma de democracia, cuyas raíces estén en las organizaciones de base de la sociedad y cuyas decisiones sean tomadas por las mayorías.

Por eso mismo queremos un partido amplio y abierto a todos aquellos comprometidos con la causa de los trabajadores y con su programa. En consecuencia, queremos construir una estructura interna democrática, apoyada en decisiones colectivas y colegiadas, y cuya dirección y programa sean decididos por las bases. (…) Luchará por partidos independientes del Estado, pero también por sindicatos y asociaciones populares independientes, tanto del Estado como de los propios partidos políticos. Luchará por un Poder Judicial independiente y por un Parlamento libre, pero también por una participación popular permanente, en todas las esferas de decisión social, económica y política. El PT luchará por el control democrático de las burocracias del Estado y de las decisiones de las grandes empresas, sin que la participación popular sea mera ilusión. (…)”

La Carta de Principios, firmada el 1º de mayo de 1979 por la Comisión Provisoria del PT, es aún más explícita en cuanto a la diferenciación que se pretendía en relación con las organizaciones partidistas obreras y de izquierda pre-64 (cita explícitamente el PTB). Destaco algunas de sus partes más incisivas y agudas:

“El PT entiende, por otro lado. Que su existencia responde a la necesidad de que los trabajadores tomen asiento en un partido que se construya íntimamente ligado al proceso de organización popular, en los locales de trabajo y de vivienda. En ese sentido, el PT proclama que su participación en elecciones y sus actividades parlamentarias se subordinarán a su mayor objetivo, que es estimular y profundizar la organización de las masas explotadas. (…) Repudiando toda forma de manipulación política de las masas explotadas, incluyendo, sobre todo las manipulaciones propias del régimen pre-64, el PT se niega a aceptar, en su interior, representantes de las clases explotadoras, Vale decir, ¡el Partido de los Trabajadores es un partido sin patronos! (…) El PT afirma su compromiso con la democracia plena, ejercida directamente por las masas, pues no hay socialismo sin democracia ni democracia sin socialismo. (…) El PT se declara comprometido con, y empeñado en, la tarea de colocar los intereses populares en la escena política y superar la atomización y dispersión de las corrientes clasistas y de los movimientos sociales. Para ese fin, el Partido de los Trabajadores pretende implantar sus núcleos de militantes en todos los locales de trabajo. En sindicatos, barrios, municipios y regiones.”

El ideario original petista puede, así, fundarse en los siguientes principios:

a) partido vinculado a la organización popular, que se traduce en la organización en el local de trabajo y en la vivienda;
b) las actividades electorales y parlamentarias se subordinan a la organización de las masas explotadas;
c) se niega a aceptar representaciones patronales en su interior (partido sin patronos);
d) los trabajadores deben organizarse con fuerza política autónoma
e) el PT no desea ser un partido para los trabajadores, sino de los trabajadores;
f) desea insertarse en lo cotidiano de los trabajadores y de sus luchas sociales;
g) los programas partidistas serán construidos por su base, por los núcleos de militantes.

Ahora bien, el momento actual es una negación de todo ese ideario original. La evidente burocratización partidista, la inexistencia de peso de la militancia en todo proceso decisorio del partido, la superioridad de la organización para la disputa electoral, la correa de transmisión entre Gobierno-Dirección Partidista-Organizaciones Sociales, el camino determinado para la elaboración de programas de centro, la defensa de la Razón de Estado sobre mecanismos de gestión participativa y control social sobre políticas públicas, son algunos de los cambios radicales por los que pasa el PT y que parecen transformarse en pauta accesoria y marginal en su 3er. Congreso Nacional.

Como ocurrió en el mundo soviético, cada vez más próximo del ideario del PT Gobiernista (porque el partido todavía representa una gama inmensa de militantes, parlamentarios y dirigentes con baja gobernabilidad interna que aún siguen siendo fieles a sus principios originales), a este partido parece faltarle un Jruschov.

3. Para los más jóvenes
Vale la pena recordar lo que significó el discurso de Jruschov el 23 de febrero de 1956, durante el vigésimo Congreso del Partido Comunista.

Con la muerte de Josef Stalin en 1953, Jruschov llegó al poder, venciendo la disputa con Georgui Malenkov, Lazar Kaganovich, Vlatscheslav Molotov y Nikolai Bulganin. Jruschov inició una serie de reformas en el país, dando prioridad a la fabricación de bienes de consumo para la población al contrario del énfasis en el desarrollo de la industria pesada. Pero fue su discurso en el XX Congreso del Partido lo que quedó como su acto más conocido.

En ese discurso acusó a Josef Stalin del crimen de genocidio durante las grandes purgas realizadas en los años 30 en la URSS y denunció el “culto a la personalidad” que lo rodeaba. Su acto acabó apartándolo de los líderes soviéticos más conservadores, pero él terminó derrotándolos en una disputa interna que trató de derribarlo del poder en 1957.

Lo más destacado de ese discurso puede resumirse en tres puntos centrales:

a) Denuncia de la represión contra los viejos bolcheviques, muchos de ellos declarados “enemigos del pueblo”:
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b) Eliminación, por parte de Stalin, de la valorización de las opiniones colectivas y de base;
c) Creación de pruebas falsas para acusar a los enemigos de las fuerzas partidistas dirigentes.

No se trata, evidentemente, de trazar paralelos entre el PT gobiernista y el gobierno de Stalin. Pero la fidelidad exacerbada de los liderazgos petistas al gobierno federal, el encastillamiento de varios dirigentes en cargos oficiales y la evidente burocratización del proceso decisorio, disminuyendo los canales de oxigenación de la vida partidista y el respeto a la pluralidad interna, parecen evidentes.

Cambiar el programa partidista y de gobierno no es una equivocación política. Pero cambios sin una participación y democratización efectiva del debate interno, impidiéndole a la base partidista una disputa abierta y plural es, en verdad, un cambio de ideario, se trata de construcción de otro partido, no siempre nítida para sus militantes, mucho menos para sus electores.

El PT tiene que abrir sus archivos, principalmente los más recientes, los de los últimos diez años. La última década fue pródiga en cambios acentuados de las prácticas y estructuras organizativas de este partido. Gran parte de los autores de ese cambio de trayectoria dirigen al partido en la actualidad. Son dirigentes burocráticos, que niegan la participación directa de los militantes en las formulaciones partidistas y mucho más los mecanismos de gestión participativa en los gobiernos petistas, al haber aumentado excesivamente las demandas sociales. Piensan la política a partir de la Corte y de la burocracia partidista. Desconocen las calles como fuentes morales y de identidad social. Antes bien, es de la dirección partidista que nacería la moral, fuente de poder. La educación de las masas, en fin. Vendría del partido y del gobierno.

No hay duda: el 3er. Congreso del PT parece predestinado a consolidad la transformación del PT en su antítesis. Algo muy próximo a lo que criticaba ácidamente en su surgimiento, en 1979.

(*) Doctor en Ciencias Sociales, Director General del Instituto Cultiva y miembro del ejecutivo nacional del Foro Brasil del Presupuesto (Fórum Brasil do Orçamento)

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