Opinión Nacional

158 cuadrantes

Hace unos 14 años fui invitado a dar un curso en la Universidad Javeriana de Bogotá. Fue mi primera vez en esa ciudad. Regresé muy impresionado del nivel de inseguridad en el que vivían sus ciudadanos. El ejército en cada esquina con armas largas adornaba la ciudad. Me advirtieron que no saliera del hotel donde me habían alojado, que no tomara taxis, que sólo abordara el vehículo que me iría a buscar. Los bogotanos con quienes hablé en aquél entonces me repetían una frase: «estamos jartos de la violencia». Al regresar a Caracas pensé que ojalá nosotros nunca llegáramos a vivir lo que en Bogotá vivían. Aquél deseo no se me cumplió.

Pasados los años, Bogotá dio un vuelco de 180 grados. Se volvió una urbe segura, ordenada. Sus ciudadanos pueden salir sin temor a ser asaltados, secuestrados o asesinados. Allá impera la ley para todos: vehículos con pico y placa para que fluya el tránsito y motociclistas con una reglamentación muy exigente. Allá se respeta a los peatones y las normas de convivencia ciudadana son acatadas. Tocaron fondo pero salieron a flote.

Hubo voluntad política de todos los dirigentes para vencer la anarquía, la impunidad y la delincuencia. Donde hay anarquía existe el espacio perfecto para que el delincuente actúe con total libertad. Esa voluntad política se transformó en planes concretos que fueron instrumentados por las autoridades (ejecutivas y judiciales) y acatados por la inmensa mayoría de los ciudadanos que estaban hartos (jartos) de vivir asechados por la muerte.

Entre las primeras medidas estuvo el dividir la ciudad en cuadrantes, identificando las zonas con mayor incidencia delictiva y el tipo de delitos que se cometían en uno u otro cuadrante. Se dotó a cada cuadrante de equipamiento vehicular y motorizado y de funcionarios policiales especialmente designados. Esto permitió dar respuesta inmediata a cada solicitud de cada ciudadano. Las actuaciones policiales comenzaron a ser mucho más eficientes. Los tribunales se coordinaron para que los delincuentes no fueran liberados y la ciudad de a poco fue arrinconando al hampa.

La idea de dividir al Área Metropolitana de Caracas en 158 cuadrantes, equipando con nuevas unidades policiales y teléfonos especialmente dedicados a recibir el llamado de los ciudadanos ante cualquier situación sospechosa o delictiva, constituye un acierto en materia de seguridad. Es el inicio concreto de acciones coordinadas que desde ayer se han comenzado a implementar y cuyos frutos se comenzarán a ver. Debe fortalecerse y mejorarse.

Por ahora cada cuadrante contará con un número particular, hasta tanto el nuevo sistema 911 esté listo para toda Caracas. En Baruta será compatible con nuestro sistema de emergencias 171, el cual adaptaremos al nuevo 911. De nuestros 13 sectores se nos ha pedido ampliarnos a 16 cuadrantes, lo cual ya hemos hecho.

Cada municipio debe tener una Casa de la Justicia con jueces y fiscales del Ministerio Público para que tramiten con prontitud los requerimientos y baje la impunidad. Hemos puesto a la orden una sede física para tal fin que puede estarse abriendo en 60 días.

Son los primeros pasos concretos, aterrizados, de una lucha frontal contra la inseguridad. No quiero seguir enterrando amigos, no quiero más ver a madres llorando a sus hijos muertos en manos del hampa. Muy pronto comenzaremos asambleas ciudadanas en cada uno de los 16 cuadrantes de nuestro municipio Baruta, con nuestros funcionarios de seguridad, para instruir a nuestros vecinos sobre este plan y otros asuntos muy concretos en materia de seguridad.

Por primera vez siento que existe auténtica voluntad de atacar de frente el primer problema que tenemos todos los venezolanos: preservar nuestras vidas y bienes. Las barreras políticas que nos dividen y que seguramente nos seguirán dividiendo en tantos otros temas, deben caer cuando se trata de este tema tan delicado e importante.

De nuestra parte la voluntad de coordinación siempre ha existido y saludamos que del otro lado de la acera se haya dado y se esté concretando. Siempre hemos dicho que ningún municipio está aislado, no somos islas, a todos nos afecta.

Nos falta mucho camino por recorrer, pero si las cosas continúan como han comenzado, se profundizan y son permanentes, los resultados se verán en las cifras y, lo más importante, en las calles de nuestra Gran Caracas.

 / @GerardoBlyde

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