Opinión Nacional

Alberto Carnevali y la rebelión civil

Escribir sobre Alberto Carnevali, político venezolano co-fundador de Acción Democrática (AD), resulta complicado. Las razones: poco es lo que se conoce acerca de su obra y sus aportes al pensamiento político nacional, además de que la escasa bibliografía existente ha sido elaborada por sus propios compañeros de partido, hecho que resta imparcialidad a quien intente hablar de él utilizando sólo esos libros como base. Sin embargo, vale la pena arriesgarse en este mes, cuando se cumplen 50 años de la desaparición física de ese merideño.

Carnevali nació el pueblo andino Murucabá, el 28 de septiembre de 1914. Su vida estuvo caracterizada por los retos y por la pasión. Compartió estudios en el Zulia y en Mérida, con una fecunda actividad periodística en diversos diarios como “Democracia” y “Panorama”. Dirigente regional, primero, y nacional, después, y gobernador de Mérida durante la primera etapa del trienio acciondemocratista (1945-1948), brilló por su gran preocupación social y por su deseo de modernizar a Venezuela.

Entre debates y oscuridad

Quizás su mayor desafío fue volver al país, en 1950, luego de cuatro años de exilio forzado, producto del golpe militar que derrocó a Rómulo Gallegos (24 de noviembre de 1948). Hasta el año de la caída del escritor venezolano, Carnevali se había desempeñado como secretario general de AD y jefe de la fracción parlamentaria de su partido en la cámara de diputados; eso le valió el rechazo de la juventud acciondemocratista que comenzó la lucha clandestina en 1949, por considerarlo “betancourista” y, además, uno de los culpables de los errores que llevaron a que AD saliera violentamente del poder.

Al llegar a Venezuela, a través de los llamados “caminos verdes”, ejecutó un fuerte e intenso trabajo. A pesar de su valía, su inclusión en el CEN clandestino fue vetada, razón por la cual se le asignó otro trabajo, no por ello menos importante: los contactos militares. Ante esta situación, no hizo algo por negar sus posibles culpas; sólo buscó soluciones y pidió apoyo. Ése es un punto importante; la juventud debatía con la finalidad de encontrar los motivos y las causas por las cuales el gobierno acciondemocratista había caído; él logró llevar la discusión hacia la organización que se necesitaba para superar la transición militar y abrir las compuertas a una verdadera democracia.

Con esfuerzo y mucho debate ideológico, Carnevali se ganó el respeto y la admiración de la juventud que lo rechazaba y de sus antiguos compañeros. No por casualidad se convirtió en una pieza importante de la dirección de Leonardo Ruiz Pineda, a quien sucedió en la jefatura del partido (octubre de 1952) cuando éste fue asesinado en Caracas. Eso sí, demostró gran preocupación por la ideologización izquierdista que predominó en los cuadros jóvenes de AD. Por eso trabajó en una reorganización, para que la estructura operara en función de los grupos de base, y hubiera adoctrinamiento, preparación y formación de la militancia.

La rebelión como camino

Sin duda, su gran aporte a la lucha clandestina fue el manifiesto “A la Rebelión Civil llama Acción Democrática”, de fecha 24 de diciembre de 1952. En ese documento, Carnevali hizo un análisis sobre el valor que tuvo la consulta popular del 30 de noviembre de 1952, en un contexto dominado por la represión, la persecución política, la censura en la prensa y la ausencia de dos partidos políticos: Acción Democrática (AD) y el Partido Comunista (PC). Calificó de “triunfo” a la jornada de finales de noviembre cuando, a su juicio, el pueblo, en la elección de los diputados que integrarían una Asamblea Nacional Constituyente, rechazó la prolongación de un gobierno que no contempló dentro de su proyecto la libertad.

Luego de dar detalles acerca del fraude y de la manipulación militar, el Líder Político llegó al meollo del asunto: qué hacer. Allí planteó un camino: “rebelión permanente y legítima contra sus opresores”. Esa actividad, en su opinión, debería involucrar a las organizaciones políticas y, en general, a todos los ciudadanos que se sintieran identificados con la lucha que estaba proponiendo; es decir, llamó a la “unidad”.

Carnevali aseguró que la finalidad de esa “rebelión” sería la instalación de un gobierno “de armonía nacional” -con lo que reforzó el planteamiento unitario-, con participación de diferentes partidos y de individualidades independientes, con objetivos precisos: restablecer las libertades públicas; retirar al Ejército de su entonces “plano de indebido predominio político”, y llevar a la nación al ejercicio de su soberanía a través de elecciones.

Allí, en los dos párrafos anteriores, está la gran contribución de Carnevali. Consciente de los errores del pasado, el Dirigente se separó de la tesis golpista e insurreccional que había dominado a AD desde 1949 -la cual produjo consecutivos y serios golpes a la organización- y asumió la movilización de las masas como la nueva estrategia. Planteó como camino la agitación popular, el calentamiento de la calle, claro está, de forma coordinada. Comprendió que, como todo proceso, éste sería largo. Adicionalmente propuso la unidad con todos los sectores: copeyanos urredistas, independientes y con los comunistas a quienes Rómulo Betancourt, desde el exilio, los había vetado. Inclusive, propuso la alianza con los militares, a quienes verían como humanos más que como poseedores de las armas del país.

En el marco de esa “rebelión civil”, Alberto Carnevali pidió a la militancia acciondemocratista un elemento clave, que podría trasladarse a los otros partidos: organización. La estructura propuesta debió asentarse en grupos de base sólidos, integrados por personas disciplinadas y altamente comprometidas.

Finalmente resaltó la necesidad de un trabajo coordinado -sin fusión de ideologías- que se llevaría a cabo por intermedio de acciones coincidentes, para acercarse a la meta que en ese momento anheló buena parte de su generación política: la democracia.

Alberto Carnevali cayó preso en enero de 1953, mientras participaba en un fuerte debate ideológico con parte de la juventud de AD. El 20 de mayo de ese mismo año murió en la Penitenciaría General de Venezuela (Guárico), a consecuencia de un cáncer de estómago.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba