Opinión Nacional

¡Apliquemos el 350!

Ya me cansé! El grupo más recalcitrante de mis amigos me ha convencido. Es inútil ir a votar y en lugar de eso, la mejor estrategia es la de aplicar ya el artículo 350 de la Constitución. Me han dado mil y un argumentos, uno más válido que el otro. He recibido largas arengas y emocionantes discursos al respecto. He invertido una ingente suma de horas en escucharlos y he quedado totalmente claro que ‘esa’ es la solución.

Sin embargo, luego de este proceso en el que el ‘qué’ ya está claro, les he pedido encarecidamente que me expliquen el ‘cómo’. Es decir, cómo se come eso. Después de toda la arrancada de pura sangre que mis amigos tuvieron en convencerme, he recibido una parada de burro. No saben. No me logran explicar claramente qué es lo que debo hacer para aplicar ya el 350. Lamentable.

Pero no imposible. Decidí entonces elaborar algunas ideas para que los ciudadanos comunes como yo podamos, de una manera práctica, ejercer el precepto constitucional contenido en el famosísimo artículo 350 y así «desconocer» el régimen.

Veamos:.

1.- Vuélese la luz roja que se encuentre en cualquier esquina. No le haga caso. Si lo hace a velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora, estará desconociendo con más fuerza el régimen. No importa si su carro está o no asegurado, porque Usted también desconocerá a la compañía aseguradora ya que esta se rige por las leyes de este gobierno.

2.- Cuando vaya al automercado, dígale a la cajera que Usted no va a pagar el IVA. Así mismo de clarito. Dígale que con eso Usted está desconociendo el gobierno. Ese impuesto malévolo solamente lo han bajado de 16 a 14% en no sé cuantos años y es un robo. Usted no se cala eso. Aplique esto mismo en cada comercio al que vaya. En la peluquería, en la compra de sus pasajes a Miami o Margarita, en el Lee Hamilton, cuando le haga la alineación al carro, en fin, en todas partes.

3.- Váyase con unos amigos una tarde para Miraflores, con franelas, pancartas, gorras y pines que digan: «Articulo 350 – Desconocemos este gobierno». Le sugiero que se vayan caminando al menos desde la Avenida Bolívar y por ahí suban hasta la Plaza Bolívar y sigan para la Urdaneta. Preséntense en la puerta «de Palacio» — como le gusta decir al actual inquilino —, y empiecen a vociferar potentemente, hasta que alguien de adentro le diga que entiende perfectamente su mensaje y que está de acuerdo con Usted. Si no funciona la primera vez o hay algún percance — cosa improbable, pero siempre posible —, repita el procedimiento durante un mes seguido. Así el 350 será más efectivo.

4.- Agarre su pasaporte y váyase a una oficina de la Onidex. No tema por el gentío, deben estar vacías porque ahora todo lo tramitan por Internet. Búsquese a un funcionario de cierto nivel y entréguele su pasaporte. Así como lo oye. Dígale que ese pasaporte está elaborado por un gobierno que Usted desconoce, que no se cala, y que para Usted no tiene ninguna validez, que le daría pena presentarlo en inmigración de Paris, Madrid o New York.

5.- Consígase unos amigos. Lo deseable es convencer a, digamos, un millón de amigos, pero si no puede, hágalo con unos doce o quince amigos(as). Emprenda una marcha hacia el Tribunal Supremo de Justicia, partiendo preferiblemente desde Catia o el 23. Cuando lleguen al TSJ, pida hablar con el Presidente del Tribunal. El con toda seguridad amablemente los recibirá de inmediato. Siempre lo hace. Entréguele un oficio previamente elaborado en el que se indica que el TSJ sigue las líneas de Miraflores, que lo de las morochas fue descarado, y que por lo tanto también desconoce todas sus actuaciones y sentencias, por lo que para Usted — y obviamente para su grupo de 12 o 15 amigos(as) – este TSJ no existe. A partir de ese momento, está garantizado: no existirá.

6.- Esta si es para los más valientes y osados: aproveche que viene la Navidad y cómprese una buena cantidad de triquitraquis, saltapericos (¿todavía los hacen?), martillitos, tumbaranchos y luces de bengala. Váyase así, bien armado y bien acompañado, para Fuerte Tiuna. En la entrada, infórmeles que Usted viene a aplicar el artículo 350 de la Constitución Bolivariana y a desconocer a todos aquellos militares que – aun – apoyan este gobierno. Amenácelos con lanzarles los que trajo. Se asombrará de lo efectivo que es.

7.- Una parte importante para desconocer un régimen es en lo que dice. Para ello, proceda de la siguiente manera: en cuanto aparezca la próxima cadena del gobierno en televisión – seguro que no deberá esperar mucho tiempo –, apague el televisor, recoja su contrato de Directv o Supercable, recoja su televisor y todo lo monta en el carro. El televisor lo puede vender – sin IVA, recuerde – barato por ahí. El contrato del operador de cable se lo devuelve a este y les informa que hasta aquí llegaron con Usted. Que si ellos sí reconocen al gobierno, Usted no. Y chao.

Podría seguir sugiriendo fórmulas, pero se puede hacer interminable. Por ejemplo, una que tiene que ver con el programa gubernamental Venezuela Móvil sería rechazar firmemente cualquier oferta milagrosa que un pana le haga en relación a conseguir unos de esos carritos tan buscados. Otra puede ser instalarse en cualquier plaza a cambiar unos dólares y cuando venga la policía a arrestarlo por violar la Ley de Ilícitos cambiarios, Usted simplemente…. no se deje llevar, explique que está cumpliendo con el Artículo 350 y que desconoce las esposas que le van a poner.

Así, sucesivamente, con toda seguridad la imaginación de los venezolanos, que es muy pródiga, puede ir agregando y sumando maneras. Los míos son simples y humildes aportes. Agregue el suyo.

¡Que viva el 350 ya!

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