Opinión Nacional

Así no hable

La marcha de las mujeres que hacen oposición política al Presidente Chávez realizada el pasado 8 de marzo en Caracas, sirvió de escenario para ratificar un mensaje contundente según el cual el problema político fundamental no es el estilo utilizado por el primer mandatario para responder a la crítica política sino la dirección que asume la conducción del Estado y del Gobierno plasmada en la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y eso se expresó en dicha marcha cuando se dijo que poco importaba que el Presidente se callara o hablara con moderación pues ese no era el problema, ya que lo solicitado era su renuncia y consecuencialmente derogar o enmendar la nueva Constitución. Está más que claro el asunto; no es el estilo sino la dirección de un proceso enmarcado en el concepto del Estado Social y Democrático, de Derecho y Justicia lo que se intenta extinguir.

Sin embargo la convocatoria es para “envainar la espada y empujar el arado o sea la tarea colectiva es la de construir la justicia social en libertad y democracia lo que implica un nuevo paradigma que abre paso a la democracia con proyección social, basada en los estímulos pertinentes para alentar la economía productiva pero sustentada en la distribución de la riqueza con equidad; no obstante esa convocatoria parece no encontrar destino en algunos sectores de la oposición que no canalizan sus criticas en torno a propuestas para desarrollar la nueva Constitución sino para desconocerla y sustituir por vías no democráticas al Gobierno o estimular su deslegitimación a través de la creación de un clima social más virtual que real.

En Venezuela la palabra crisis y sus manifestaciones concretas siempre han estado y estarán presente, los que ahora critican con más vehemencia tuvieron por más de cuarenta años la oportunidad de aplicar las recetas que hoy recomiendan y los resultados están a la vista: democracia política sin ciudadanía activa, dependencia petrolera, subordinación a centros de poder, pobreza critica y extrema, escasos niveles de industrialización y desempleo, etc, etc. Esta crítica insulta a la gente que dirige las tareas del Estado y del Gobierno, considerándola mediocre e ignorante, lo que constituye una pretendida inteligencia que tampoco tiene asidero real. Así se puede señalar que éstos que hoy se consideran superinteligentes también ejercieron a lo largo de estos cuarenta años y tanto tareas de gobierno, y hasta están involucrados en el “Caracazo” del 27 de febrero, y fueron soporte principal de la dictadura del Presidente Gómez y de todos los gobiernos que se conformaron bajo el llamado pacto de Punto Fijo.

Ex – Rectora LUZ

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