Opinión Nacional

Bolívares y ciencia bolivariana

El primer yerno de la República recién informó acerca de la magnitud de los montos extraídos a los empresarios criollos el año pasado por concepto del impuesto de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI). Durante el año 2012 el Ministerio de Ciencia recolectó BsF 5,6 millones, algo más que lo que pudo recaudar durante el ejercicio fiscal anterior y que fue de BsF 1,6 millones, último año en el que coexistieron los regímenes de entrega voluntaria de fondos a terceros, al Estado o de uso interno por la misma empresa.

En el año 2010, se justificó la reforma de LOCTI con base en que la empresa privada estaba engañando al Estado mediante el uso de la discrecionalidad que le otorgaba la vieja ley. A los ojos del gobierno, los resultados derivados de las labores de innovación, desarrollo e investigación financiadas por los privados no eran cónsonos con lo que supuestamente ellos decían haber invertido. De acuerdo a cifras oficiales, en el año 2006 el «aporte» de la empresa privada vía LOCTI representó un 2,11% del Producto Interno Bruto (PIB), que pasó a ser 2,79% el año siguiente para alcanzar un extraordinario 3,01% del PIB en el año 2008 (Jesse Chacón-Escamillo enScience, 2009, V305:p537).

Con el cambio de LOCTI y a partir del año 2012, los burócratas bolivarianos pasaron a ser los financiadores exclusivos de la generación de nuevos conocimientos en el país y, por ende, únicos responsables de la buena (o mala) marcha de ciencia y tecnología en Venezuela. Los resultados de su gestión no son nada halagadores, especialmente en cuanto a productividad o inversión se refiere.

Según el Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (ONCTI), durante el último quinquenio el número de recursos humanos dedicados al quehacer investigativo en el país se ha duplicado mientras que estudios independientes han revelado que ­para ese mismo lapso­ el número de publicaciones producidas por ellos en revistas reconocidas internacionalmente se han reducido a la mitad.

De hecho y para el año pasado, a duras penas estas alcanzan las mil publicaciones.

El manejo de los reales tampoco favorece la gestión bolivariana. El año pasado se le otorgó a la ciencia y la tecnología la misma cantidad de dinero ­Bolívar por Bolívar­ que lo que en ello se usó durante el año 2007 (5,4 millones de BsF de esa época). En ese entonces, esa cantidad de dinero llegó a representar el 2,79% del PIB. Cinco años y una inflación galopante de por medio hacen que lo dedicado (BsF 5,6 millones) durante el año 2012 a ciencia, tecnología e innovación apenas represente un 1,46% del PIB.

¿Cómo explica el gobierno, que por años se ha vanagloriado ante la comunidad internacional de que Venezuela es uno de los países del globo que más invierte en ciencia, tecnología e innovación, ese indicador haya caído a la mitad? O bien, antes se estaba mintiendo o, ahora, los reales de la ciencia están siendo escamoteados. ¡Así de simple!

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