Opinión Nacional

Capítulos de una profecía

No creas una palabra de lo que dicen, a menos que vayan a testificar que sus madres no tuvieron hijos. Así escribe Salomón Ibn Gabirol, uno de los grandes poetas sefarditas españoles del siglo XI. Si ellos son como una rama, yo soy el fuego. Si ellos son como el viento, yo soy el remolino. Si las espinas de la rosa conocieran su belleza, la dejarían ser y escaparían al fuego. La abeja no sabe que al picar la piel de un hombre ha sellado para siempre su destino.

Diez días antes del ataque a la Sinagoga Tiferet Israel ubicada en la sede de la Asociación Israelita de Venezuela, en la Urbanización Maripérez de Caracas, el medio de comunicación electrónico www.aporrea.org, que recibe publicidad de instituciones gubernamentales, publicó un artículo donde se pide, con la excusa de avalar la disolución del Estado de Israel, una ofensiva para denunciar públicamente con nombre y apellido a los integrantes de grupos judíos de poder con presencia en Venezuela; boicotear sus establecimientos comerciales, empezando por el Centro Sambil de la familia Cohen; nacionalización y confiscación de bienes de judíos sionistas; cuestionar la existencia de instituciones educativas judías; y por supuesto, la siempre y ridícula pretensión de vigilar a los agentes encubiertos del Mossad. O sea, cualquiera de nosotros, humildemente. Recuerdo una sección perturbadora de aquel libro escrito por Frai Betto, trascripción de una larga entrevista con Fidel Castro, donde el sátrapa afirmaba que cualquier aspirante a miembro del Partido Comunista Cubano debía confesar su condición de ateo. Poco después del ataque a la Sinagoga, golpean de nuevo con bombas a la Nunciatura, justo cuando los Obispos dan una rueda de prensa rechazando el atentado a la principal Sinagoga del país. No es sólo antisemitismo, los hechos muestran una firme voluntad de enfrentar instituciones que ubican el contexto social en un horizonte definido por realidades espirituales. No puedo dejar de pensar en las palabras de otro poeta, el israelí Uri Zvi Greenberg: Como capítulos de una profecía, mis días se queman en sus revelaciones y mi cuerpo, en su seno, se transforma en una masa de metal derretido. Y encima de mí permanece mi Dios, el herrero, martillando fuertemente.

La comunidad judía sabe que es respetada y apreciada por la inmensa mayoría y ningún grupúsculo fanático y agresivo podrá hacer nada al respecto. Sin embargo, el hecho de haber profanado la Sinagoga, puede tener consecuencias devastadoras. Los delincuentes políticos que violentaron la sede se llevaron los discos duros que contienen la base de datos con toda la información de prácticamente cada una de las familias judías venezolanas, incluyendo teléfonos, direcciones de habitación y trabajo. El gobierno venezolano mantiene estrechas relaciones con Irán, fuente de financiamiento de organizaciones terroristas como el Hezbollah, que han amenazado, asesinado y secuestrado a ciudadanos israelí, ¿qué pasaría si esa base de datos llega a sus manos? Hezbollah pudiera, sin que nadie se enterara, llenar los asientos de uno de los muchos aviones comerciales que transitan la ruta Caracas-Teherán o Caracas-Damasco, sin que las aduanas muestren interés en conocer el cargamento o la identidad de sus pasajeros. Imagínese por un momento que la base de datos de la Asociación de Ganaderos del Estado Táchira termine en manos de las FARC y entenderá la preocupación de Abraham Levy Benshimol.

Ante la presión que sobre el gobierno ejercen sus socios del Medio Oriente, sólo nos queda luchar, orar y en mi caso, como homenaje personal a la comunidad judía, aprender hebreo. L´Shanah HaBa´ah B´Yerushalayim.

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