Opinión Nacional

Cierto e Incierto

Luego de las elecciones de Octubre reciente y las de Gobernadores en Diciembre la oposición, teniendo como interlocutor válido a la Mesa de la Unidad Democrática, no ha podido asimilar ambas derrotas en profundidad. Ello ha contribuido a generar una dispersión en las actuaciones de dirigentes y políticos, que en vez de lograr sumar afectos, lo que ha logrado es más bien, crear un estado de desasosiego y desanimo de la población, no chavista, en principio y también en aquel segmento de la población afecta al Presidente Chávez, que esta consciente de las limitaciones del líder para asumir el Gobierno.

Lo cierto, es que el periodo activo en política de Hugo Chávez, ha culminado. Y en vista de su inmenso liderazgo nacional, ejercido con autoritarismo, su ausencia definitiva en el campo de la política ha devenido en una situación de gran incertidumbre en todos los sectores de la población. Y lo cierto es que se tenía sospecha que eso podía ocurrir, pero la sensación de haberse repuesto de su enfermedad, hizo que su liderazgo se prolongara, pero por apenas unos días. Menos de lo que se pensaba en esos tiempos electorales. Lo cierto, es que no estaba previsto ningún plan de acción por parte de Chávez. Muestra de ello es la evidente contradicción entre lo expuesto por el propio Presidente Chávez el 8 de Diciembre pasado y la interpretación, del Tribunal Supremo de Justicia, que en vez de lograr una estabilidad institucional, por lo contrario ha agregado más incertidumbre al proceso político de transición, que enfrenta Venezuela.

Cuando en el pasado se ha intentado torcer con interpretaciones políticas de la Constitución en búsqueda de una aparente conveniencia en el corto plazo, sus efectos en el tiempo terminan por revertir ese orden, para entrar en una fase de ajustes, hasta lograr las salidas institucionales apropiadas para el logro de la estabilidad política, necesaria e indispensable para la normalidad de la vida cotidiana. Hay que recordar la intención de Marcos Perez Jiménez, con su plebiscito de 1957, en un país con una situación económica más favorable que la existente, y con problemas sociales menos agudos que los actuales.

Sin embargo, no fue posible la continuidad administrativa, que era el argumento de mayor fuerza del régimen de entonces para obviar las elecciones. Creo que estamos en una situación, si bien diferente por el tema de la enfermedad del Presidente, se puede considerar análoga en cuanto a las intenciones de aquellos de continuar en el poder, bajo el amparo de una decisión política del Tribunal Supremo de Justicia, que va a determinar, sin lugar a dudas, que los cambios se aproximan de un modo irreversible.

Sin embargo, es necesario dejar en claro, que el ritmo del cambio y oportunidad, va a depender más de la estrategia a seguir por el sector de la oposición, y en particular la MUD, que debe recomponer su liderazgo y dirección en búsqueda de una verdadera unidad nacional.
No creo que se trate solamente de hacer manifestaciones de protesta en la calle y hacer unos cuantos discursos emocionales, con marchas y otras manifestaciones en los medios de comunicación. Se trata de organizar una estrategia que tenga por objetivo propiciar una estabilidad institucional, y hacerle sentir a la población que el país cuenta con un sector político que tiene la capacidad y entidad para gobernar al país, dentro de un clima de unidad y paz. Y además hacer sentir a la población la nefasta e inaceptable intromisión del Gobierno de Cuba en nuestras instituciones políticas.

Lo cierto es que Maduro y Cabello, no son Chávez. Utilizan al Comandante como figura emblemática, pero en realidad son personas que, a pesar de tener algunos años acompañando a Chávez, nunca han sido actores de primera fila, en cuanto personalidad y mensajes propios, auténticos que expresen su manera de pensar sobre Venezuela y su futuro, Apenas repiten algunas frases de Chávez, sin mayor abonamiento de ideas y propósitos. Sus discursos están concentrados en atacar y difamar a los dirigentes de la oposición sin aportar argumentos sólidos. En fin son y lo han sido actores de reparto en un segundo plano, a pesar de sus posiciones burocráticas de Estado.

También es preciso aclarar que en la acción política actual de la MUD, se observa dispersión y poca efectividad, dada las innumerables opiniones particulares de sus dirigentes, tratado de figurar, más que orientar. Por ello, siento que es preferible, trabajar, meditar y lograr convenir en una estrategia que permita lograr que en Venezuela se genere un cambio favorable. Y desde luego tener un dirigente que sea el interlocutor válido, que exprese las opiniones de un sentir de cambio con unidad, mas no de partidos, sino además representado otros sectores de la población no incorporados, por su naturaleza a la acción política de la MUD. Hay que estar claro y cierto en que la incertidumbre ocasionada por la decisión del Tribunal de Justicia solo lograra una continuidad endeble, por su génesis. Ello desembocara indefectiblemente en un cambio. Y hay que estar preparados para ello.

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