CNE: ¿nuevo o más de lo mismo?
Entrados en febrero, a la ciudadanía le toca una apretada agenda de actividades por delante, si se quiere llegar a un diciembre de elecciones presidenciales en el marco de un escenario que brinde las condiciones mínimas para convocar masivamente a los votantes.
Y es que ya el pueblo dejó claro lo que piensa en dos fechas recientes. La primera, el 4 de diciembre, cuando la vulnerabilidad del sistema electora actual se hizo tan patente que al menos tres de cada cuatro venezolanos se quedaron en su casa. No se trató de apatía, indiferencia o inconciencia, como muchos alegan.
La demostración de que fue una abstención militante y consciente, vino cuando se llamó a los ciudadanos a un acto de calle con consignas que interpretaban el sentir nacional. El 22 de enero, la gente salió nuevamente a la calle, demostrando así la voluntad democrática y pacífica de los venezolanos.
Uno de los objetivos de esta protesta fue dejar constancia pública de la conciencia que existe entre todos de las irregularidades que definen al actual CNE.
También se exigió, con la urgencia del caso, la designación de una nueva directiva apegada a la Constitución y a las leyes. A nadie se le ha olvidado el carácter “provisional” de los actuales rectores, quienes a pesar de esta condición se han ido quedando en sus cargos.
Por supuesto, se escuchan las voces de desaliento –lógicas por demás- de quienes piensan que no vale la pena hacer el esfuerzo, ya que la Asamblea Nacional, en manos del chavismo, seguirá las directrices de Miraflores y lo que puede suceder es un cambio gatopardiano. Nuevos nombres, nuevos rostros y las mismas irregularidades.
Sin embargo, recordemos que de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Electoral, la Asamblea Nacional tiene que nombrar un comité de postulaciones, integrado por 10 personas de la sociedad civil y 11 parlamentarios, para elegir una nueva directiva del CNE.
La nueva junta directiva del CNE debe estar integrada por tres representantes postulados por la población, más uno elegido por las facultades de Ciencias Jurídicas y Políticas; y un último representante propuesto por el Poder Moral Republicano.
Si el cambio de directiva del CNE no se diera en estas condiciones, el gobierno –con Asamblea Nacional incluida- quedaría muy mal parado. Se harían obvias sus intenciones oscuras. Quien tenga ojos, que vea.
*Concejal de Baruta
