Opinión Nacional

Como superar el ¡Basta ya!

Alberto Caeiro, aquel heterónomo, nos explico la vida con completa naturalidad cuando éramos jóvenes. Nos alerto que para vivir “era necesario no tener filosofía”, que “hay solo cada uno de nosotros”. Que en nuestro pensar somos “solo una habitación con una ventana cerrada, y todo el mundo afuera; y un sueño… que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana”. Después entendimos el solipsismo y como superarlo.

Seguidamente nos alerto de aquellos que:
“Hablas de civilización y de no deber ser,
o de no deber ser así.

Dices que todos sufren o la mayor parte,
con las cosas humanas puestas de esta forma;
dices que si fueran diferentes sufrirían menos.

Dices que si fuera como tú quieres seria mejor”.

Y nos recomendaba:
“Escucho sin oírte. ¿Para que querría oírte?
Oyéndote, terminaría sin saber nada.

Si las cosas fueran diferentes, serian diferentes: eso es todo.

Si las cosas fuesen como tú quieres, serian solo como tú quieres.

¡Ay de ti y todos que pasan la vida
queriendo inventar la maquina de hacer felicidad!
Viendo hacia atrás, caigo en cuenta que siempre esa opinión fue un freno para entrar a la política.

Mirando el presente, llego al asombro de cómo tantos de mi generación siguen y oyen a esos con ese discurso. Unos escasamente educados, algunos medianamente y otros en exceso aun atienden al ultimo inventor de la maquina de felicidad de Bolívar, que ahora es la de Castro. Siguen pensando en paraísos, utopías y cielos que solo quedan supuestamente al final de su interminable infierno. Abro mi ventana y veo al mundo de los jóvenes. Espero que ellos no oigan a esos cantos de sirena. Ojala que los viejos sean sus últimos escuchas. Pero solo es mi deseo. Se que el mundo seguirá siendo el mundo, independientemente de Caeiro y de mi. Pero insisto en desear, que ojala sean menos los escuchas.

Desde esta perspectiva quiero manifestar solidaridad con Honduras, con su clase política democrática, sus instituciones. La sociedad hondureña durante todo el 2009 ha mostrado preocupación y se ha ocupado de lo que se le avecinaba. Lo ha hecho con decisión manifiesta de una mayoría que deja el silencio y el miedo atrás y se ocupa de sus riesgos y de sus estimaciones. Es lo que se espera de las sociedades democráticas; bien sabemos ya que no de la comunidad democrática internacional. Esta es la vía, ocuparse de los que nos preocupa y no solo manifestar el ¡Basta ya!

Una liga de autócratas, siguiendo al modelo chino, está haciendo uso de los mecanismos de alternabilidad de la democracia liberal para hacerse del poder, cambiar las reglas del contrato nacional y el derecho interno y quedarse para siempre. La alternabilidad pasa ahora a ser un valor primerísimo de la democracia. Quien vaya contra ella, es de esa cohorte autoritaria, militarista, de partido y pensamiento único que nos muestra con su política que enfrentan la tabla de valores de Occidente y que elevan una tabla alterna donde no hay derechos humanos sino necesidades colectivas; donde no hay discusión democrática sino imposición de lo que ellos interpretan que el pueblo necesita.

Hasta que la comunidad internacional deje en segundo plano los intereses, los negocios globales y no eleve sobre ellos los valores democráticos que deben prevalecer; las sociedades democráticas con el esfuerzo de cada uno de nosotros, de los que sabemos que esta nuestra voluntad y el mundo afuera, y mostrando inteligencia colectiva nos decidamos a hacer lo que tenemos que hacer. Ocuparnos de los que nos preocupa cuando estimamos altos riesgos como manera de superar el ¡Basta ya! Honduras encontró su camino y se lo muestra al mundo que es histórico y que entre muchos puede hacerse cambiar.

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