Opinión Nacional

Contra el reloj

La propuesta de una lista única y plural de la oposición democrática para las elecciones parlamentarias ha venido ganando terreno, no sólo entre los ciudadanos sino entre los partidos políticos, pero hay que apurar el paso porque el tiempo apremia. Es una carrera contra el reloj que marca la fecha límite de la inscripción de las candidaturas.

            Hay que urgir a los partidos políticos para que avancen a mayor velocidad en la conformación de planchas y candidaturas nominales bajo un criterio de amplitud. Buscar a los mejores, mujeres y hombres, de los partidos y de la sociedad civil para presentar una oferta atractiva al electorado que lo anime a esta dura batalla electoral.

            Llegó el tiempo de transformar el verbo en carne, los buenos propósitos en acciones. La labor es compleja porque supone reunir en una sola lista de candidatos a integrantes de partidos políticos, líderes nacionales y regionales y voceros destacados de la sociedad civil. Precisamente por la complejidad de conciliar la unidad con la diversidad, de escoger voceros de calidad, no podemos dormirnos en los laureles. De los contactos bilaterales que se vienen produciendo hay que pasar a una mesa de negociación colectiva de los partidos políticos. El deber de los ciudadanos que luchamos por la preservación de la democracia es presionar sin descanso para que la lista única de candidatos a la Asamblea Nacional, al Parlamento Latinoamericano y al Parlamento Andino, se concrete. No hemos evadido nuestra responsabilidad al mostrar que ello es posible, pero emplazamos a los dirigentes de los partidos políticos a completar la tarea.

Si esta iniciativa unitaria y plural se concreta, potenciaremos la fuerza de las organizaciones políticas y ciudadanas, y estaremos en mejores condiciones para exigir al CNE las tres condiciones básicas para un proceso electoral transparente: la posibilidad de revisar el REP y depurarlo de sus vicios más notorios y nocivos; el conteo manual de un número representativo de boletas de votación en cada centro; la presencia durante el proceso de los observadores de la OEA y la Unión Europea. Son tareas simultáneas que hay que acometer porque forman parte de un solo proceso.

Las elecciones parlamentarias son un frente de lucha que no podemos menospreciar, aún en condiciones tan adversas. Actuar en el presente con la mirada puesta en el futuro que reclama la recomposición de un frente democrático capaz de construir una nueva mayoría, de albergar en su seno el respeto a la diversidad, formular un programa mínimo común y una alternativa política al actual régimen.

La unidad en la diversidad de las fuerzas democráticas y la lucha por el rescate de un sistema electoral transparente y sin ventajismos no lo es todo, pero puede constituirse en un punto de inflexión para las luchas políticas y sociales por venir. Una muestra de voluntad de construcción de una nueva política no puede esperar más porque estamos contra el reloj en el calendario electoral, que es un evento que no podemos evadir y que debemos transformar en un instrumento del largo camino de las luchas democráticas en nuestro país.

(*): Asamblea de Educación

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