Opinión Nacional

Contribuya con su seguridad, pague el IAS

– ¡Epa, suidadano! Pelmítame su cédula de identidad, celtificado médico, licencia de conducil y celtificado anti-secuestro.

– Aquí tiene, oficial.

– Pero este celtificado anti-secuestro está vencido.

– Sí, pero…

– Sí, pero nada, suidadano, ¿cómo quiere entonces que se le garantice su seguridad. Usté está multao.

(%=Image(7027341,»L»)%) Más o menos en estos términos podría ser la cosa de ahora en adelante, según se deduce de la información aparecida hace pocos días en la prensa nacional, en donde se reseña que Richard Boulton podría ser liberado próximamente por sus captores, tan pronto éstos, que no son otros que la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, le expidan un Cerificado Anti-Secuestro, CAS, que le garantice al susodicho su circulación por todo el territorio nacional por unos cinco años sin que sea nuevamente secuestrado.

Se trata, pues, no de otra cosa que de un impuesto: Impuesto Anti-Secuestro, IAS, cuya modalidad podría imponerse, dado el panorama, al resto de los venezolanos como única garantía de que no será víctima de este tipo de delito. La previsión sería entonces la manera de evitar ser secuestrado. “Pague a tiempo el IAS”. El trámite para su pago se haría en las taquillas de los bancos y casetas de la FARC-ELN ubicadas en todo el país, bajo la supervisión del Seniat, a menos que el asunto se burocratice y haya que hacer otra cola distinta a la que se hace para pagar el Impuesto sobre la renta, ISLR. Esperemos que no.

Así, si usted está al día, podrá circular tranquilamente por todas partes, seguro de que la guerrilla, diseminada por todo el país para solicitar el CAS, por lo que se deduce, no lo privará de su libertad.

El problema, pienso, se presentará con el hampa común, que ahora se dedica también a estas prácticas bajo diferentes tipos de modalidades, entre ellos, el secuestro express, el más de moda.

Sólo imagínese un poco la situación saliendo del banco o del telecajero, ¡Y Dios lo ampare de que así sea!:
– ¡Epa, bichito! ¿Pa’ dónde crees que vás? Tu’stás secuestrao! Tienes que bajalte de la mula con quinientos mil machacantes, si no tu familia que tienen unos panas allá en tu casa, están friquiaos.

– Pero, si yo tengo mi CAS (Y se lo muestra)

– ¡Ay, vale! Tú lo que estás es loco, ¿crees que con este papelito ya estás listo? ¿Y tu CASE?

– ¿Y eso qué es?

– ¡Ay! ¡Tú no estás al día, bichito! ¿No sabes que apalte del CAS, que es con los panas de guerrilla, tienes que estar al día con el CASE, es decil, Celtificado Anti-Secuestro Expless, que es con nosotros, los del hampa común que llaman?

– Pero…

– Nada, chico, tú estás tumbao.

¿Grave, verdad? Pero todo apunta a que la seguridad, su seguridad y la de su familia, es un asunto que sólo será su problema, dado que el Presidente se desentendió del asunto y se lo zumbó al ministro del Interior y Justicia, quien tampoco ha dicho nada. Es decir, el Estado, como se suponía, no se mete en eso. Los Certificados Anti-Secuestro que expide la guerrilla así lo demuestran. Por cierto, recuérdese que el gobierno negó hasta el cansancio que a Boulton lo hubiesen secuestrado las fuerzas insurgentes del vecino país.

Por eso, amigo, garantice su seguridad, sea previsivo, no permita que ni a usted ni a su familia le suceda una situación como ésta (¡Ah, no olvide mandar a sus muchachos para el colegio con una copia del CAS y el CASE) pague este nuevo impuesto.

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