Demencia totalitaria
No han podido acallar el sentimiento democrático de los venezolanos. Jamás este pueblo caerá en las sombras del totalitarismo. La prueba fehaciente de la juventud que asume su responsabilidad de conducción del sentimiento libre de todo un pueblo que ha dicho basta a la destrucción de la nación. La actitud de los estudiantes en defensa de la libertad tiene una significación ejemplar que no hay dictadura capaz de silenciar. Este es un régimen que no tiene medida en su desfachatez cuando habla de Dios y la miseria colectiva.
Lo que está viviendo Venezuela no es una simple formalidad política electoral. Quien así lo crea está en la más absoluta equivocación, advertencia de una conducta dual si se cuela en el campo de la oposición. Es por eso que la actitud del dirigente político con arraigados valores democráticos hace méritos de su propia condición de luchador social a toda prueba, más cuando tiene que asumir la defensa de la libertad a todo riesgo contra todo cuanto signifique autoritarismo de cualquier índole.
Hay un régimen totalmente opuesto al sistema democrático. Su proceder ayer y hoy es antidemocrático. Y eso lo ha percibido la sociedad venezolana por lo que ya no hay regreso en esa actitud nacional que sobrepasa cualquier convencionalismo venga de donde viniere. El pueblo está en la calle y el liderazgo político tiene que actuar en consecuencia con ese sentimiento que expresan millones de hombres y mujeres que no quieren regresar a sus casas con las manos vacías y con el corazón punzante de dolencias infinitas.
La condición democrática del venezolano une voluntades en el propósito de cambio que se respira en todas partes. Fortaleza en mujeres y hombres que a diario vencen los riesgos de la violencia y el desastre nacional que produce la demencia insolente totalitaria. Todos con la unidad nacional para la democracia.
