Desenchufado de la fly away
Entre los derechos que Henrique Capriles Radonski considera que le han pisoteado últimamente está el de aparecer en vivo en la pantalla de Globovisión cada vez que hable en un acto de masas, dé una rueda de prensa o emprenda una gira como anticanciller de Venezuela. Cuando se enteró de que ya su presencia en caliente en la pantalla no sería automática, montó en cólera y protagonizó una gran pataleta por Twitter para denunciar al mundo tan vil atropello.
Queda claro que cada vez que se mira al espejo, Capriles ve una noticia de primera página. Se trata de una dolencia psicológica (a veces, psiquiátrica) muy antigua que han padecido muchísimas figuras de la política, la economía, el deporte y el espectáculo. Con semejante autoimagen es muy difícil entender cómo es que al jefe de redacción de un periódico se le puede pasar por la cabeza la idea de no dedicarle el título principal y una gran foto. «¿En qué universidad estudió periodismo este cretino?», suelen preguntarse los afectados por el virus.
El obnubilado no es tan culpable como quien le dio el espejo. Los medios opositores en general (no solo Globovisión, aunque esa televisora más que ningún otro) han mimado tanto a esta camada de politiquitos que algunos de ellos viven convencidos -en serio lo creen- de que las audiencias están histéricas por conocer sus geniales puntos de vista. Es natural que eso ocurra, cualquier abuela lo puede explicar: si usted le compra a su niño un gran chocolate todas las tardes, independientemente de si hizo o no la tarea, el día que se le ocurra no comprárselo, prepárese para que le tumbe la casa a punta de malacrianza.
De los centenares de periodistas que idolatran a Capriles (algunos hasta declaran sentirse huérfanos cuando él sale del país), tiene que haber uno -o una- con la virtud del tacto y la diplomacia (no es cuestión tampoco de traumatizar al muchacho), que pueda llamarlo aparte y decirle: «Panita, no es que los enchufaos te estén desenchufando la fly away, sino que a veces no eres tan noticia de pase en vivo como otras veces… ¿Me explico? Y otras veces, no eres noticia en absoluto, won… y no tienes que sentirse mal porque eso le ocurre a todas las celebridades, incluso a Britney Spears».
Ojalá se lo expliquen y él lo entienda, por el bien de todos, pues ya sabemos cuáles son las consecuencias para el país de los ataques de furia de este señor. Pero cabe dudarlo porque mientras la «nueva» Globovisión le niega el rico chocolate del letrerito «en vivo», otros medios publican que «Capriles es el político latinoamericano más popular» (y, en una esquinita acotan: «En Twitter»)… Después no se quejen, señores jefes de redacción, que así no hay quien se cure.
