Opinión Nacional

Educación privada, un alerta

Es importante entender cuál pudiera ser la motivación de muchos individuos con respecto a la educación privada. Cualquier partido, organización o individuo que lograra controlar la educación podría sin dudas adoctrinar a la mayoría de sus ciudadanos.

Lamentablemente, durante estos últimos 30 años se han venido alimentando en la población las siguientes creencias: somos un país rico, lo que es de todos es de nadie, los contactos son más importantes que los méritos, o todos somos ricos o todos somos pobres, si eliminamos la corrupción se resuelven todos nuestros problemas, la riqueza no la genera la gente, sino la naturaleza y no se necesita gente capaz, sino que se reparta equitativamente.

Por lo tanto, no es de extrañar que ante los grandes fracasos de la educación estatal (erradamente llamada pública) ahora quieran echarle mano a la única que ha funcionado: la privada.

No sólo se modificó la Constitución quitándole al Estado la protección y el estímulo a la educación privada, sino que seguidos intentos se han venido produciendo por la vía de decretos que recientemente han creado los llamados ‘supervisores itinerantes’, los cuales le quitan jerarquía al director de los colegios y se la transfieren a una asamblea externa del soberano.

Otro capítulo tan preocupante como el anterior ha sido la intervención de los textos y la implementación de programas especiales diseñados para instaurar doctrinas políticas y no formación general.

Por todo esto, es importante que las asociaciones de padres y representantes de los colegios y los propios padres, tengamos una acción mucho más coherente con la realidad de lo que nos puede pasar, si no tomamos cartas en el asunto.

No se puede dejar el problema para que la asociación que agrupa a los colegios privados sea la única que deba dar la cara. Es vital que las asociaciones de padres en cada colegio convoquen a asambleas extraordinarias donde se les informe con lujo de detalles a los padres lo que viene pasando.

También, que los colegios hagan un exhaustivo control de los textos y que los programas especiales sean supervisados por personal docente y voluntario de padres y representantes. Varias organizaciones no gubernamentales como la asociación de colegios privados, los veedores de la Católica y el Cedice pueden colaborar.

Perder la libertad que tiene cada uno de escoger qué educación quiere para sus hijos sería catastrófico en la Venezuela de hoy. Si en algo se ha beneficiado el país ha sido con la gran diversidad que hay en la educación privada. Es más, los propios colegios privados han sido el motor a los más necesitados. Logro que no se ha hecho con decretos ni con imposiciones.

Pretender llevar a la educación privada a los estándares de la estatal en lugar de hacer precisamente lo contrario, es tan sólo una maniobra basada en el igualitarismo ideológico de quienes se quedaron en el marxismo fracasado. Tan sencillo como esto.

Si juntamos esfuerzo, determinación y sobre todo proactividad lograremos influir en el colectivo para que no permita que perdamos lo más elemental en un país democrático, la libertad.

Defender nuestras instituciones y practicar activamente para cambiar las falsas creencias ideológicas con que han confundido a muchas generaciones son acciones claras que no pueden esperar si queremos tener un país moderno y equitativo. De lo contrario quedaremos estancados.

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