El ambiente eres Tú
Cuando hablamos del Ambiente, su preservación y cuidado, usualmente cometemos un grave error al separarlo de nuestro propio ser, como si no fuéramos parte consustancial de una misma entidad, cuando la realidad que nos circunda tiene mas que ver cada día con la realidad que somos, ya que coexistimos como lo hacen la cara y el sello en una moneda. Eso se debe a que en el desarrollo de la individualización extrema, adoptamos el mal hábito de la anomia y de la ecualización de los valores ,lo que frecuentemente acarrea la insensibilidad ambiental, enfermedad patológica de la crisis urbana colectiva que nos produce una alienación con respecto a nuestros espacios vitales, aquellos que se encuentran funcionalmente vinculados a nuestra salud y por lo tanto a nuestra calidad de vida.
La mayoría no sabe que el cuidado ambiental tiene que ver con la calidad del agua que bebemos, del aire que tomamos, de los alimentos que consumimos y de los sentimientos que tenemos. Efectivamente, no amaríamos a nada ni a nadie, si no lo asociáramos inconscientemente con un ambiente en el cual quisiéramos convivir y compartir. Todo lo que amamos es un factor ambiental. Nace fuera de nosotros y consigue una frecuencia positiva de respuesta en nosotros. El mecanismo hormonal y enzimático que relaciona a los neuropéptidos de nuestra percepción, se encuentra enmarcado definitivamente en esa bioquímica regida por las relaciones ambientales que nos rodean. Somos mas ambiente de lo que llegamos a imaginar y no nos percatamos de ello
¿En que medida nuestra educación revela esa realidad? ¿De que manera nuestro comportamiento traduce esa dependencia que es esquiva a nuestra conciencia?.
Estamos aún en los albores del conocimiento científico. Nuestras observaciones apenas nos confieren un conocimiento diferencial de la vastedad del conocimiento que nos rodea. Bajo la vanidad secular de que nuestra civilización está muy por encima de la naturaleza en la cual vive, la hemos intervenido y explotado no sólo de manera inmisericorde sino al mismo tiempo exhibiendo una patética ignorancia ya que nos vanagloriamos de detentar una conciencia que nos ha conferido el derecho divino de intervenirla porque el autor de nuestros días nos la confirió para que fuera un juguete en nuestras manos. Hoy por hoy, hemos llegado a los límites del planeta para brindar la seguridad que requerimos para nuestra supervivencia. Hemos aumentado nuestro volumen y esperanza de vida como especie, pero no hemos preparado a nuestro ambiente para que crezca su oferta de recursos a la par de nuestra demanda.
¿Quiere decir que todo está perdido en lo concerniente a nuestra acción ambiental? ¿Acaso hemos iniciado una secuencia de sucesos irreversibles? La respuesta es no, podemos ser optimistas si emprendemos la acción requerida para revertir el daño que hemos ocasionado. Pero para ello, tenemos que expandir la educación. Pero no dentro de ella, como la mayoría pensaría. Las soluciones dejan de ser endógenas en lo que al espacio concierne para y comienzan a ubicarse en el exterior si queremos un cambio en el individuo. Aunque Ud. no lo crea, hay que ensayar cierto tipo de escolaridad fuera de la escuela que sea tan popular y atractiva en cuanto a incentivos , que haga a toda la población tomar cursos en ella. Pero estos cursos, no estarían signados por la observación contemplativa o a memorizar información .Estarían signados por la acción vivencial. Ecología integrada a todos los niveles, capaz de inventariarse y de crecer como una industria humana de gran poder y convocatoria para que sirva como elpunto de apoyo para mover al mundo a su posición desequilibrio. Para ello,hay que entender que qlambiente no es esotro.El ambiente eres Tú.
