El chavismo ignorante
El chavismo, entre otras muchas cosas, es un atajo de ignorantes, que comanda –hasta que sea confirmada su muerte- el más ignorante de todos los gobernantes de nuestra historia. Alguien dirá que ésta no debe ser la forma para referirse a un movimiento político que durante 14 años (¡casi tres periodos constitucionales de la de la anterior Venezuela democrática!), pero, en mi caso, estoy curado de demagogia fácil y de la fulana “corrección política” tan en boga en el viejo continente y en la tierra del Tío Sam.
Ser chavista es ser ignorante. Es creer que el mundo empieza y acaba en la figura de Hugo Chávez. Y usted se puede llamar Luis Britto García o Gustavo Pereira o Lina Ron (QEPD) o Cilia Flores y su postración ante el jefe ignorante es la misma. En todo chavista hay un desprecio por los hechos del pasado, pero igual por los del presente. En todo chavista hay siempre la intención de torcerle el pescuezo al devenir histórico que la historiografía ha plasmado en los libros, la hemeroteca, la red y hasta en la tradición oral. Pero también quieren enterrar la Lógica y la Ciencia.
No es poco lo que ha hecho el chavismo en el poder para intentar llevar a Venezuela al nivel de atraso en que se encuentra Cuba. Eso lo reconocemos tirios y troyanos. Nadie niega los éxitos que ha tenido el proyecto troglodita chavista en querer llevarnos a ser un país miserable y humillado como la Cuba de los hermanos Castro. Que lo hayan hecho falseando la historia y mintiendo a cada segundo, le agrega mayor ignominia al desempeño de la barbarie gobernante.
Y que lo hayan hecho validos de su oceánica ignorancia o de la interesada y cínica astucia gobiernera de siempre de los intelectuales que se vendieron –una vez más- por bagatelas o verdaderas fortunas, bien sean créditos, contratos, ediciones, es triste. Muy triste.
Hoy asistimos a la muerte del chavismo. Lenta, como toda muerte de un monstruo social, pero segura. Le bastaría al profesor José Manuel Briceño Guerrero (prologado en su Obra Selecta editada por la Gobernación de Apure por quien fungía como gobernador de su tierra natal, el capitán Jesús Aguilarte (QEPD), asesinado en muy extrañas circunstancias) contarnos cómo ese pueblo venezolano que endiosó a Simón Bolívar, líder indiscutido de la emancipación suramericana, poco después lo maldijo y lo execró de la tierra de sus ancestros por tres siglos y también le negó el afecto y el reconocimiento que como jefe se había ganado en el campo de batalla como en los salones donde hizo alarde de su cultura, prestancia y simpatía..
Bastaría que el tornasolado Herman Escarrá nos recordara la historia del Derecho Constitucional venezolano (que tanto pisoteó su hermano Carlos Escarrá, QEPD) para dejar claro que antes que respeto a la Ley, en Venezuela ha prevalecido la voluntad del hombre fuerte. Pero una vez muerto el hegemón, desaparece la hegemonía. De la Constitución chavista no quedará ni el nombre. Más temprano que tarde habrá que desechar un texto lleno de errores de ingeniería constitucional y pésimamente redactado. Si Escarrá, el de la marcha sin retorno hasta sacar a Chávez, no lo quiere ver, entonces forma parte de ese atajo de ignorantes.
Y el mayor ignorante de la dirigencia chavista es Nicolás Maduro. Un oscuro personaje que ha hecho de la adulancia y el servilismo su forma de vida. Casado (o arrejuntado) con la ignorante en Derecho, más no en nepotismo, Cilia Flores, cree que la circunstancia de ser escogido por Fidel y Raúl Castro como heredero de la dictadura chaviana, lo encumbrará.
Son hasta ingenuos estos ignorantes de nuestra historia. Dar este golpe de Estado que desconoce lo que taxativamente dispone la Constitución sobre el inicio del período constitucional detonará la reacción indetenible e histórica de la inmensa mayoría del pueblo venezolano. La ignorancia es atrevida, dicen. Y nadie como Hugo Chávez para confirmarnos hasta dónde puede un ignorante llegar. Pero no sirve (la ignorancia) para detener los cambios que la historia anuncia y desvelará.
P.S.: ¡Feliz 2013 para todos los venezolanos de buena voluntad, entre los que están mis lectores!.
