Opinión Nacional

El despojo ..!!

Nos pueden despojar de todo,

menos de la capacidad de elegir

nuestra propia actitud”

Bernardo Tierno

Despojar, de acuerdo al DRAE, tiene entre sus muchos significados el siguiente : “privar a uno de lo que tiene, en general violentamente”.

Hasta el año 1999, Venezuela era un país sin mayores sobresaltos : elecciones quinquenales, partidos políticos plurales, economía petrolera en desarrollo, valores ciudadanos debilitados aunque existentes en la práctica y principios democráticos arraigados gracias a su continuidad histórica.

Si bien es cierto que los partidos políticos, el sector empresarial y el movimiento sindical no estaban atravesando por su mejor momento debido a la desnaturalización de su liderazgo, devenidos en actores mediáticos retóricamente desfasados ; el país podía mostrar señales de convivencia pacífica, autonomía de los poderes, un avanzado proceso de descentralización, un Congreso Nacional con representación de las minorías y ausencia de amenazas permanentes a nuestros derechos civiles. Todo ello hacía que la vida de los venezolanos discurriera con cierta normalidad.

Hacia el año 2000, luego de discursos, promesas y gestos conciliadores, el presidente inaugura la década de EL DESPOJO! Un primer anuncio, parte en dos nuestra historia democrática del siglo XX, anunciando el comienzo de la V República y con ella el fin de las injusticias, la desigualdad social, la ineficiencia y la corrupción. El despojo de nuestra memoria histórica y la ruptura de la cohesión social concretan la división republicana de los venezolanos en: patriotas y escuálidos, afro-descendientes e indígenas (los blancos son invisibles), chavistas y oligarcas, patriotas e imperialistas, capitalistas o socialistas. Resultados? La afectación del sentimiento de arraigo, sentido de pertenencia e identidad nacional.

El segundo despojo, procura instalar en el espíritu de los venezolanos, el resentimiento y el odio de clases. Para ello, el discurso presidencial hace constantes alusiones a la corrupción de la IV República, a una anterior discriminación social, acusa a la oligarquía de explotar a los pobres y a los partidos políticos de engañar al pueblo para llegar al poder.

Para profundizar este resentimiento entre las clases más desposeídas, comienza un proceso de “inclusión acelerada”,creando estructuras paralelas como Barrio Adentro y las Misiones. Resultados? Una sociedad sin matices, perversamente polarizada, descohesionada y exacerbada en sus emociones más primitivas (violencia, intolerancia, rabia tóxica, paranoia y desconfianza).

El tercer despojo ha sido el institucional. El gobierno secuestra los poderes públicos, persigue y castiga la disidencia (listas Tascón, Maisanta, Patriotas), creando un apartheid político implacable , negador no sólo de su premisa “Democracia participativa y protagónica” , sino también de su slogan “Ahora Venezuela es de todos”. Resultados? Miedo , discriminación y exclusión.

El cuarto despojo tiene que ver con el desarrollo económico. El cierre de empresas, la migración de capitales, la baja inversión de capital extranjero debido a la calificación de Venezuela como país de alto riesgo, la ausencia de reglas jurídicas, la disminución de la capacidad operativa de Petróleos de Venezuela, la quiebra del sector agroalimentario debido en gran parte a una política discriminatoria para el otorgamiento de subsidios y divisas. Resultados? Ausencia de inversión, incremento de la importación alimentaria , inflación, conducción errática de la política energética, expropiación o confiscación de fincas productivas llevadas al fracaso por el afán estatista, sentimientos de desmotivación, inseguridad y ruina en los trabajadores del campo.

El quinto despojo se refiere a la violación de los DD.HH, cercenando el derecho al libre tránsito, libertad de expresión, derecho a un juicio justo, a un trabajo decente, a la protección de la vida y a la paz ciudadana. Resultados? Desempleo, inseguridad, corrupción judicial, presos políticos y conflictividad social.

El sexto despojo es inherente a la salud integral del venezolano. Nos han despojado de la risa fácil, la camaradería espontánea, la capacidad de soñar, la motivación intrínseca por el progreso traducido en movilidad social y – lo que es aún más grave – nos han despojado de la certidumbre. Resultados? Desesperanza, frustración, apatía y paralización.

Sin embargo, los venezolanos han levantado su voz, alzado sus manos, rescatado su capacidad de discernimiento y despertado emociones dormidas, para retomar lo que, hasta hace poco, parecía imposible : elegir su propia actitud! Por eso, el llamado de los jóvenes a la reconciliación viene a ser una lección oportuna, para quienes pisotearon las patrias de Martí y Sandino y pretendían hacer lo mismo con la patria de Bolívar.

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