Opinión Nacional

El no tan santo evangelio de Lucas

Habiendo muchos tentado a poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido confusísimas, me ha parecido también a mí, después de participar en todas las engañifas del proceso, escribirlas con desorden premeditado para que se conozcan las mentiras verdaderas para las cuales he sido predestinado.

Hubo en los días de la democracia escuálida un país gobernado por fariseos quienes durante un siglo de borrachera petrolera no advirtieron el llamado de los profetas anunciándoles la venida del Mesías de Sabaneta. Y aconteció entonces, en tiempos del herodes Pérez que a un sumo sacerdote de nombre Olavaria dijole el único ángel de opuesto sexo, apellidado Zago: <>. Y fué pues en aquellos días cuando los profetas de uniforme y gorra vimos con nuestros propios ojos las reuniones bajo la sombra del samán y nos hicimos los locos. Advino el redentor en medio del fuego de la infantería pero fue vapuleado, televisado y confinado, con sus apóstoles, a meditar en el huerto de Yare. Desde allí, la voz del futuro presidente de Cadivi pontificó, Biblia en mano: <> En cumplimiento de las escrituras, procedimos a proteger al mesías de las iras del rabino Pérez y no titubeamos para instalar en el sanedrín al Pretor Caldera librando al pueblo de la amenaza cierta del herrero Andrés. Y desde el comienzo todos los augurios confirmaron la próxima Asunción del redentor de Barinas: los fariseos mercaderes sacaron sus denarios del templo latino y los enviaron a buen resguardo a Sodoma y Gomorra; el stercolis demonis se puso mas barato que las magdalenas y Teodoro, con partitura del fondo monetario, ejecuto un solo de la primera trompeta del Apocalipsis. La hora del éxtasis estaba por sobrevenir cuando el Supremo Yaracuyano, desafiando los poderes de Maria Lionza y reivindicando a Pilatos decreto la liberación del Mesías. En ese tiempo tuve una visión premonitoria en la cual el ungido prendía un suiche y se apagaba la luna mientras de un mapire, que llevaba terciado al hombro, repartía soles a diestra y siniestra.

El censo electoral lleva al Elegido al sanedrín. Acompañado de sus fieles apóstoles, y de otros no muy fieles, se calo una gorra roja y decreto que se tapara el ojo de las agujas por si acaso algún camello enviado por Cisneros rompía la maldición bíblica.

Los profetas de uniforme y gorra fuimos los únicos beneficiarios de la multiplicación de los panes y mi premonición no falló: me dieron tres soles.

La ascensión del mesías tuvo su abril por las negaciones del asimilado apóstol Pedro. No solo negó tres veces al iluminado sino que quiso convertirlo en El Eliminado.

Fue eliminado el mismísimo Pedro en una estrategia que urdimos los profetas uniformados para cumplir con las escrituras. Fui el encargado de difundir la especie de la súbita transfiguración del elegido. Hice mi agosto en abril. Las escrituras registran mi
Mensaje. Un episodio digno de El Chavo . Nadie contaba con mi astucia. La resurrección
fue un éxito. Voy camino del cuarto sol, me dije.

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