Opinión Nacional

El principio del fin para Chávez

Houston (AIPE)- Mientras el presidente venezolano Hugo Chávez entretenía con su discurso, el 27 de febrero, a los representantes de la Cumbre del G-15, al menos una persona falleció y otras 26 resultaron heridas cuando la Guardia Nacional arremetió contra la marcha de ciudadanos que trataban de entregar a los miembros del G-15 un documento denunciando las maniobras del gobierno para impedir la realización del referendo revocatorio contra el presidente.
Seis día más tarde, Milos Alcalay, embajador de Venezuela en las Naciones Unidas, renunció a su cargo en protesta por las políticas de Hugo Chávez, dejando al descubierto el entorno conflictivo de un gobierno que irrespeta los derechos humanos, desequilibra la democracia y bloquea el diálogo.

Con más de 30 años de carrera diplomática y una excelente trayectoria en el servicio exterior, el embajador Alcalay representó a nueve gobiernos venezolanos de diferentes tendencias, incluyendo cinco años de servicio bajo el actual gobierno de Chávez. El Dr. Alcalay es uno de los diplomáticos venezolanos más respetados.

Según sus amigos, Alcalay había expresado preocupación sobre las políticas del gobierno por varios meses, pero los hechos de violencia de las últimas semanas le convencieron que no podía continuar representando a un gobierno que viola descaradamente los derechos humanos.

En su carta de renuncia, el embajador Alcalay hace referencia a los tres principios fundamentales que dictan las funciones de un diplomático: respeto por los derechos humanos, respeto por la democracia y el uso del diálogo diplomático como norma.
“Como representante en la ONU, organismo que ejerce una responsabilidad prioritaria en la promoción y defensa de la dignidad humana, tengo la obligación de no ser indiferente cuando en mi país no se respetan los derechos humanos… La represión del ejército y la policía contra hombres, las mujeres y los niños han tenido resultados dolorosos. Muertos y heridos unido a las noticias de la desaparición de líderes, las múltiples quejas de tortura y otras irregularidades revelaron ante los medios, nacionales e internacionales, un modelo de país semejante a esos regímenes totalitarios o autoritarios rechazado por las personas de Ibero América en los años 80”, declaró Alcalay.

Las continuas tácticas dilatorias del Consejo Nacional Electoral, al colocar obstáculos al derecho constitucional de los venezolanos al referéndum y anulando centenares de miles de firmas, desconocen la voluntad de más de 3,4 millones de ciudadanos que exigen el revocatorio, cantidad que excede en más de un millón el número de rúbricas requeridas por la Constitución. El Consejo Nacional Electoral viola así los principios básicos del derecho constitucional aceptados universalmente, cambia reglas a mitad del proceso y utiliza tecnicismos excesivos que no pueden estar por encima de la voluntad ciudadana.

En su carta formal de renuncia a Jesús Pérez, ministro Relaciones Exteriores de Venezuela, Alcalay señala que sus dudas comenzaron cuando el ministro Pérez informó a los embajadores venezolanos que por mandato presidencial quienes no se sienten identificados con el proceso bolivariano deben renunciar a sus cargos, como si los embajadores de Venezuela representaran a un rey en lugar de a una república. Alcalay expresó su preocupación hacia esa nueva postura diplomática e informó al ministro que su deber era representar al gobierno y su obligación representar al Estado: “representar los compromisos de legisladores, líderes de negocio, los gobernadores, representantes culturales, las instituciones no gubernamentales y todo esto en beneficio del Estado”.

Comenzamos a notar las reacciones de la comunidad internacional ante la gravedad de las denuncias hechas por el ex embajador venezolano en las Naciones Unidas. Se trata de un nuevo llamado de alerta al gobierno de Estados Unidos sobre el peligro inminente que representa para América Latina una explosión de violencia en Venezuela y la implantación definitiva de una dictadura castro-comunista en mi país.

(*): Coordinadora, International Venezuelan Council for Democracy (IVCD) y Resistencia Civil de Venezolanos en el Exterior (RECIVEX).

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