Opinión Nacional

El síndrome de yonofuí

¡Qué cómodo es meter la pata y no afrontar la responsabilidad del error cometido! A esa forma de actuar la llamo el «síndrome de Yonofuí», y es la típica conducta de la autodenominada «V República»:

Ponen la Megatorta y ¿Qué tal? Nadie fue, nadie es responsable de la pérdida de 60 millardos de bolívares, ni de la burla al elector ni del descrédito que sufrió Venezuela ante el mismo país y el resto del mundo. Incluso le quisieron «echar el muerto» a una supuesta «conspiración» que hasta risa daba y que nadie creyó. «Yonofuí»

Tapan el desastre de Cavendes, en el que «nadie» se benefició, nadie tuvo la culpa, no pasó nada, pero se perjudicó a todo el país. Y no aparecen los responsables. Por supuesto, no hay castigo. La respuesta del gobierno: «Yonofuí»

Se publica el decreto 259 del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y el ministro (sí, en minúsculas) «no tiene idea de cómo es eso de que él mismo firmó el decreto» o más bien «lo firmó sin leerlo». Tampoco hay responsables.

Se imparte educación premilitar (o lavado de cerebro xenófobo) a adolescentes, con un manual «patriótico» e ideologizante y nadie sabe de dónde salió el dichoso librito, ni quién lo aprobó, ni por qué se está impartiendo. El Ministerio de Educación, Cultura y Deportes del «desgobierno de los cambios profundos», cuya tarea es supervisar la educación que reciben nuestros muchachos, no supervisa ni asume responsabilidad por ello. Y su respuesta, de nuevo, es: «Yonofuí». Debe ser que los responsables son los adecos o, quizás, algunos desestabilizadores.

Hay desempleo y recesión económica a niveles nunca vistos en la historia reciente del país, pero eso no tiene nada que ver con el desgobierno de los últimos 18 meses que, por supuesto, dice «Yonofuí». Es culpa de los «puntofijistas», dirán los nuevos «patriotas revolucionarios». El actual régimen no es responsable de la fuga de capitales, del cierre de miles de empresas ni de la tremenda recesión económica que sufre el país ni de que los inversionistas sigan a la espera de confianza y seguridad. Al contrario, está sacando el submarino a flote mientras la población languidece buscando empleo para poder llevar la comida a sus hogares.

La inseguridad ciudadana crece. Pero eso es culpa del COPP, no del creciente desempleo, de los mensajes violentos, de la zozobra permanente, de la justificación del robo, del mensaje divisionista de fomenta el resentimiento de «pobres» contra «ricos». Y no tiene nada que ver con el ministro de Inseguridad, Luis Alfonso Dávila, que tampoco «Yonofuí».

El estado Vargas y los damnificados siguen a la espera de que se lleven a cabo los tan anunciados planes de recuperación y les otorguen las viviendas ofrecidas por el gobierno. Ya van 8 meses desde la tragedia, y la espera continúa, mientras la esperanza se debilita día a día. Todos los meses vemos reportajes de la gente afectada por la tragedia, quejándose, no ya de la falta de soluciones, sino de la indiferencia ante su situación. Pero nadie es responsable de eso y el gobierno responde con hermosas cifras acerca de los miles de vivienda que pronto serán entregadas y solo ellos saben dónde están. La culpa debe ser también de los adecos o si no, del ex gobernador Laya. ¿Y dónde estará Genatios? Si le preguntamos ¿nos contestará «Yonofuí»?

El nuevo CNE recibe y recibe solicitudes de conteo manual y de impugnaciones de las elecciones y nadie se toma la atribución de responderlas. A casi un mes del 30J, no se sabe nada al respecto. Y las inconsistencias numéricas, los posibles fraudes electorales, siguen quedando en el limbo, mientras la directiva del cne (así, en chiquito) los manda a los tribunales porque no son responsables del proceso, que fue nítido, clarísimo, tan cristalino que la mitad del electorado ni se interesó en votar y buena parte de los que votamos tenemos sospechas de que algo se esconde, porque no hay quien dé respuestas. Y parte de la «honorable» directiva del cne está por renunciar y dejar ese paquete en manos otros ¿o será al dedo de Miqui?

Por cierto, en el caso «policialmente resuelto» del secuestro de Richard Boulton, tampoco aparecen ni el secuestrado, ni el avión, y mucho menos los responsables. ¡Y que a nadie se le ocurra pensar, y mucho menos decir, que ese delito puede tener que ver con la «inmaculada» guerrilla colombiana!

El ejército colombiano incauta un arsenal armas de las Fuerzas Armadas venezolanas a la guerrilla. Tampoco hay responsables, «Yonofuí». Además, ese asunto carece de importancia, porque no son solo armas venezolanas las que tiene la guerrilla. Y se le echa tierra al asunto

Hay denuncias de corrupción, tráfico de influencias y otros. En esos casos sí hay responsables: los denunciantes (Pablo López Ulacio, Jesús Urdaneta, González Cazorla, conocido como el preso 777, el ex Inspector de Tribunales René Molina y otros). Y los personeros del régimen se rasgan las vestiduras y proclaman su honorabilidad de «Yonofuí».

Me temo que pronto aparecerán algunos culpables: los oligarcas, la»oposición obstruccionista de la Asamblea Nacional» y el «síndrome de 1830 y, por supuesto, los empresarios «no patriotas». ¡Ah! Se me olvidaba: la culpa es de los 40 años de «puntofijismo», de los adecos, los copeyanos y las cúpulas corruptas. Ellos sí fueron.

Porque la verdad es que en este desgobierno de extraterrestres (donde ninguno formó parte de gobiernos pasados, ya que estaban en Marte) nadie es responsable de nada y todos, aparentemente, padecen del «síndrome de Yonofuí».

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