Opinión Nacional

Encuentro Democrático

Una iniciativa que pretenda aglutinar el rechazo al Gobierno de Chávez y todo lo que ello puede significar para el futuro del país resulta desde luego encomiable. En esta etapa de la vida democrática en la cual los partidos fundamentales como lo fueron AD, COPEI, sin descartar al MAS se encuentran sin ningún respaldo de la población, simplemente por que perdieron prestigio, se hace imprescindible organizar nuevos movimientos políticos que tengan como objetivo interpretar el sentido de la población y desde luego obtener el respaldo de la misma. Para ello hay que construir una manera de pensar y de valores que son necesarios divulgar para luego lograr el respaldo popular que le dará vigencia y pueda ser alternativa válida de poder.

Los partidos AD Y COPEI lograron en su oportunidad interpretar el sentido democrático que el venezolano ansiaba como forma de gobernar, con la finalidad de obtener un sistema de libertades individuales. De esta manera se sentía con igualdad de oportunidades para poder obtener trabajo, educación, atención médica, transporte, posibilidad de consumir y disfrutar del confort que le da a la vida común los avances tecnológicos. Ese fue el sentimiento más importante que originó, lo que en su oportunidad de denominó el espíritu del 23 de Enero.

Estas posibilidades se vieron truncadas, cuando los partidos perdieron la visión de conjunto y pensaron en sus adentros que ya no era necesario cambiar por cuanto el sistema se había institucionalizado, que la renta petrolera daba para todo y que sólo era necesario alternar dirigentes en función de gobierno. Pero no cayeron en cuenta que luego del colapso del Viernes Negro, no cambiar tenía una trascendencia fatal, cual era el empobrecimiento constante y paulatino de las gentes, de forma que todo aquel ofrecimiento básico de igualdad de oportunidades, empleo, nivel de consumo, entre otros se fue extinguiendo. Esa fue la gran causa para que los venezolanos comunes perdieran la feb en sus dirigentes, en sus instituciones básicas. Quién ha logrado rescatar esta esperanza es precisamente Hugo Chávez y por ello es hoy en día el líder fundamental del país. Lo lamentable de este liderazgo es que se basa en promesas incumplibles, en esquemas económicos descentrados con las realidades de Venezuela y el mundo, y con un pésimo equipo de trabajo que no le permita ver al bosque, sino a los árboles. Los dirigentes seguidores de Chávez, en su mayoría son hombres que tenían roles subalternos en los partidos tradicionales, principalmente en AD, y que con el tiempo se sentían marginados y por tanto, más que por un asunto eminentemente práctico que ideológico, encontraron en MVR un refugio para sus aspiraciones personales. A éste grupo se les agregaron los viejos dirigentes del marxismo ortodoxo, quienes tienen una concepción de Venezuela igual a la del año 28 y no pueden cambiar.

Chávez ha creado una inmensa esperanza en el venezolano. Más pronto que tarde, se verá frustrada y así como en el pasado la decepción fue canalizada por él, hoy no existe organizaciones ni verdaderos dirigentes, que puedan reconducir el proceso democrático hacia nuevos horizontes económicos y políticos, de forma que la sociedad venezolana no tenga que recurrir a soluciones extremas, que sólo lograrán acentuar más la frustración.

En este orden de ideas es que veo conveniente el fomento y creación de nuevas instituciones, que sirvan de base para la organización de partidos políticos que puedan constituirse en verdaderas alternativas de poder. Pero ello no puede ser logrado, lamentablemente por los mismos hombres que participaron como dirigentes con responsabilidad en el pasado. No porque ellos no tengan capacidad para rectificar y en todo caso enmendar sus errores. Se trata de que el prestigio perdido es como el agua derramada. No descarto que estos dirigentes tengan participación en la construcción de ideas y aportes valiosos. Quizás sea ese su rol fundamental. Pero es necesario que las nuevas organizaciones estén dirigidas por hombres y mujeres dirigentes que representen una forma distinta de enfrentar los problemas del país y que bajo los preceptos de una democracia de participación se logre construir partidos alrededor de ideologías que están todavía presente en el acontecer mundial. No es exclusivamente una sustitución generacional de unos por otros. Se trata de tomar las ideologías y darle un contenido de posibles realizaciones en Venezuela, que permitan la disminución de la pobreza en un plazo razonable mediante la aplicación de esas políticas y medidas administrativas con ese fin.

Un grupo organizado como el Encuentro Democrático tendría más vigencia en la medida que su acción opositora se dedicara, en primer lugar al seguimiento de la acción del Gobierno, a señalar sus errores que ya son bastantes, la consecuencia de esa mala gestión administrativa. En segundo lugar a proponer cursos de acción gubernativa para que se enmienden los errores y darle un sentido de mayor entidad a la política. En este sentido es necesario que se revalorice la gestión de la democracia desde 1958 a la fecha, que se le ha dado la sensación de que Venezuela antes del 58 era mejor que ahora, con todo la crisis económica. Seguramente con una acción como ésta es posible retomar prestigio.

En cuanto a la acción electoral hay que tener una visión prudente en cuanto a la posibilidad de éxito en Mayo, por cuanto estas elecciones no son más que una etapa más del proceso político que Chávez y Miquilena han dirigido para tomar todas ó casi todas las posiciones de gobierno en el país. Es necesario tener claro que existen posiciones que pueden ser optadas por gente de oposición, sin embargo el hecho de que sean elecciones conjuntas dificulta mucho la necesaria identificación y diferenciación de los candidatos y sus propuestas. Y una nueva derrota de valiosos representantes de la oposición no sería conveniente, por cuanto ello limitaría sus posibilidades futuras, de insisto más pronto que tarde llegarán. Hay que tener paciencia.

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