Opinión Nacional

¿Es reemplazable la Unidad?

Las fisuras en la Alternativa Democrática preexistían a lo que siguió a los eventos electorales del 14A y 8D. Si bien, más o menos agazapadas en las entrañas de una organización construida sobre la diversidad de ambiciones, criterios y visiones. No obstante, luego de complejos y titánicos esfuerzos se logró lo que parecía imposible, juntar las partes en disenso y fabricar una enorme fuerza política y social que conformó su musculatura sacándole provecho a las fechas electorales.

Negar que las convocatorias a sufragar le dieron articulación, organización, disciplina y fervor a una alternativa real para conseguir el cambio y desplazar el modelo neototalitario que viene arruinando al país sumiéndolo en la más abyecta degradación, sería un disparate.

La ceñida «derrota» de la Alternativa Democrática el 14A y detener la marcha hacia el CNE frustrada en un auge de ardiente entusiasmo; el revés del 8D, así como la asistencia de alcaldes y gobernadores ante Maduro para atacar la inseguridad, han sido, entre otras, las excusas para que Leopoldo López y María Corina Machado ­liderazgos talentosos, de probada firmeza por rescatar el país de su desvalijamiento por el Castro-Madurismo­ ensayen imponer fuera de la Mesa, una agenda distinta, no discutida con los otros factores que la integran.

Actuar de este modo revela, ya no solamente serias divergencias con la Mesa y con Capriles, sino más que un amago para controlar la Unidad y filtrar su manera de conducirla, existe un deliberado intento por dividirla, con la torpe creencia de que bajo la jefatura de ambos, van a ampliar el mensaje opositor, viendo a Capriles, a la Unidad y a la Mesa, como obstáculos a ese propósito.

Si de verdad piensan que dinamitando la Unidad, entendiendo que calentando la calle y radicalizando el discurso van a pasar la frontera de los ya convencidos y este llamado captará el descontento de la crisis económica, es signo de que sus ambiciones políticas- legítimas, sin duda- han sucumbido a un estado digresivo y regresivo que poco favor va a aportarles a ellos, pero hará un daño letal a lo que se ha conquistado.

No defiendo el letargo en que ha caído la Unidad. Tampoco el autismo de Capriles «ayudado» por la invisibilidad en los medios. Sin embargo, la Unidad es el único candidato. Fuera de ella, nadie tiene el menor chance de trascender ni lo electoral ni la necesaria agenda social que exige el momento actual.

Por lo demás las declaraciones de los mencionados son ambiguas.

Hablan de «Ir a la Calle» de «Hacer Asambleas» y de «Ir a una Constituyente». No se ve un planteamiento coherente ni un plan de trabajo a corto, mediano y largo plazo. Si fuera que quieren nuevos rumbos, por qué no hacerlo dentro de la MUD. Opinamos que han debido:

1) Convocar la reestructuración de la MUD, para que haya un pleno y una discusión orgánica más allá del hecho electoral; mostrar contenidos programáticos y cuáles serían las medidas que ellos tomarían de ser gobierno. Es decir, plantearse como opción o alternativa distinta al PSUV, que detenta por lo menos un 50% de respaldo.

2) Reunirse con los alcaldes electos de oposición y hacer propuestas efectivas y claras.

3) A mediano plazo llevarlas a las asambleas de ciudadanos.

4) Más adelante (un año por ejemplo) sí efectuar movilizaciones de acuerdo con las quejas y el «fragor» que desprenda la calle.

No se vuelvan locos, no más mesianismos. Es hora de respuestas unitarias. ¡Basta de hincharse de egos inútiles!

 

 

 

 

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