Opinión Nacional

Extremadamente preocupante

 

La importancia de abordar este tipo de circunstancias es más que evidente de la inmediata respuesta, generalmente de gritos histéricos y acusaciones, que generan en los sectores que se sienten descubiertos en su juego macabro. El tipo de sus respuestas y el número de los involucrados en las mismas también indica que los temas son vitales. No otra cosa significa considerar un pecado capital su tratamiento, su análisis o su divulgación.

La enfermedad del Presidente y el secreto que se mantuvo sobre la misma, el ocultamiento de la verdad sobre su gravedad, la legítima duda sobre la veracidad de las informaciones ofrecidas por nuestros gobernantes, sobre todo las referidas a las decisiones tomadas por el presidente Chávez durante su fase terminal, se han convertido en temas “tabú” sobre los que no se puede opinar nada diferente de la posición oficial. Quienes lo hacen son anatemizados y amenazados como los infieles del Medioevo. A los gritos usuales de traidores y mercenarios del imperio se agregan insultos groseros y destemplados, calumnias y la acusación de delincuentes que deben ser castigados, como los quemados en la hoguera por la Inquisición.

Esta actitud es general y se extiende desde el alto gobierno y todos los poderes hasta los militantes y activistas de base. No sólo pretenden anular al contendor y la posibilidad de que realice su campaña electoral, sino anular toda crítica mediante el miedo. Quien escribe ha sido víctima de esta retorcida actitud, al enfrentar cualquier intento de manipulación de la religiosidad y sentimientos de la gente. No se aceptó en el pasado, cuando algunos sacerdotes católicos lo hicieron contra el gobierno de Chávez, y no se acepta hoy cuando es el equipo gobernante quien procede de esa manera. No lo aceptó el Libertador cuando el terremoto de 1812 y siguiendo su ejemplo no lo aceptaremos sus verdaderos seguidores de siempre.

El Gobierno se ilusionó inicialmente con la idea de no tener contendor en los comicios de abril, posibilidad que impulsó con su discurso amenazante, y se desestabilizó al aceptar Capriles la candidatura. La política electoral señalada es combinada con acciones, que tratan de hacer permear hacia Maduro el prestigio, simpatías y devoción generados por Chávez. Hasta la hija mayor del presidente fallecido se involucró hace poco en la campaña, la cual, por ser muy corta adquiere características particulares: Hay mucho menor espacio para las promesas electorales y los ataques al contrario son prioritarios. Así lo entiende el Gobierno y así también la oposición, por lo que Capriles ha modificado conducta tenida en las elecciones pasadas.

Capriles pasa a mostrar un estilo más confrontador, aclara que su lucha no es con Chávez sino con Maduro, integra más pluralmente su comando de campaña, basará sus golpes electorales en los temas que el Gobierno resiente y colocará sobre Maduro la carga de los hechos negativos, ocurridos desde que Chávez dejó el escenario político por su enfermedad. Hasta aquí las cosas, preocupa que el ambiente de la campaña se enrarezca y se comprometa la paz de la nación. Por su parte, los dirigentes del Gobierno lucen nerviosos e inseguros y por ello altisonantes. Su iniciativa está alrededor de las exequias presidenciales, pero en otros ámbitos se limitan a contestar las supuestas agresiones opositoras.

Sin duda se han dado cuenta o tienen información que les sugiere que deben realizar un esfuerzo mayúsculo, al no tener vivo al Comandante-Presidente, lo cual era esperable a pesar de toda la explotación de los sentimientos de devoción hacia Chávez.

Recientemente, han entrado en escena otros mecanismos electorales, pero que van a trascender en el largo plazo en la creación y consolidación de una cultura política chavecista, que se presentaría como una doctrina propia mundial; la nueva izquierda y el nuevo socialismo que trasciende al marxismo, algo como la “idea suche” de Kim, Il Sung, que tanto gustó a la izquierda de hace años.

A pesar de que ya nada debería asombrarnos, lo hicimos ante la afirmación del presidente de PDVSA: “Estoy convencido que al presidente Chávez nos lo asesinaron” y su acusación a las agencias deinteligencia imperialistas de usar tecnologías desconocidas, a tal efecto. Ratificó además que sí conversaban con Chávez frecuentemente, pues “su inventiva le permitió comunicarse con nosotros en una manera muy inventiva”, sin explicar estas maneras tan originales. No sabemos si esta comunicación tendrá relación con lo que declaró luego el ex contralor Isaías Rodríguez, quien afirmó haber conversado extrasensorialmente intuimos con el espíritu de Chávez. Completemos con un artículo de la “psíquica” Andrea Coa en Aporrea, con detalles de cómo le indujeron el cáncer a Chávez, hecho descubierto de manera “extrasensorial”, “por vía psíquica”, por la autora del escrito.

Este último escrito, un verdadero mamotreto que constituye un insulto a la inteligencia de los venezolanos, fue leído 50 mil veces en Aporrea, lo cual, junto con las declaraciones arriba señaladas y la atención que las mismas generan, dejan clara la existencia de una realidad muy lamentable de creencias e ignorancia en que ha sido sumergido el pueblo venezolano. Dentro de poco rescataremos la tesis creacionista religiosa para ser enseñada en las escuelas bolivarianas en lugar de las tesis de Oparín y de Darwin. Inaudito que éste sea el nivel de discusión actual en la dirigencia política venezolana, peor aún por tratarse de la gubernamental.

Es más que conocido que el cáncer humano no se contagia, que no se puede inocular y por lo tanto es imposible de producir a voluntad en el hombre y, mucho menos, en las formas en que sugieren los protagonistas de esta novela. Pregunto: ¿Por qué no le “inocularon” ese mismo cáncer a Gadafi o a Saddam Hussein y así se ahorraban una guerra? ¿Por qué no lo han hecho con el presidente de Siria o con Ahmadineyad, líder iraní enfrentado a todas las potencias capitalistas? ¿Por qué no lo hacen con el presidente de Korea del Norte, quien tiene ya armas atómicas? ¿Cómo se les salvó Fidel Castro, quien por más de medio siglo estuvo retando al imperialismo estadounidense? ¿Y Raúl? ¿Se equivocaron los imperialistas al “inocularle” un cáncer a su mejor aliado en Sudamérica el presidente Santos?

Por favor camaradas… Ya es dañino que no se estimule la educación básica y secundaria y se permita el grave deterioro existente; que los alumnos sean bachilleres sin estudiar matemática, química, castellano y física, porque no hay profesores. Ya es nocivo el estado de abandono de laboratorios y aulas y la inexistencia de bibliotecas en nuestras escuelas. Ya es intolerable que las universidades, ni siquiera las creadas por el gobierno, no reciban los recursos que necesitan. Que tengamos sólo 7 años promedio de educación. Para ahora, desde el alto gobierno, destruir cualquier atisbo de pensamiento objetivo y científico en nuestros estudiantes.

Díganme lo que se les ocurra, insúltenme como les plazca, pidan mi expulsión de Aporrea como muestra de democracia, libertad de expresión y pluralismo. Seguiré escribiendo franca y diáfanamente mis opiniones, cimentadas además en argumentos irrebatibles. Nadie tiene ningún derecho de hacernos retroceder siglos, introduciendo en la mente de la gente ideas largamente superadas por el desarrollo científico de la humanidad. Modificando lo que alguien muy conocido dijo: Ese tipo de creencias producto de la ignorancia es el opio de los pueblos.

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