Opinión Nacional

Golpe Suave, Tercer Ejército y Genocidio

Hugo Chávez caracterizó el movimiento de protesta estudiantil y social que ha estremecido a Venezuela durante las últimas 3 semanas como un “plan desestabilizador o golpe suave de mecha lenta”. De acuerdo a Chávez “el plan de la mecha lenta tiene un conjunto de pequeñas explosiones y otras que pudieran dar nacimiento a una gran explosión”. Esa gran explosión, aseguró Chávez, sería revolucionaria. “Se devolvería contra ellos y tampoco queremos que eso ocurra”, dijo.

La reflexión de Chávez incluye dos elementos más que explican por qué no es conveniente que la “gran explosión” ocurra: sería cívico-militar y jacobina.

Cívico-militar porque (Chávez dixit) “antes (11-A) no existía la reserva militar, que son cientos de miles de hombres y mujeres entrenados para el combate y están en los barrios, en las fábricas. No teníamos la fortaleza de la Fuerza Armada que hoy tenemos, desde el generalato hasta los mandos medios. No teníamos la fortaleza política, la fuerza social ni la fortaleza económica que hoy tenemos en las regiones”.

De acuerdo a Chávez, el desenlace del choque entre la nueva y peculiar ola de protesta contra su gobierno traería una respuesta jacobina, situación histórica que lleva a recordar las guillotinas cargadas de sangre -incluida la de la cabeza de varios de los jefes revolucionarios. Así, la etapa jacobina de la revolución sería ejecutada por el Tercer Ejército o Ejército de Bolívar, concepto que se originó en la guerrilla bolivariana (PRV): pueblo y soldados constituirían un Tercer Ejército (fusión Ejército-Pueblo), capaz de realizar una verdadera revolución.

Cuando Chávez redactó el Proyecto Nacional Simón Bolívar (1991-1992) y aceptó las observaciones de sus compañeros del MBR-200 (“¿Y cómo salir de este laberinto?”, Yare-1992), rescató el concepto de Tercer Ejército (fusión Ejército-Pueblo o Pueblo en Armas). Desde entonces ha buscado concretarlo (alianza cívico-militar que debe dar paso a la etapa de la fusión cívico-militar).

Ahora está seguro de que ya lo tiene (sectores de la FAN, Reserva, Guardia Territorial) y la opción de tomar el atajo jacobino es muy grande. Significaría la “Ruptura Histórica”. El asunto es que del otro lado, más allá de que pueden estar pescando en río revuelto conocidos vivillos, la fuerza de calle opositora la representan estudiantes, periodistas y artistas que están desarmados. Una cosa es el enfrentamiento entre sectores armados nacionales (guerra interna) o de Ejércitos regulares entre ellos (guerras de mediana o alta intensidad), o entre Ejércitos y oponentes no estatales (Guerra Asimétrica) y otra muy distinta que grupos armados masacren a civiles indefensos. Esa no sería una revolución. Sería un genocidio.

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