Opinión Nacional

¿Hacia donde va la UCV? ¿Caos o conciencia?

El 19 de septiembre de 1984 se produce lo que quedó registrado como la Masacre de Tazón. Treinta y cinco estudiantes fueron heridos por la GN quienes…“dispararon contra cuatro autobuses que transportaban a unos doscientos jóvenes.” (EU,20-09-84,p.1) La detención de las unidades obedeció a una petición del rector al ministro del interior. La reacción fue inmediata. Por todas partes se levantó la protesta. A lo interno, en la UCV, la conmoción es profunda y el estallido cada vez mayor. Se señala un solo culpable: Edmundo Chirinos, a quien se tenía como militante de la izquierda, a pesar de haber obtenido los votos de una buena parte de la fracción de AD, en su enfrentamiento a la candidatura de Piar Sosa, en la lucha por el rectorado.

Operación Pintura y Helipuerto en la UCV

La primera declaración de Chirinos como rector electo fue un importante alerta: éste es un triunfo del gobierno. Para los tolerantes grupos de izquierda estas palabras sonaron como una salida táctica para lograr el apoyo gubernamental. Pero en realidad los planes eran otros. Su primera medida fue la operación “Pintura Militar”, con cual estrecha relaciones con las FAN, y la construcción de la plaza descubierta del rectorado, que para el momento calificamos como el helipuerto de la UCV. Un lugar para el aterrizaje de helicópteros que pudieran acudir ante el llamado de las autoridades en caso de emergencias provocadas por tomas, secuestros o enfrentamientos intergrupales. Para este momento, se evidencia que el gobierno adelanta acciones concretas para acabar con todo peligro a su estabilidad.

Sin embargo, a la hora de Tazón, hubo sorpresa y conmoción. La comunidad ucevista no le había dado mayor credibilidad al discurso rectoral que señalaba su disposición a imponerle orden. Por ello la incredulidad respecto a que el rector hubiese pedido al ministro la detención de los autobuses que transportaban a los estudiantes de Veterinaria y Agronomía que venían a protestar por problemas que confrontaban con el comedor. Al día siguiente de los acontecimientos se produce una Asamblea en el Aula Magna, convocada por la FCU para discutir la situación planteada a raíz de la masacre. Y uno de los puntos del debate era la solicitud de renuncia al rector. La asistencia fue multitudinaria.

El día en que el rector tuvo que salir corriendo

Y cuando se está en pleno debate, se presentó a la sala el rector Chirinos. La sorpresa hizo que los asistentes guardaran el mayor silencio, el cual se hizo aún más patético cuando se le concedió la palabra. Comenzó a explicar su actuación en el caso Tazón y admite que se equivocó. La sala seguía en silencio cuando sobrevino un grito que llamaba a no dejarse manipular. De seguida otra voz pidió ir en contra de Chirinos para cobrarle directamente la masacre. Una buena cantidad de estudiantes se lanzó en dirección a la tarima. Y ante el peligro, pegó una carrera y salió por la puerta trasera de la sala. Detrás estaba un vehículo y varios vigilantes que lo trasladaron fuera de la universidad.

El rector mujeriego y la Generación “Boba”

En este momento, septiembre de 1984, dijimos que la vieja institución rectoral había llegado a su mayor agotamiento. Luego de aquel espectáculo, no había mayor discusión respecto a la pérdida de toda ascendencia y respetabilidad a la instancia rectoral. Horas antes de tomar el teléfono para ordenar la masacre de Tazón, el rector Chirinos se había hecho noticia por una explosiva entrevista que le realizara Elizabeth Fuentes (EN, Feriado, 16-09-94) y en la cual lanzó su doctrina en relación con el amor y las mujeres, que se sintetizaba en esta frase: “No sabría cuantificar cuántas mujeres he tenido.” Para agregar: “Nunca he dejado a ninguna mujer con rencor. Es un juego limpio. Casi todas las mujeres que han tenido nexos conmigo, están agradecidas.” A esas ideas agregó lo de la “generación boba”, término que acuñó para referirse a la juventud del momento. Estas declaraciones generaron un inmediato rechazo. Y cuando Chirinos pide la represión contra los estudiantes produce una bomba de múltiples entradas, cuyo estallido es imparable. Por todas partes se habla del playboy que ejerce el rectorado en la UCV. Este es el personaje que materialmente abre su fosa y que luego tendrá que correr duro para salvarse.

La desjerarquización rectoral o síndrome Chirinos

Chirinos debió separarse del cargo y ocultarse varios meses hasta que se olvidara el capítulo de doble entrada. Para el momento en la institución no hay un movimiento político-académico distinto a los partidos. Por ello, Chirinos se aferra a ellos. Y estas organizaciones fueron preparando el terreno para su regreso. En lo sucesivo su discurso no volvió a reproducir su ‘madura conceptualización’ y su ‘rectorado’ transcurre en medio de la más profunda desjerarquización. Una realidad que adquirió permanencia. En los rectorados sucesivos está presente el ‘síndrome chirinos’, a lo que se agrega el peso del desgaste-decadencia y la más completa ausencia de planes para el mejoramiento docente-investigativo o administrativo.. Cada una de estas gestiones está marcada por la condición de anodinas, insignificantes e intrascendentes. En esta UCV se llegó a producir una especie de pacto implícito respecto a que lo importante es mantener la institución abierta, independientemente de la calidad del servicio que preste.

Un Consejo asesor de primera para una UCV de segunda

Este desprecio por la institución universitaria llega a tal nivel de desparpajo y mediocridad que a dos de estos rectorados se les ofreció la oportunidad de que una comisión de alto nivel, en tanto experiencia y ascendencia en la comunidad, actuara como cuerpo asesor y equipo de trabajo para el mejoramiento y transformación de la UCV. Entre sus miembros se contaban los fallecidos Maestros Rafael Pizani, Rafael José Neri y Pedro Beroes así como otras personalidades: D.F. Maza Zavala, T.E.Carrillo Batalla, C.A. Moros Ghersi, Miguel Layrisse, Angel Hernández y Manlio Sardi. Un ofrecimiento que se sintetizaba en estas palabras del Dr. Layrisse: ‘yo sólo pido que se nos utilice porque deseamos servirle a la universidad’, o en lo que el Dr. Neri sostuvo en muchos casos: “me entristece la universidad que tenemos y no poder contribuir a mejorarla”.

A quién hay que jerarquizar es al colectivo

Uno de estos rectorados acogió formalmente la idea de los asesores como fórmula para captar votos. En la práctica se desentendió del mismo porque su objetivo no era cambiar nada. Al rectorado que siguió se le ofreció la misma colaboración y luego de celebrarlo, ignoró hasta en forma poco elegante el ofrecimiento. Esto demuestra muy claramente el sitial en el cual nos encontramos hoy. No es fácil salir del hoyo y tomar el camino de una transformación que no esté destinada a alimentar el llamado esquema institucional para la reproducción y ocultamiento de males, ni al llamado modelo que pudiese conducir al proyecto de una Universidad Bolivariana Patriótica y Revolucionaria. Hoy aquí se impone conformar una universidad a la medida de una sociedad que reclama una institución ligada a su padecer y al hallazgo de las respectivas soluciones. Una labor que sólo será posible con la participación protagónica de un colectivo universitario decidido a enfrentar los grupos, roscas, vicios, corruptelas, como primer paso hacia la construcción de una universidad comprometida con la creación, la ciencia y el arte que requieren estos difíciles tiempos. ¿Va la UCV hacia el caos o hacia la conformación de una conciencia y realidad de y para la transformación?

Insistiendo

  • Un auténtico autogolpe y una verdadera desproclamación fue lo actuado por el rector el 28M-01 en la UCV. De no ser así ¿cómo explicar la exaltada defensa de una legitimidad y una autoridad que comienza por desconocerse a sí misma, al afirmar que la sola presencia de un profesor en el escenario de los acontecimientos, significa un atentado contra su cargo?
  • A estas alturas nadie puede negar que en la UCV dejó de existir autoridad con ascendencia ético-moral e intelectual.
  • A lo largo de 25 días la única ‘autoridad’ universitaria que declara y vuelve a declarar es el rector. Los demás parecen guardar prudente distancia y rentable silencio ante un barco que parece no aguantar más.
  • Tanto para Min-Educación como para los poderes constituidos ucevistas el enemigo a derrotar es ABM y la Cátedra Pío Tamayo que ha asumido la responsabilidad de denuncias fundamentales en la vida ucevista.
  • La Cátedra Pío Tamayo seguirá en su línea de luchar por la UCV y no está dispuesta a librar un intercambio de adjetivos con quienes dicen con su conducta porqué procede un proceso de transformación universitaria.
  • Nadie duda que la UCV tiene que vivir un proceso de transformación. Pero la mayoría de los ‘convenidos’ parecen dispuestos a jugar al que no pase nada.
  • El CNU decretará la transformación de todas las universidades (EN,21-04-01) ¿Para frenar la verdadera transformación?
  • Algunos universitarios siguen pensando que hay responsables puntuales de la actual crisis ucevista. Señalan muy analíticamente que si la Cátedra Pío Tamayo no hubiera sometido a discusión la constituyente, como una posible vía para la transformación de la UCV, no tendríamos hoy este gran problema. Esta misma gente cree que todo comenzó el 28M-01. No son capaces de entender que esta toma ha llegado al punto donde se encuentra debido a la existencia de un cuadro que refiere al mayor agotamiento-descomposición.
  • Nadie podrá entender un silencio o el aplastamiento del movimiento de transformación después que todos los poderes que condenan la violencia de la toma admiten que es indispensable el cambio en la forma más profunda.
  • En la condena de la violencia y la proclamación de la necesidad de la transformación se gastaron muchos, muchísimos millones. Y eso que se trató de una acción de un grupúsculo y un profesor.
  • ¿Cómo negar que en la UCV estaban dadas las condiciones para que se produjeran consecuencias profundas del más leve estallido.
  • Es verdaderamente interesante ver como muchos profesores cierran filas para defender las instituciones que, por encima de todo, le garantizan su status.
  • Por más que se ‘republicanizó’ la universidad en 1827, en ella siguieron con vida las bases-estructuras y los principios-orientaciones coloniales. A este orden corresponden tanto las estructuras como el sentido, orientación y la proyección de la enseñanza que se imparte en esta fecha.
  • A lo largo de 173 años en la UCV no ha habido transformación, es decir, cambios radicales. El modelo ya no aguanta más. En la UCV hay que reformarla para ver si alguna vez se comienza a enseñar lo que sea útil, necesario y creador como quería el Maestro Rodríguez. Y para que se enseñe lo que sirva a ayudar a construir una mejor forma de vivir.
  • Hay que reformar el cuadro de una universidad en la cual nadie puede negar la corrupción y donde la toma de decisiones corresponde al círculo de los 22 miembros del CU.
  • Hace mucho tiempo, en esta columna, hemos hecho denuncias de corrupción y señalado casos concretos. Y esto es como hablar con la pared o el suelo. Nadie está dispuesto siquiera a discutir el asunto.
  • Como caso de bulto hemos referido el de Proserfacica. A un año de su declaración como no operativa está claro que hubo en la misma una pérdida milmillonaria, con el agravante de que –se dice- no es posible establecer responsabilidades porque ni siquiera hay archivos de la empresa. ¿Qué ocurrió allí? ¿En qué manos quedaron los millones perdidos? ¿Qué se hizo con el galpón de Maracay que tiene un costo superior a los mil millones, con las tierras de Ocumare del Tuy? ¿Y cuál será el informe final de la Fundación UCV sobre este caso?
  • ¿Y cuál será por fin la suerte de la zona rental de la UCV, que más parece de las transnacionales? No es posible que una decisión tan grave como la entrega de la zona rental de la institución a las transnacionales, sea dirigida por una ‘junta directiva’ y el apoyo de la máxima autoridad rectoral. ¿Por qué no se plantea al debate de la comunidad ucevista el proceso de licitación que conduce a entregar la ZR a multinacionales que estarían en vías de establecer en el lugar el hipermercado de mayores dimensiones del país y uno de los primeros del continente? El área Plaza Venezuela sería altamente alterada. A las puertas de la UCV estaría el centro de las grandes riquezas mientras aquí, en el patrimonio cultural de la humanidad cada día hay más ranchos.
  • La última, el tal Parlamento Universitario se reunirá el miércoles 25 a las 9 am en la Sala de Conciertos a puertas cerradas y con una buena cantidad de vigilantes conocidos y desconocidos.
  • A la misma hora del parlamento cerrado para no escuchar lo que ocurre en la institución, se reunirá en el Aula Magna una Asamblea General para evaluar la marcha del proceso de transformación y establecer y organizar las próximas acciones.
  • Esta es una hora de definiciones en la UCV y como tal un momento en el cual muchos aprovecharán para devolverse. No hay que olvidar que aquí, como dice Antonio Machado, seguimos confundiendo valor y precio.
  • El rector comenzó amenazando con todo tipo de expulsiones. Al lado de esto lanzaba cualquier adjetivo. Ahora se ha vuelto moderado. El ‘jueguito’ del golpe de Estado-autorrectorado le arrancó el poquito de autoridad y ascendencia que le quedaba.
  • El descrédito en la UCV no alcanza sólo a las autoridades. Bien puede decirse que los estudiantes han dejado de creer y le han perdido todo respeto a sus profesores. ¿Es que puede haber mayor crisis?
  • Si la transformación no es ahora, difícilmente será en estos tiempos. Seguiremos reproduciendo el saber de las miserias. Y no olvidemos que la transformación tiene que depurarse de farsantes e infiltrados.
  • Se estrellarán y quedarán esperando los institucionalistas universitarios cuyo pensamiento sólo les alcanza para producir adjetivos, dado que la idea o el concepto es algo que nunca estará a su alcance.
  • La acción transformadora no puede estar dirigida hacia la conformación de un disfraz de institucionalismo ni hacia la creación de la Universidad Central Patriótica, Bolivariana y revolucionaria de Venezuela (UCPBRV). La transformación no puede adelantarse al precio de conciliaciones, entregas, pactos o supeditación.
  • La universidad transformada tiene que ser verdadera y, al fin, democrática, participativa, creadora y no un refugio del atraso regio y pontificio.
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