Opinión Nacional

Inteligencia y supervisión en la educación

El próximo 14 de julio cumpliremos 50 años en la docencia (maestro normalista rural), ejercida con gusto y dedicación en Primaria, Secundaria, Especial, Militar y Universitaria, esta última donde nos mantenemos al frente de la Cátedra de Derecho Ecológico, “El Derecho del Milenio”, emulando el Informe presentado por la ONU en abril de este año.

Este tiempo, por si solo, en la vida de un ser humano conducida a plenitud y, teniendo que enfrentar los avatares signados por la visión de ungidos personajes, quienes con su acción política atiborrada de mendacidad mediocre e inculta, exaltada con su empeño ególatra y la búsqueda de un sofisma resaltante del patriotismo, es tiempo suficiente para aquilatar una experiencia docente plena de filosofía. Es, la verdadera experiencia necesaria para enfrentar ortodoxias irrelevantes y fantásticas, sin caer en la provocación, ni en el vacío intelectual que tiene que agitarse en la misma mezcla o enredo ideológico que, en mas de siglo y medio ha provocado la doctrina de los “genios” del comunismo y de la democracia.

Ambos conceptos que, con sinonimia y parentesco, han tratado de resolver el problema comunal, para llevar la paz a los pueblos, ungido el primero en lo económico y el segundo en la dirección (gobierno) de la “polis”. Pero que han fracasado, al querer utilizar la nivelación hacia abajo, es decir: “quitar a quien más tiene para nivelar al que menos tiene”, sin exigirle a cambio un esfuerzo físico o intelectual productivo, a no ser, su unión política y moral al grupo “de los menos poseedores” (el pueblo o soberano como ilegítimamente lo llama la demagogia) para gobernar en su nombre.

Es un cuento de nunca acabar entre nosotros (Venezuela), a pesar de los cambios que han ocurrido en el mundo en las dos vertientes: política y económica. Pareciera, que nuestro liderazgo es el producto de gélidas frustraciones, que se acompasan a la interpretación romántica de ideales perdidos, sin considerar los cambios producidos por el intelecto descubridor de fenómenos naturales y de los inventos generados por la investigación y el estudio. De esto se trata, del estudio y de la educación, únicas formas de generar, mantener y transmitir cultura. Los modelos son buenos, solo cuando ellos son el producto de conductas y acciones exitosas, pero, cuando solo vemos en ellos una arista, la política, es como conducir a los seguidores al fracaso. De nada vale, luego del tiempo perdido, que sus gestores se suiciden. Así lo expone la historia.

Nuestro mayor fuerte es la educación. Por ello hemos incursionado con relativo éxito, entre otras, en las áreas del derecho, de la pedagogía, la curricular, la tecnológica, la militar, la cibernética y las ciencias administrativas, sin dejar de mencionar la que nos ubica en las letras. Entramos de la mano del “Maestro de América” (nuestro pariente, el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, siendo Ministro de Educación) a la Escuela Normal Rural “El Mácaro”, para concluir estudios en el Centro Interamericano de Educación Rural de Rubio. Cuatro años después y desde entonces, nos hemos mantenido en el ejercicio gubernamental y libre de este apostolado.

Este background, además de orgullo, nos da autoridad para aconsejar a los actuales gestores de la política educativa en el manejo de los aspectos administrativos (dirección y supervisión) de los planteles educacionales (colegios), en su contenido curricular (planes educativos) y la orientación extracátedra de los aspectos morales, éticos, valorativos y de orientación política y social.

Comenzamos con decirles, porque pareciera no saberlo, que, si bien es cierto que el hombre nace instintivo, también trae por naturaleza aptitudes que facilitan o dificultan su aprendizaje y, conforma actitudes intuitivas o inducidas, según el medio donde se desenvuelve. Es aquí donde ejerce su influencia la educación de un pueblo (sociedad), que se conforma con las experiencias informales transmitidas en el núcleo familiar, en la convivencia cotidiana de la sociedad (lo que han dado en llamar la universidad de la calle), la nueva escuela, conformada por los medios de comunicación social, que no tiene fronteras físicas, ni espirituales y, por último, la escuela formal, hoy conformada por las dos vertientes: pública y privada (ésta última, inicialmente originada para la especialización académica no común, para la cultura artística, religiosa y de ciencias no generalizadas, se ha transformado en una necesidad comunal, ante la desidia y la incapacidad gubernamental para afrontar la mas importante de sus obligaciones).

En todo caso, no hay dudas que el Estado (con todas sus ramas del poder), tiene, no el derecho, si no el deber, de legislar, dirigir, controlar y supervisar todo el proceso educativo, tanto en el campo académico, como en el administrativo, mas no le es dado cambiar la orientación educativa, por patrones políticos y de catequización generalizada, sin que en su programación participe la comunidad intelectual.

Lo que aparentemente quiere hacer el actual ministro de educación, con o sin el apoyo o guía de (%=Link(«/bitblioteca/hchavez/»,»Chávez»)%), es un abuso, a mas de una utopía. Ejemplos sobran en el mundo y en su historia, de caudillos que quisieron hacer de sus pueblos, modelos surgidos de su intelecto o subjetivismo personal.

En su libro Un Mundo Feliz (1985), Aldous Huxley dice: “Los horrores inimaginables de la Guerra de los Treinta Años enseñaron ionlistas de izquierda una lección a los hombres, y durante más de cien años los políticos y generales de Europa resistieron la tentación de emplear sus recursos militares hasta los límites de la destrucción o (en la mayoría de los casos) para seguir luchando hasta la total aniquilación del enemigo. Durante los último treinta años (hoy 50) no ha habido no ha habido conservadores; solo radicales nacionalistas de derecha y radicales nacionalistas de izquierda …Los radicales nacionalistas no salieron con la suya, con las consecuencias que todos conocemos: bolchevismo, fascismo, inflación, depresión, Hitler, la Segunda Guerra Mundial, la ruina de Europa y todos los males imaginables menos el hambre universal”.

Hoy, después de la obra de Huxler, podemos agregar: la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín, la ruina de Cuba, la destrucción de la URS y muchos mas ejemplos de, a lo que conducen los gobiernos y los sistemas totalitarios. Eso no lo queremos. Al menos, los que hemos querido vivir en democracia sin comunismo.

Y muy a propósito de los expuesto, antes del consejo, siguiendo de citas, utilizamos una de Kun fu Chu (Confucio): “Para predicar la virtud al mundo, es preciso gobernar primero al propio país. Para gobernar al país es preciso gobernar primero a la propia familia. Para gobernar a la familia es preciso regularizar primero el propio cuerpo mediante educación moral. Para regularizar el cuerpo hay que ordenar primero el propio pensamiento. Para ordenar el pensamiento primero hay que ser sincero en lo que atañe a las propias intenciones. Para ser sincero con las propias intenciones, es necesario aumentar nuestros conocimientos.” Y, de Cecilio Acosta: “Por qué desgracia de gran parte de los países de América Latina, la inteligencia lo más que ha alcanzado es aconsejar, por si la oyen; difundir en los periódicos enseñanza, por si la siguen; o hacer los códigos por si los observan.”

Sr. Ministro de Educación y señores asesores: es tiempo de rectificar y de corregir, para luego es tarde y, no se trata de que nos ahoguemos en un vaso de agua, se trata de la educación de nuestras generaciones de relevo. Por mucho menos que eso, han ocurrido revoluciones. Con la educación y con la cultura no se juega.

Para terminar, el consejo también es de cita. De la obra de Huxler antes citada: “Un Estado totalitario realmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuere necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre. Inducirles a amarla es la tarea asignada en los estados totalitarios a los Ministerios de Propaganda, los directores de los periódicos y los maestros de escuela.“ Es evidente que mas temprano que tarde se convencerán del error y vendrá el arrepentimiento, pero esto puede ser tarde para el “penitentismo”, por ello, es mejor rectificar a tiempo.

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