Opinión Nacional

La cara negra de la revolución

No se puede ocultar la verdad con la censura que se la ha aplicado a los medios de información en Venezuela. Demasiados ojos vieron como los «colectivos armados» y grupos «paramilitares» se movilizaban en motos y camionetas por los alrededores de la Candelaria, flanqueados por miembros de la PNB y otros organismos policiales, para actuar contra la concentración que estaba en la Fiscalía.

32 heridos de bala, dos fallecidos por disparos, pero ninguno de los victimarios que fueron vistos por cientos de testigos o grabados en otras tantas imágenes, será investigados y mucho menos detenido.

La violencia política que se ejerce desde el gobierno con la excusa de «defender la revolución» es una realidad con la que se ha convivido en la Venezuela de la revolución.

Censurar a los medios ha sido el mecanismo utilizado por Maduro para ocultar frente al mundo y sus propios seguidores, las constantes violaciones a los derechos humanos y la criminalización de la protesta, que se ha hecho más fuerte en tiempo de Maduro.

Resulta inútil pedirle a Cicpc o a la Fiscalía que investigue estas nuevas muertes y agresiones armadas. Se repite la historia que impusiera Hugo Chávez de utilizar bandas armadas para no comprometer a las fuerzas regulares y luego buscar culpables en el bando opositor.

Una prueba de ese terror que actúa bajo las órdenes del gobierno la vivió Inti Rodríguez, miembro de la ONG Provea, defensora de DDHH desde hace más de 20 años, cuando fue secuestrado y golpeado por hombres con armas largas, vestidos de negro y encapuchados. Esa es la verdadera revolución en tiempos de Maduro que actúa abiertamente con grupos paramilitares e intenta ocultar la violencia con la censura comunicacional.

La conducción del gobierno a manos de Maduro, no solo ha generado incertidumbre, desesperanza y rabia en el sector estudiantil, protagonista de las recientes protestas. La desesperanza tiende a extenderse en los sectores populares que son los bastiones que han sostenido al gobierno en estos 15 años.

En la propia dirigencia rojita hay dudas a cerca de su conducción y aunque temen al sector democrático que se moviliza, sienten que al menos con Chávez, la situación económica y social era manejable.

Internacionalmente tampoco se podrá ocultar el camino dictatorial que ha escogido Maduro para sobrevivir. Los dólares del petróleo ya no son suficientes para mantener a tantos países aliados a Venezuela que han callado la ruptura del gobierno con la democracia, a cambio de petróleo y dólares. Maduro ha lanzado un cigarro encendido en un pozo de gasolina.

Twitter: @folivares10

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