Opinión Nacional

La destrucción revolucionaria de la Universidad

INTRODUCCIÓN NECESARIA

Tal como ha sido habitual en los últimos años al realizar algún trabajo sobre la revolución castrochavista, utilizaré como elementos   conceptuales y referenciales  básicos los resultados de la comprobación de hipótesis sobre la naturaleza, objetivos y estrategias del actual régimen que he venido realizando desde el año 2001,  y  que he venido exponiendo públicamente desde el año 2006 en la Cátedra Pío Tamayo y desde el año 2007 en el Frente Patriótico, además de otros medios de comunicación.

UN NUEVO  LAMENTO UCEVISTA

     En EL NACIONAL del sábado 26.05.2012, en la página 7, la APUCV publica en su cartelera un escrito intitulado “LA UNIVERSIDAD ESTÁ SOLA”, que no es otra cosa que un lamento más frente a los ataques  de la revolución castrochavista, sobre la ineficacia  de su defensa frente a la ferocidad de los ataques  y ante la soledad en que se debate.

     Se entiende el  lamento, pero la condición de militante ucevista obliga a transcribir (en negritas) y comentar (en blancas) tres de los cuatro párrafos del escrito, pues ello se impone para precisar, una vez más, la forma errónea y por ende ineficaz con que se ha actuado  frente a la agresión de la revolución castrochavista.  En especial el haber manejado una noción de la revolución basada en lo que ella dice ser y no en lo que realmente es, por lo cual los objetivos y estrategias fundamentados en tal noción errónea no han dado, porque no podían dar, buenos resultados.

LA NECESARIA DESTRUCCIÓN DE LA UNIVERSIDAD

1.  “No nos engañemos, sin  embargo: lo que se incendia y rompe, lo que se desgarra y golpea, no son únicamente los hombres y las cosas, es la libertad que lleva al conocimiento, la que corre, perseguida, por los pasillos y la que el gobierno pugna por espantar de las aulas.”

     Si todo llegara sólo hasta allí, se quedaría dentro de las fronteras de lo académico. Continuar creyendo eso, sería seguir engañándonos. No es, y dista mucho de ser, sólo un problema académico, tal como ha venido siendo considerado por tratarse de una universidad.  Por el contrario, por la  parte del régimen no tiene nada de académico, sino que lo tiene todo de político, de política bastarda y canalla. La UCV y las otras universidades autónomas, y las universidades privadas,  no son vistas por la revolución castrochavista como debería ser, como centros fundamentalmente académicos que propenden al desarrollo social, sino como escollos que deben ser arrasados y destruidos.                 

     ¿Son escollos para quién o para qué? Son escollos para el proyecto político de la revolución castrochavista, que consiste básicamente en dos elementos fundamentales:  El objetivo supremo de instaurar un régimen militarista totalitario de hegemonía absoluta y total sobre la sociedad venezolana,  y la estrategia capital de destrucción de todos ámbitos democráticos de la sociedad, de los cuales figuran  entre los primeros objetivos de destrucción las universidades, por su naturaleza democrática, liberal, pluralista. El proyecto político preside desde muy alto todo el discurso, toda la acción política y toda la gestión gubernamental. Lo demás, absolutamente todo lo demás, es retórica farsante para allanarse el camino..

     Como la  coexistencia de un régimen militarista totalitario y de las universidades autónomas y libres es absolutamente incompatible, la destrucción institucional de éstas es condición sine qua nonpara la instauración de aquél.   Esto venimos planteándolo públicamente desde el año 2006,  ante el desdén arrogante de quienes han debido prestarle atención o por lo menos discutirlo, siendo sólo ahora que,  cuando a golpes y porrazos la revolución se ha desenmascarado a sí misma,  por fin algunos  están comenzando a “sospechar” que el régimen no es lo que dice ser sino todo lo contrario, y que hay algo no académico sino más perverso como causa de la agresión a las universidades.

LA UNIVERSIDAD SE HA DEFENDIDO  INEFICAZMENTE

2.          “La Universidad se defiende con lo que la enaltece: el saber, el respeto a sí misma y a quienes la enfrentan, la dignidad que otorga su tolerancia en medio de la adversidad. Y, después de todo, la gallardía que da el entender que, en el fondo del fondo, de lo que se trata ahora es de unirnos, unos y otros, en la elección de luchar por la libertad y la justicia.”

3.          “La Universidad está sola, si la dejamos sola, si las Academias y Colegios  Profesionales, y demás organizaciones y formas que se engendraron  en su  impulso, miran hacia otra parte, en lugar de mirar hacia donde pasa lo que le  pasa a ella.”

     Es verdad que la Universidad se ha defendido del ataque de la revolución castrochavista con valores y cualidades que la enaltecen ante la sociedad, como suele haber ocurrido durante mucho tiempo. Y la enaltecerían ante el gobierno, si fuera democrático como dice ser,  o siquiera defectuosamente  democrático como lo fueron  los del período 1959-1998.  Pero tales valores y cualidades en nada la enaltecen ante la revolución agresora, pues al contrario,  esos méritos son, además de otros que también ostenta, la razón principal para que la revolución la considere un obstáculo importante para la instauración y funcionamiento de su proyecto político  y, por tanto, merecedora de  ser destruida.

     Utilizando un símil válido, cabría decir que la Universidad se ha defendido armada con navajitas amelladas, ante los ataques de la revolución castrochavista dotada con armas de guerra de última generación como las que están en manos de privados de libertad (¿?) en nuestras cárceles.

     Es verdad que “de lo que se trata ahora es de unirnos, unos y otros, en la elección de luchar por la libertad y la justicia”, pero aclarando enfáticamente que no es por tratarse de ser un  asunto “de ahora”, sino que ello está planteado desde hace mucho tiempo, tanto como desde el año 2006, cuando propusimos –y lo hemos venido reiterando terca, necia y empecinadamente, siempre con saldo de clamor en el desierto— la puesta en marcha de un Movimiento de Movimientos bajo la forma de Unión Nacional de Frentes Sociales por la Democracia y contra el Militarismo Totalitario, como única posibilidad de frenar el avance destructivo del militarismo totalitario.

     La Universidad está sola, específicamente la UCV está sola, porque sus líderes la han mantenido luchando sola, de manera que cada uno de ellos haya podido mantener su liderazgo parroquial. Los de la UCV, al igual que los de las otras universidades,  han hecho  oídos sordos ante las reiteradas propuestas que les hemos formulado de promover  un Frente Universitario con todas las universidades autónomas y privadas, que actúe como un solo bloque, con una sola directriz, con una sola agenda de lucha:  la defensa enérgica, combativa  y eficaz de las universidades no oficialistas. Que una vez puesto en marcha el Frente Universitario, éste propenda a la formación  del Frente Educacional, con la participación de profesores y maestros independientes de todos los niveles educativos .

     Que una vez puesto en marcha el Frente Educacional, sirva de ejemplo y estímulo promotor para la formación de otros frentes sociales: Por ejemplo, el Frente Económico, formado por empresarios y trabajadores de las empresas privadas independientes de la ciudad y del campo; el Frente Sindical, compuesto por todas las federaciones y sindicatos independientes; el Frente Gremial, integrado por todos los gremios profesionales y técnicos independientes; el Frente de Empresarios y Trabajadores de empresas industriales, agropecuarias, comerciales, etc., destruidas, confiscadas o arrebatadas por la fuerza.  Todos actuando como un solo bloque, con una sola directriz, con una sola agenda de lucha, defendiendo al respectivo sector social y luchando por la democracia y contra el militarismo totalitario.

     Con todos los frentes sociales que se logre constituir, formar la Unión Nacional de Frentes Sociales por la Democracia y Contra el Militarismo Totalitario. Así, pero sólo así, podremos aspirar a frenar el objetivo supremo (instauración cabal del militarismo totalitario) y la estrategia capital (destrucción de todos los ámbitos democráticos) de la revolución castrochavista.

     Como son millones los  que han sido agredidos y perjudicados, directa o indirectamente,  por la revolución castrochavista, y  también son millones los que terminarán siendo agredidos y perjudicados cuando cuaje por completo el proyecto revolucionario, cabe ser optimista ante la respuesta que la sociedad daría a la convocatoria que le hagamos, siempre y cuando haya miles de dirigentes que estén dispuestos a subsumir su liderazgo parroquial en aras del liderazgo masivo.

     Ésa es la tarea por cumplir.  Lo demás, todo lo demás, es la misma  agua de borrajas que nos ha traído hasta este trágico presente.

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