Opinión Nacional

La mentira se combate con verdad

Para quien la verdad es una necesidad vienen tiempos muy duros. En este mundo globalizado en el que la comunicación se ha convertido en un factor fundamental para la percepción del acontecer mundial y para posicionar en la opinión pública cualquier hecho, idea o mito, la izquierda-progresista ha tomado una buena porción en todos los medios de comunicación para distorsionar la realidad y posicionar en la opinión pública su ideología y sus mitos, con el mismo fin ha venido tomando también los espacios en los organismos multilaterales, bien sea porque forman parte de la burocracia de la institución o porque en muchos de los gobiernos de los países asociados, elegidos varios democráticamente, se está viendo una tendencia hacia el socialismo comunista, lo cual ha llevado a una distorsión de la realidad que ha llegado a tal extremo que hoy observamos como medios de comunicación y organismos multilaterales rinden homenaje y califican de “paladín de la lucha contra la pobreza y por la igualdad” a quien en vida no sólo depauperó y discriminó a millones, sino que dejó como legado la instauración del castrocomunismo en buena parte de Latinoamérica con todo el horror que ello implica. El daño moral que esto causa es de consecuencias inconmensurables, en las víctimas se crea un sentimiento de injusticia, desasosiego, frustración y desamparo, cada comentario que limpia al victimario de toda culpa niega la existencia de sus víctimas y cada homenaje es una nueva agresión; en los totalitarios se empodera el irrespeto a la dignidad de la persona humana, a mayor reconocimiento e impunidad mayor crueldad.

Quien ama al prójimo no puede sentirse alegre ni orgulloso de esta situación ni mucho menos hacerse eco o dar a entender que el homenaje al difunto enaltece al país, cuando la verdad es que nos hunde más en la miseria humana.

Quienes han asumido la representación de los demócratas tienen la responsabilidad de desmontar dichos mitos y entrar en sintonía con un porcentaje alto de personas que no comparten, que no desean y que no aceptan el socialismo castrocomunista.

Los venezolanos decentes quieren y necesitan con urgencia un cambio. No es moral ganar popularidad diciéndole a la gente lo que quiere oír aunque ello signifique mentir, tampoco lo es negociar derechos humanos por cuotas de poder. El ejercicio ético de la política implica entender qué significa ser persona, que vivimos como personas y entre personas. Como dice el refrán: “No se puede estar bien con Dios y con el diablo”, hay que asumir una posición o se está al lado del amor y la verdad o se está al lado del odio y la mentira.   

Hay que repetir la verdad sistemáticamente para que la mentira no se haga verdad. 

Twitter @elinormontes.

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