Opinión Nacional

La oposición venezolana corre el riesgo de perder el futuro

Diez reflexiones nacidas de una preocupación nacional:

1. La oposición venezolana ya no puede seguir anclada en una simulada protesta por los estrechos y confusos resultados de las elecciones del pasado 14 de Abril. De seguir así, corre el riesgo de quedar atascada peligrosamente en el pasado y con posibilidades ciertas de perder el futuro.

2. Haber considerado a Nicolás Maduro como “ilegítimo”, tras unos resultados tan estrechos y con denuncias de irregularidades innegables, pudo haber sido una estrategia obligada para escenarios como los que vimos en Abril de este año. Total, igual han hecho, por nombrar casos similares recientes, Andrés Manuel López Obrador en México y Xiomara Castro de Zelaya en Honduras. Pero de allí a convertir eso una estrategia permanente, resulta sencillamente una torpeza política.

3. Es hora que la sabiduría y la madurez se hagan presentes y obliguen a la Oposición a dar un viraje a sus políticas y comprender que Nicolás Maduro es de hecho y de derecho el Presidente de la República, y, por si fuera poco, ha sido reconocido como tal por todos los países del mundo (incluyendo a los Estados Unidos de Norteamérica, valga decir el principal aliado internacional de la oposición). Si damos por cierto que el país está dividido en dos toletes iguales, entonces estar apoyado por la mitad de un país debe ser tomado muy en serio.

4. De haber ocurrido en Abril pasado una victoria de Capriles (totalmente factible en aquel entonces) igual hubiese sido presidente por una pírrica diferencia y debió molestarle muchísimo que la otra mitad del país no lo reconociese. Hoy estaría, cuchillo en mano, defendiendo la legitimidad de su gobierno ¿O no?

5. Es cierto que la MUD no ha desconocido formalmente a Maduro pero tampoco lo ha reconocido abiertamente. También es comprensible que después de tantos años de confrontación inútil entre los venezolanos, con peligrosos niveles de desencuentros emocionales (más que políticos), no sea fácil aceptarse y reconocerse. Pero el costo de estas estrategias le están saliendo muy onerosas a la Oposición. Son 14 años de fracasos tras fracasos. Y siempre hay una excusa útil: “el abuso de poder”, “el poder económico del gobierno”, “la falta de equidad en los procesos electorales”, “el control de los medios de comunicación”, en fin. Decir que “somos débiles porque el adversario es fuerte” es revelador de una ausencia abultada de competencias políticas.

6. Todas estas excusas nos dejan algunas inquietudes ¿En las elecciones presidenciales de 1998, quién tuvo a su favor los mayores recursos financieros y todo el poder del estado, amén de la mayoría de los medios de comunicación? ¿Salas Romer o Hugo Chávez? ¿Y quién ganó por amplio margen? Otra inquietud más. ¿Todo el ventajismo denunciado no operó en Barquisimeto, Valencia, Barinas, Maturín, y en todos los demás municipios donde ganó la oposición? ¿Cómo es que allí ganaron y en el resto no lo lograron?

7. De manera que el reconocimiento formal a Nicolás Maduro como Presidente de la República es el primer paso que debe dar la Oposición a partir de ahora. De hecho, esa ha sido una de las condiciones impuesta por Maduropara sentarse a dialogar (un diálogo, por cierto, que pide a gritos el país). ¿Es difícil reconocer al adversario?

8. Tanto Chavistas como Opositores reclaman a diario “la unidad de los venezolanos, la reconciliación del país”. Cabe preguntarse ¿qué están dispuestos a hacer cada uno de ellos para lograr esa reconciliación? ¿Están hablando con sinceridad o son recursos útiles para adornar discursos seductores? Pues bien, jamás alcanzarán ese objetivo a menos que logren reconocerse mutuamente ¿Que a quién le toca dar el primer paso (porque alguien lo tienen que dar)? Sencillo, le corresponde al que perciba la unidad del país como un principio político del presente, le corresponde al que tenga más humildad y coraje para defender lo que cree. Me temo que la mayoría de los venezolanos han asimilado primero este principio que los mismos políticos. Si la dirigencia opositara creyera firmemente en la unidad y la reconciliación de todos los venezolanos sin excepción, entonces debería proceder en consecuencia. No hay nada peor que no estar alineado con el objetivo. Nunca llegarás.

9. Nelson Mandela, tan elogiado hoy por los chavistas y los opositores, dejó un inmenso legado a los venezolanos del presente: “Si usted quiere hacer las paces con su enemigo, tiene que trabajar con su enemigo, entonces se convierte en su compañero”. Esta es la humildad hecha grandeza, es sabiduría convertida en capacidad y éxitos políticos. Mandela decidió dar el primer paso, a pesar que tuvo mayores razones para odiar que cualquier venezolano chavista u opositor. El peso de las experiencias vividas, incluyendo la cárcel, lo llevaron a pensar de esta manera. Descubrió que los tiempos de odios y de venganzas son tiempos perdidos, y que la estrategia del consenso es más poderosa y efectiva que la estrategia de la confrontación. Antes de la cárcel estaba más cerca políticamente del radical Fidel Castro, después de la cárcel ya estaba más próximo a Rómulo Betancourt, Michele Bachelet, Lula Dasilva y Barack Obama. Es la brecha de la madurez.

10. En política hay que aprender a pasar el switch, sobre todo cuando están en juego los intereses de millones de seres humanos, y que son más que los intereses individuales que surgen de los juegos de poder. Esto vale para tirios y troyanos. Nadie escapa a este principio.

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