Opinión Nacional

La organización: Un arma efectiva para combatir el sida

(%=Image(7660252,»L»)%) Desde que en 1981 fuera publicada una pequeña reseña en “The New York Times” que hacía alusión a un raro tipo de cáncer que afectaba 41 hombres en esa gran metrópoli estadounidense, en el mundo han fallecido más de 19 millones de personas de todos los sexos y edades. En aquel momento, la orientación sexual de los afectados privó ante cualquier otra consideración para estigmatizar la enfermedad, hoy conocida como Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, SIDA, y al causante de la misma, Virus de Inmunodeficiencia Humana, VIH, con un componente moral que poco o nada tiene que ver con los orígenes y causas de ésta. La forma en la que se abordó el “cáncer gay”, como se le llamaba, privó en la manera de abordar la lucha contra la enfermedad durante muchos años, y hoy día, pese a los esfuerzos de múltiples grupos, continúa manteniéndose esta manera de pensar en buena parte de las personas que habitan el planeta. Desde entonces, y hasta la fecha, sólo una fórmula, sin menoscabo de los esfuerzos de la ciencia, ha servido para enfrentar y obligar a las autoridades sanitarias y gobiernos del mundo a asumir políticas que permitan hacer frente a este flagelo que amenaza con diezmar a la humanidad sino se concretan soluciones efectivas: la organización.

(%=Image(9250287,»R»)%) Fue la creencia de que ésta era una enfermedad que sólo afectaba a la población homosexual, lo que permitió en buena medida que no se tomaran las medidas sanitarias pertinentes y que el resto de la gente que no pertenecía este grupo, no se sintiera aludida por el asunto. Esta perspectiva permitió que la propagación de la enfermedad avanzara a tales niveles que impidieron en su momento, si no la cura, por lo menos un mayor control de que es ahora una pandemia. De hecho, las cifras son realmente alarmantes y así lo refleja el último informe (diciembre 2000) emanado del (%=Link(«http://www.unaids.org/»,»Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA, Onusida»)%) , y la Organización Mundial de la Salud, OMS, donde se establece las personas recientemente infectadas por el VIH suman 5,3 millones de los cuales 4,7 millones son adultos, 600 mil menores de 15 años, de los adultos 2,2 millones son mujeres. Igualmente se fija en 36,1 millones el número de personas que en el mundo viven con VIH/SIDA, de los cuales 34,7 millones son adultos, 16,4 millones son mujeres y 1,4 millones son menores de 15 años. En el año 2000 se totalizaron 3 millones de muertes, de cuales 2,5 millones eran adultos, 1,3 millones eran mujeres y 500 mil eran menores de 15 años. Desde que comenzó la epidemia se han sucedido 21,8 millones de muertes, siendo 17,5 millones adultos, 9 millones mujeres y 4,3 millones menores de 15 años. Las autoridades sanitarias mundiales subrayan el hecho de que los números sobrepasaron en un 50 por ciento las estimaciones formuladas en 1991.

Cuestión de cultura masculina

De igual manera, nuestra afirmación anterior queda confirmada al constatarse en el informe que, con excepción del África subsahariana, el sexo masculino es el mayormente afectado, todo gracias a creencias culturales, morales y por qué no decirlo claramente, al machismo. Las mujeres infectadas, en buen número, responden a este patrón de conducta masculina. Es decir, han sido víctimas de esta manera de actuar errática. Es por ello que la nueva campaña mundial contra el SIDA lleva por lema: “Los hombres marcan la diferencia”.

(%=Image(5883900,»L»)%)El asunto ha dejado de ser solamente un problema de salud para convertirse, además, en una verdadera amenaza de las economías mundiales, principalmente de los países en vías de desarrollo o del llamado Tercer Mundo. El África Subsahariana es tal vez el caso más patético. Del total de casos mundiales antes citado (36, 1 millones), 25, 3 millones casos se producen en ese continente. Se prevé que en esta parte del mundo merme el Producto Interno Bruto, PIB, en un 17 por ciento en los próximos 10 años, con pérdidas de 22 mil millones dólares. Pero los efectos ya se sienten puesto que al tiempo que aumentan las cifras de personas afectadas, disminuye el porcentaje de la población económicamente activa. El daño es general: para los infectados con VIH/SIDA, para sus familias, para las empresas donde trabajan que se ven obligadas contratar personal suplente y pagar costosas sumas en pólizas de seguro, para los gobiernos que deben destinar mayores presupuestos para el combate de la enfermedad, por sólo citar algunos casos. No es menos significativo que los niños, en vista del deterioro que presentan los presupuestos familiares, hayan tenido que asumir responsabilidades que no son propias de su edad al tener que incorporarse al mercado de trabajo.

De este lado del mundo

En América Latina hay 1,4 millones personas afectadas y en el Caribe unas 390 mil personas. En América del Norte 920 mil personas están infectadas. Pero en lo que respecta a los dos primeros, habría que poner en duda esas cifras dado a que en nuestros países las estadísticas no son confiables y generalmente los casos no son reportados a las autoridades sanitarias. También el Caribe se perfila con el mayor índice de propagación después de África.

Inversión mil millonaria

(%=Image(2258588,»R»)%) Y si las cifras de incidencia mundial son aterradoras, no lo son menos las que se estiman necesarias en inversión para prevenir su expansión, así como para atender a las personas ya infectadas. Solamente en África subsahariana se considera que se requiere una inversión anual 1,5 mil millones de dólares en programas de prevención. Igual cantidad se necesitaría para atender sólo a la mitad de las personas afectadas con el VIH/SIDA en lo que enfermedades oportunistas se refiere, puesto que las terapias antirretrovirales ameritarían de unos cuantos miles de millones de dólares más. La situación no es solamente de recursos económicos, ya que la prevención requiere de otros factores como personal capacitado e infraestructura sanitaria y educativa adecuada. Sólo haría falta un ejercicio estadístico para proyectar estas cifras al resto del mundo y constatar la gravedad del problema, sobre todo si se toma en cuenta que un número significativo de las economías del mundo está en recesión, con contadas excepciones. Sin embargo, es bueno advertir, que cualquier esfuerzo o inversión es poca si se toma en cuenta que está en peligro el más grande legado que tiene el hombre: La Vida.

Sin exageraciones

Cuando afirmamos al principio que la organización ha sido, es, y debe ser en el futuro un arma fundamental para atacar este flagelo, no exageramos. De hecho buena parte de los logros alcanzados en todos los países se debe al trabajo mancomunado de la sociedad civil, principalmente aquella que se ha visto afectada directamente por el VIH/SIDA, que ejerciendo mecanismos de presión ha influido en las autoridades gubernamentales y sanitarias para generar respuestas adecuadas. Incluso, la organización ya comienza a ser vista como un mecanismo de lucha por otros entes distintos a las comunidades, y es que en razón de los anteriormente apuntado sobre la situación del Caribe, en julio de 2000 los jefes de gobierno de los países integrantes de la Comunidad del Caribe, Caricom, reconocieron que la epidemia es una amenaza para el desarrollo de la región. En septiembre de ese mismo año, el Primer Ministro de Barbados convocó una reunión de alto nivel a la que asistieron, además de los representantes de la zona, funcionarios del Banco Mundial, donantes bilaterales y la ONU, con importantes logros en lo que a perspectivas de financiamiento se refiere. En la próxima reunión de del CARICOM, en febrero de 2001, el VIH/SIDA ha sido incluido en la agenda de discusiones. La aspiración es concretar una asociación caribeña que se encargue de luchar contra el síndrome.

En nuestro territorio

En Venezuela la realidad no es diferente al común de los países, aunque es bueno admitir que ha habido algunos adelantos que han sido posibles gracias al esfuerzo de los afectados y de algunas organizaciones no gubernamentales.

Por ejemplo, las cifras de casos notificados suma 8 mil, acumulados desde 1982, de los cuales el 50 por ciento de ellos, aproximadamente, puede haber fallecido a esta fecha, pues la tasa mortalidad continúa siendo alta pese a que el número de personas con acceso a tratamiento antirretroviral ha aumentado. Para corregir esto, existe una propuesta que la Red Venezolana de Gente Positiva hizo al Ministerio de Salud y Desarrollo Social, MSDS, que han denominado Levantamiento de Información sobre SIDA, LISS, y que aspira mejorar la data epidemiológica en nuestro país. De cualquier manera, es bueno apuntar que a raíz de la puesta en marcha de los programas de acceso a tratamiento del MSDS y el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, las estadísticas comenzaron a sincerarse.

Pero el establecimiento de los referidos programas de acceso a medicamentos antirretrovirales no fue una iniciativa nacida de la voluntad de las autoridades gubernamentales y sanitarias del país. Para llegar a ellos fue necesaria una larga lucha por reivindicar los Derechos Humanos de los afectados por el vih/sida y en el camino fueron muchos los que murieron.

Durante los primeros años de la enfermedad en Venezuela, los portadores del virus, así como las personas sintomáticas, debieron cargar sobre sus hombros, no sólo con el ya difícil hecho de hacer frente a las implicaciones médicas que esto conlleva, sino que, además, tuvieron que luchar (sin que ello signifique en la actualidad la situación haya cambiado en mucho) con la segregación, discriminación, desprecio y, sobre todo, con el miedo del resto de la sociedad y hasta de sus familias. Los adelantos médicos eran escasos y no se contaba con la gama de medicamentos antirretrovirales que hoy en día hacen del sida una enfermedad crónica y no necesariamente mortal. Dos eran los caminos a seguir: enfrentarse a ese entorno o resignarse. Afortunadamente los primeros fueron más, o por lo menos más persistentes.

(%=Image(1612867,»L»)%) En el logro de los objetivos alcanzados hasta el momento, ha jugado un papel fundamental (%=Link(«http://www.internet.ve/accsi/»,»Acción Ciudadana contra el sida, ACCSI»)%) , Organización No Gubernamental surgida en 1987, cuyo objetivo fundamental es procurar acciones tendentes a evitar la discriminación de las personas que viven con vih/sida, así como grupos vulnerables, y promover la educación-información sobre derechos humanos y sida. En pocas palabras, esta institución se dedica a la defensa de los Derechos Humanos de los afectados por el síndrome. Al frente de ésta se encuentran Edgar Carrasco, en la dirección general, y Renate Koch, en la dirección ejecutiva, además de Alberto Nieves, Nery Ruíz, entre otros.

Victorias

Entre los logros de ACCSI pueden contarse la Resolución Ministerial SG.-439, 26 de agosto de 1994, publicada en Gaceta Oficial de la República de Venezuela, No. 35.538, 2 de septiembre de 1994, Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, que regula la aplicación de los test de anticuerpos contra el VIH, para evitar la discriminación en el lugar de trabajo, centros hospitalarios y educacionales; la participación en diversas Comisiones para las Reformas Legislativas de la Ley de Sanidad Nacional y la Ley de Defensa contra las Enfermedades Venéreas; la extensión de actividades a diversas entidades federales, promoviendo la asesoría y asistencia Jurídica; la consolidación de un debate sobre la situación de los DDHH y SIDA en el país; la formación de un centro de documentación; la creación de un banco de medicamentos y equipos médico-quirúrgicos de distribución gratuita para personas con vih/sida.

(%=Image(4508863,»R»)%) Pero la más significativa de las victorias de esta institución, además de su constante asesoría y apoyo a los afectados, es haber logrado que el Estado venezolano reconociera su obligación frente a las personas con vih/sida y garantizara el suministro de las terapias antirretrovirales y medicamentos para enfermedades oportunistas, así como la asistencia médico-asistencial a todos los venezolanos y extranjeros residentes en nuestro territorio. Este reconocimiento, obviamente no fue producto de la voluntad. Para ello fueron precisas una serie de demandas introducidas por ACCSI, desde 1997, en representación de personas afectadas con vih/sida, ante la (%=Link(«http://www.tsj.gov.ve/»,»Corte Suprema de Justicia (Hoy Tribunal Supremo de Justicia)»)%) . Un total de once solicitudes de Amparo Constitucional que llevaron al máximo tribunal a declarar finalmente que todas estas medidas se hacían extensivas al resto de los venezolanos y residentes. Primero fue ante el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, luego, ante el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (Hoy MSDS). Posteriormente se han ejercido acciones similares en varios estados del país, entre ellos Aragua, Carabobo, Mérida y Zulia con idénticos resultados. O casi, puesto que, a pesar de la medida judicial, la gobernación de Aragua, no termina por acatar la sentencia.

Optimistas sin exageración

Los logros dan pie a nuevas luchas y al reconocimiento al Estado venezolano que, si bien no lo hizo al principio, terminó admitiendo su responsabilidad en el asunto y adoptando medidas y decisiones en beneficio de la población. Edgar Carrasco así lo manifiesta al hablar de lo que han sido estos años: “Sin querer ser extremadamente optimista, yo creo que hemos tenido un proceso de evolución bastante importante. Si bien la primera etapa entre el año ‘87 y el año ‘89, es una etapa muy oscura, muy difícil y con muchos problemas para los integrantes de ACCSI, pues muchas de esas personas vivían con vih y murieron de sida en ese período. En ese entonces nos dedicamos fundamentalmente a la difusión de información, pero es a partir del año ‘90 cuando ACCSI comienza realmente el trabajo de asistencia en derechos humanos. Desde entonces, hemos tenido una actuación bastante exitosa, representando a personas que viven con vih en sus reclamos por violación de DDHH, incluso en juicios específicos que están relacionados con materia de familia, en materia laboral, en acceso a tratamientos, temas que están relacionados con la vida privada, con el derecho a la información”.

“El balance es positivo, en el sentido de que yo pienso que uno de los organismos del Estado que más ha impulsado en este momento, digámoslo de alguna manera, el bienestar de las personas que viven con vih, es el Poder Judicial, porque esos pronunciamientos, que a veces son individuales y a veces son colectivos, en alguna medida son un reflejo de lo que el Estado piensa con relación a la epidemia. En materia de DDHH hemos sido muy avanzados en Latinoamérica. Nosotros nunca hemos perdido un juicio. Intentamos 11 acciones por acceso a tratamiento en el área metropolitana y en distintos estados del país, y todas esas acciones las ganamos. No hubo ningún juez que se pronunciara en contra. Nosotros tenemos conocimiento de que en Panamá la Corte Suprema de Justicia negó el acceso a tratamiento a personas que viven con vih y sida, en Chile y en El Salvador también ocurrió lo mismo”.

Sinceración de la estadística

Estas acciones, que redundaron en la implantación de los programas de medicamentos en el MSDS, el IVSS, y varios estados del interior del país, además de los que sostienen Petróleos de Venezuela para sus empleados y el Ministerio de la Defensa, benefician, según cálculos de Carrasco, a unas 7 mil personas. Ante las cifras oficiales de afectados esto podría parecer ideal, puesto que la población total de personas con vih/sida estaría siendo atendida, pero la realidad es otra porque, como apuntábamos antes, las estadísticas no están actualizadas pues no se reportan la totalidad de los casos. En este error incurren, principalmente, los médicos privados y laboratorios. El temor a la violación de la confidencialidad es, tal vez, la mayor causa de esta conducta. Otro error porque la información suministrada al MSDS es confidencial. “El programa sólo da datos de sexo, edad, condición, pero jamás identificación de las personas”, señala Carrasco al tiempo que advierte de la necesidad de mejorar la data para poder sincerar los servicios y los programas de atención. Si no se conoce cuántos son los afectados, no se pueden establecer las necesidades.

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Carrasco también hace mención positiva del incremento en los recursos asignados a estos programas por parte del Ejecutivo, que en un principio se mostró reticente a cumplir con el mandato judicial bajo tipo de pretextos, pero al final ha asumido una actitud que es justo reconocer. “Es prácticamente histórico que el presupuesto más alto que se ha tenido en el Programa Nacional de sida, lo hayamos tenido en este gobierno, cuando supera los 32 millardos de bolívares (en el caso del MSDS). Era de 1 millardo cuando se inició, luego aumento a 8 millardos, se duplicó a 16, y ahora llegó a 32 millardos. El 60 % de estos recursos se destina para tratamiento y el 40 % para prevención. Con esta cantidad se atiende a unas 4 mil 500 personas más o menos”.

Correcciones necesarias

Sin embargo, es necesario seguir el combate, puesto que pese a estos adelantos se siguen sucediendo muchas irregularidades que es necesario corregir. Por ejemplo, en el servicio de inmunología del IVSS, ubicado en San Bernardino, Caracas, mes a mes, los afectados deben darse cita para retirar los medicamentos procedentes de todo el país. Algo a todas luces ilógico, sobre todo si se recuerda que muchas de estas personas presentan un deterioro físico considerable. Igual sucede con el MSDS, por lo que la descentralización de los programas es una prioridad inmediata. Uno de los mayores inconvenientes para lograr esta descentralización tiene que ver con la necesidad de que en cada una de las zonas haya un profesional de la farmacia y un inmunólogo especialista en vih/sida. No todas las zonas del país cuentan con este tipo de profesionales. Además, para el suministro de los medicamentos se instrumentan anacrónicos sistemas de entrega de números que obligan a realizar grandes colas desde la madrugada. Falta de sistemas computarizados de registro que impiden un mejor control en la entrega, así como la fluidez del proceso y, sobre todo, puntualidad, pues esto último es fundamental para garantizar el éxito del tratamiento. De no ser así, las consecuencias pueden ser fatales.

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Estas correcciones constituyen una urgencia y la única alternativa, en vista de que los costos de los medicamentos antirretrovirales sólo pueden encontrar respuesta en los presupuestos estatales. Ninguna persona, salvo que sea extremadamente rica, puede correr con un gasto mensual promediado entre mil y mil 500 dólares. Los seguros privados tampoco son una alternativa, en razón de que los casos de vih/sida, como tantos otros, son excluidos de la cobertura de éstos. Sólo una compañía los ha reconocido últimamente, pero con solamente un millón de bolívares, cifra irrisoria si se hacen los cálculos.

“Yo pienso que parte del trabajo que queremos hacer es fortalecer el sistema público de salud. Que la gente le tenga confianza y el sistema mejore a través de las recomendaciones que nosotros hagamos como comunidad y por el derecho que tenemos de participar en todas las instancias y en todos los procesos de salud pública”, señala Carrasco.

Sensibilización

Otras correcciones que es menester implementar son las relacionadas a la forma como los afectados son notificados de su situación. En ACCSI la catalogan, sencillamente de brutal: Realización de pruebas de laboratorio en los centros de trabajo, en la Fuerza Armada Nacional, al momento de donar sangre, durante el control del embarazo. Esto no revestiría mayor importancia, y por el contrario podría ser positivo, si el anuncio no estuviera caracterizado por la brusquedad y la más absoluta falta de consideración. Nadie, absolutamente nadie, puede soportar que de golpe y porrazo se le diga que es seropositivo, amén de que a muchos de los encargados de hacer el anuncio poco les falta para mandarle a comprar la urna de inmediato a quienes resulten portadores del virus.

“La mayoría de las personas que vienen a estas organizaciones lo hacen en medio de una crisis de nervios y estados de desesperación. En un número menor están las personas que por decisión propia se hacen la prueba y se enteran; sin embargo, ese proceso en estas personas también es difícil. En el interior del país la situación es peor y están ocurriendo atropellos tremendos. En Cabimas, en un hospital hace dos años, los vecinos del centro se enteraron que había un seropositivo hospitalizado e hicieron una marcha para que lo sacaran del hospital y de la ciudad. Hay mucha indolencia en la comunidad. Debemos subrayar la respuesta extraordinaria que hemos tenido de parte de la Defensoría del Pueblo, a donde se extrapoló un poco el trabajo que ya veníamos realizando a través de la Fiscalía”, dice Alberto Nieves.

(%=Image(2181409,»L»)%) Ojo, que el reconocer las iniciativas gubernamentales, no significa que a la par de los programas de suministro de medicamentos, operen otros dedicados a la asistencia de los afectados. Y nos referimos aquí, al auxilio multidisciplinario e integral que las personas en esta situación requieren. Todos estos esfuerzos provienen únicamente de las organizaciones de la sociedad civil, que para adquirir mayor fuerza ante los organismos gubernamentales y sanitarios, han debido organizarse en redes que mancomunadamente trabajan en pro de los derechos de los afectados, no sólo en el ámbito nacional, sino también en el internacional. Un ejemplo de ello, lo constituyen la Talleres de Consejeros que se han dictado en el área metropolitana de Caracas, con el auspicio de todas las ONG del país que trabajan en la materia. Hoy día es posible contar con 30 consejeros en todo el territorio capacitados para brindar atención a las personas con vih/sida. Igualmente se han dictado talleres de abogados, que permitieron la configuración de una red de profesionales de las leyes especialistas en estos casos.

Otro de los problemas que se presentan con las personas con vih/sida, en lo particular, y con la población en general, es lo referente al plano laboral, donde, pese a una prohibición expresa de realizar pruebas de laboratorio a los trabajadores o aspirantes a trabajadores sin su consentimiento, esto se sigue produciendo. Entre los adelantos que las ONG han logrado está el que el Consejo Empresarial que integran varias cámaras de industriales y comerciantes, ha dado su compromiso de promover el respeto a esta norma, así como el de asistir a los afectados, la no-discriminación entre empleados y la prevención.

La mujer

(%=Image(3706311,»R»)%) El caso de la mujer requiere especial atención. Nery Ruíz es la coordinadora de la Agrupación de Mujeres Activistas Seropositivas, AMAS, y refiere que este grupo de la sociedad se ha visto especialmente afectado dado que es víctima de una mayor discriminación social.

Ruíz explica que muchas veces la mujer se entera de su situación de seropositiva, bien cuando sale embarazada, bien cuando comienza a sentir los síntomas, o cuando el marido muere. Entonces, comienza su calvario. Sólo hay que imaginar lo que significa enterarse de este modo, quedar viuda, y de paso tener que hacer frente completamente sola, a partir de ese momento, a su situación y a la de su familia. Todo es más grave si alguno de sus hijos también sea positivo, producto de que se le haya transmitido el virus.

Ignorancia médica

Nery Ruíz narra que, además, la obligada consulta ginecológica que la mujer debe hacerse regularmente en situaciones normales, se hace más difícil en condiciones de seropositividad, puesto que muchos médicos se niegan a atenderlas, un tanto por mera discriminación, y otro tanto por no estar preparado profesionalmente para hacerlo. Esto es extensivo a muchos hospitales, donde no existen salas exclusivas para la mujer, sino que éstas son atendidas en los servicios masculinos. Sólo en el Hospital Universitario Caracas, recién se está implementando un servició de atención a la mujer con vih/sida los días miércoles. La Maternidad Concepción Palacios también mantiene un servicio de atención a la mujer embarazada con vih/sida, sólo que cuando se produce el parto, ya no cuenta con atención.

Problema de Estado

Y volvemos a lo económico para referirnos a los costos de los medicamentos antirretrovirales, conocidos también como cocteles, y que si bien no constituyen una cura, como ya lo dijimos, si permiten que la enfermedad se vuelva de mortal a crónica. Esta es la razón por la cual, un asunto que pudiera presumirse como personal se convierte en un problema de Estado. Es decir, ya no se trata de un asunto al que cada cual deba hacer frente pues es consecuencia de un comportamiento que responde a su absoluta responsabilidad, según el razonamiento de algunos. Solamente los Estados pueden hacer frente a estos costos. Las ONG han dado su contribución, al constituirse algunas en bancos de medicamentos que adquieren, bien a través de donaciones, o a precios de costo que transfieren a los pocos que pueden adquirirlos. Por cierto, que en estos casos la casi totalidad de la familia de los afectados deben contribuir depositando sus donativos en los “potes” o alcancías que mensualmente pasan entre ellos para poder comprar las medicinas de su ser querido.

¿Solo un negocio?

No hay que olvidar que la producción de medicinas es un negocio como cualquier otro. Por lo menos es así a los ojos de los laboratorios. Y nadie niega que no tengan un poco de razón, como tampoco que las investigaciones requieren de grandes inversiones de dinero. Lo que resulta inaceptable es que, por no poder hacer frente a los precios de los antirretrovirales, millones de personas estén muriendo en todo el mundo.

(%=Image(1461471,»L»)%) En algunos países han recurrido, una vez que han instituido los programas de suministro de medicamentos, a fórmulas que les permitan hacer frente a esta situación. Una de ellas ha sido la producción de la versión genérica de estas medicinas, como es el caso de Brasil que elabora algunos de éstos. “Esa es una fórmula de solución que se está planteando en varios países y que ha generado otros debates, como es el relativo a la propiedad intelectual y a la calidad. En algunos, tal vez de buena fe, y en otros pienso que de mala fe, se está hablando de la calidad de los genéricos, cosa que ha puesto a la comunidad que vive con vih/sida preocupada, porque cree que este tipo de medicina no tiene el mismo efecto que los antirretrovirales que producen los laboratorios”, dice Carrasco.

Habría que advertir que la producción de medicamentos antirretrovirales genéricos pasa, primero, por establecer una equivalencia entre uno y otro tipo, tanto en calidad como disponibilidad. Segundo, por la capacidad tecnológica instalada de los países, que no sabemos si posee Venezuela. En todo caso, Brasil podría operar como centro de distribución para toda Latinoamérica.

Edgar Carrasco informa que Onusida se encuentra trabajando en la elaboración de un programa con todos los laboratorios para lograr el abaratamiento de los costos, pero advierte que se trata de un proceso lento.

(%=Image(9016965,»R»)%) “Existe también una propuesta de la Organización Panamericana Sanitaria que consiste en hacer importaciones paralelas, es decir, que los países compren los medicamentos en bloque. Por ejemplo el Pacto Andino, Mercosur, podrían comprar grandes cantidades para sus países y eso bajaría los costos considerablemente”.

Muchas son las luchas que aún falta por librar, e infinitos los caminos por recorrer para alcanzar la reivindicación de los derechos de las personas que viven con vih/sida. “Hay esperanzas”, exclama Alberto Nieves con optimismo, pero advierte: “Hay que luchar por esa esperanza”.

(%=Image(6994657,»C»)%)

Sitios de interés en Internet

(%=Link(«http://www.dtmax.com/accion»,»Acción Solidaria»)%)

(%=Link(«http://www.marozo.org.ve»,»Fundación Marozo»)%)

(%=Link(«http://www.hiv.org.ar/»,»hiv basics. Investigación básica y tratamiento»)%)

(%=Link(«http://www.internet.ve/accsi/»,»Acción Ciudadana contra el sida, ACCSI»)%)

(%=Link(«http://www.foro2000.aids.gov.br/espanol/foro_espanhol.htm»,»Foro 2000″)%)

(%=Link(«http://www.sfaf.org/espanol.html»,»Fundación anti-sida de San Francisco»)%)

(%=Link(«http://www.fundamind.org.ar/sida/»,»Un Rincón de Esperanza «)%)

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