La raza aria
La historia de la humanidad está teñida de rojo sangre debido a movimientos generalmente liderados por salvadores de la patria que casi siempre terminan en apartheid, campos de concentración, gulag en Siberia, holocaustos, invasiones de un país por otro, guerras mundiales, civiles y etcéteras.
A parte de ridícula e hipócrita, es absurda la propuesta de nuestro querido líder de querer cambiar el nombre a Latinoamérica por Indoamérica como forma de protesta (en el fondo no es más que un gran complejo) por el supuesto daño que, según él, causaron los españoles a los indios que habitaban este continente.
Si vamos a buscar una base lógica a esta loca necedad, la propuesta debió haber sido hecha en idioma inca, en guaraní, en el idioma de los aztecas precolombinos, en pemón, guajiro o warao y no en una lengua derivada del latín.
Esta es una propuesta profundamente racista, anacrónica y peligrosa, llena de envidia, odios y complejos. Algo parecido argumentó Hitler en los años treinta, para invadir a sus países vecinos: “Él no invadía, recuperaba territorio que le pertenecía a la superior raza aria alemana”.
Todo el mundo en estos días se ha enterado de una extraña enfermedad que ya ha matado a más de cuarenta indios waraos en Venezuela. Esto es noticia por la enorme cantidad de fallecidos, pero estas muertes de indios ocurren a diario.
Es increíble la mortandad infantil entre ellos.
Todo el mundo también es testigo de la triste situación de los indios en Venezuela, sobre todo la de las mujeres con niños desnutridos en los brazos, pidiendo limosna en los semáforos y plazas de todas las ciudades del país, mientras nuestro querido líder anda por el mundo engañando a los ingenuos y pagando a sinvergüenzas para que crean que él es el adalid de los indios y los pobres.
Todos en Venezuela hemos visto con horror, lástima y rabia a comunidades enteras de indígenas viviendo en condiciones infrahumanas, en la calle, al lado de inmundas cloacas, comiendo desperdicios de la ciudad.
Entonces, seamos sinceros ¿quién ha tratado peor a los indios? ¿Cristóbal Colón o nuestro querido líder? Estamos comenzando el siglo XXI y se supone que somos una sola raza llamada humana. No hay cabida para ser diferentes, mejores o peores, por el hecho de ser indios, blancos, negros, latinos, asiáticos o anglosajones.
Qué horrible y acomplejado atraso escuchamos a diario desde esta cosa indescriptible que por ahora nos desgobierna. Si el mundo fuera como pregonan estos cromagnones, los españoles odiarían a los árabes; los hindúes y los norteamericanos a los ingleses; los ingleses a los romanos y a los alemanes; los chinos a los japoneses, quienes, por cierto, a pesar de haber recibido hace relativamente poco tiempo dos bombas atómicas de los norteamericanos, son ahora socios y amigos inseparables.
No podemos dejar de nombrar al más noble de los políticos modernos, Nelson Mandela, quien siendo víctima durante 27 años en prisión del peor de los apartheid, por fin triunfó en Sudáfrica y jamás nadie lo oyó diciendo que había que matar u odiar a los blancos racistas asesinos, que tanto daño le hicieron a los negros surafricanos.
El mejor remedio para evitar todo esto creo que es prevenir: quieran a sus hijos en pluralidad democrática y con sincero amor familiar, para que cuando crezcan no se conviertan en acomplejados sociópatas nacionalistas racistas fascistas comunistas y valgan las redundancias.
